Un resumen brutal, pero efectivo, podría sentenciar que las elecciones en Italia son un enredo absoluto. La dispersión de fuerzas y la arremetida final de la centroderecha liderada por Berlusconi hicieron que todas las previsiones tambalearan. El escepticismo de una población que descree de sus políticos hizo otro poco. Los resultados sorprendentes de los indignados liderados por Beppe Grillo le sumó color.

Los primeros resultados dados a conocer en la noche del lunes (25.02.2013) muestran que la centroizquierda de Bersani obtiene el primer lugar en la Cámara de Diputados, con un 29,75 por ciento, y por ende se hace acreedor de un bono que otorga la ley al ganador, entregándole el 55 por ciento de los escaños. Detrás queda la derecha de Berlusconi con un 28,96 por ciento. Muy cerca está Beppe Grillo, que con su movimiento "Cinco Estrellas" consiguió el 25,5 por ciento.



En el Senado la cosa es distinta. Por la enredada ley electoral italiana, conocida como "la cerdada", Berlusconi y los suyos podrían obtener una mayoría a pesar de haber salido segundos, con el 29,8 por ciento. Sus triunfos en regiones clave les darían ese primer lugar que ni la suma de Bersani con los centristas de Mario Monti podrían superar.

Ése es precisamente un escenario nefasto, pues permitiría a la derecha torpedear el eventual gobierno de Bersani, que busca seguir por la senda del actual primer ministro, el ya citado Mario Monti, cuyas fuerzas de centro con suerte se acercan al 10 por ciento de las preferencias en ambas cámaras.

Sin ganadores claros

La Unión Europea y los mercados esperaban un triunfo tranquilo de la centroizquierda, algo que los resultados han exhibido como dudoso. Queda por saber ahora qué hará Grillo con la enorme votación que ha conseguido. Quizás una de las salidas que queda a Bersani, el virtual reemplazante de Mario Monti, es negociar con el movimiento "Cinco Estrellas".

Bersani, posiblemente apoyado por Monti, da garantías de estabilidad y de llevar al país por la senda de las reformas que permitirían sacarlo de la crisis. Sin embargo, con una oposición fuerte esa posibilidad se diluye. Italia es la tercera mayor economía de la zona euro y como tal es de suma importancia para la estabilidad de la unidad monetaria. Por eso hay tanto nerviosismo en la eurozona.

Los escenarios que asoman son varios, todos ellos complejos. Uno es que el presidente Giorgio Napolitano pida a Bersani formar un gobierno estable con lo que tenga a la mano. Otra sería que Bersani negociara con Beppe Grillo, reformaran la actual ley de partidos, y convocaran luego a nuevas elecciones. Una tercera sería convocar a nuevas elecciones solamente en el Senado, algo que nunca se ha hecho. Y la definitiva: convocar derechamente a otras votaciones.

DZC (Reuters, dpa, El País)