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Italia, paralizada debido al coronavirus

12 de marzo de 2020

Con excepción de las farmacias, supermercados y gasolineras, todas las tiendas han cerrado en Italia. Es un sacrificio necesario en la lucha contra el nuevo coronavirus, según el Gobierno.

La Plaza de España en Roma, normalmente llena de turistas. Hoy, vacía.
La Plaza de España en Roma, normalmente llena de turistas. Hoy, vacía. Imagen: Reuters/R. Casilli

En un dramático discurso a través de Facebook, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, agradeció el sacrificio que realizarán todos los italianos. El primer ministro había anunciado previamente una especie de toque de queda para los 60 millones de italianos. "Italia está demostrando que es una gran nación… Hice un pacto con mi conciencia, en primer lugar está y estará siempre la salud de los italianos", aseguró Conte.

En Italia, hay alrededor de 12 mil personas infectadas con el nuevo coronavirus. Ya ha muerto al menos 1.000 personas a causa del COVID-19, en su mayoría ancianos, anunció el jefe del departamento de protección civil. Las cifras siguen aumentando, a pesar de los intentos del Gobierno italiano de restringir lo más posible la vida social y las reuniones.

Autorización para salir de casa

Escuelas, universidades, teatros, museos e instalaciones deportivas han estado cerradas durante semanas. Este jueves (12.03.2020), todos los restaurantes, bares y tiendas cuyos productos no son de necesidad básica tuvieron que cerrar. Supermercados, mercados de construcción, farmacias, tabaquerías y gasolineras siguen abiertos. En los supermercados, se le pide a los clientes que mantengan al menos un metro de distancia entre ellos. El personal usa máscaras y a veces guantes de látex.

"Solo debe salir de casa si tiene una buena razón. Si la policía lo encuentra en la calle, debe tener un permiso especial", explicó Aljoska Stefanato, un empresario de turismo de Treviso. Esta llamada "autorización propia” puede ser descargada por internet, imprimirla y rellenarla. No se requiere una autorización de las autoridades. No está claro si el permiso es luego revisado y autorizado.

Las mascarillas y los guantes también se utilizan en la caja de los supermercado.Imagen: DW/A. Stefanato

La economía italiana está golpeada

Los que van a trabajar también necesitan una autorización. Conte había anunciado que la producción industrial debe continuar, aunque se insta a las empresas a que trabajen con el menor personal posible. En el norte de Italia, varias fábricas han estado en huelga porque los trabajadores temen una infección en su lugar de trabajo. Las cadenas de producción y suministro se han roto, por lo que la economía italiana está sufriendo bajo las consecuencias de la crisis sanitaria.

El ministro de Economía Roberto Gualtieri espera una recesión en la primera mitad de 2020. La bolsa de valores de Milán ha seguido cayendo. La región de la Lombardía es el corazón económico de Italia y ha sido precisamente la más afectada por la epidemia. El economista Lorenzo Codogno estimó que la producción económica de Italia ya se ha reducido en un 15% en las últimas semanas. En tanto, Roma quiere usar un paquete de 25.000 millones de euros para contrarrestar esta situación, que se financiará principalmente a través de la deuda. Italia, ya muy endeudada, espera también la ayuda de la Unión Europea.

Un pueblo fantasma: la gente espera en sus casas, cerca de Venecia. Imagen: DW/A. Stefanato

"Un tsunami de pacientes”

El dinero del fondo también será destinado al sistema sanitario italiano, que está bajo una gran presión. Giacomo Grasselli, médico coordinador de las unidades de cuidados intensivos de los hospitales de la Lombardía, aseguró que la demanda de sus camas se ha incrementado en un 50%.

"Estamos experimentando un tsunami de pacientes adicionales. Existe el riesgo de que lleguemos a un punto en el que los recursos disponibles no alcancen para todos. En ese caso, sería necesario reservar el acceso a los cuidados intensivos para los que tienen más posibilidades de sobrevivir”, dijo a DW. Y agregó: "Si nos quedamos en casa tres semanas, esto debería terminar. En teoría, no habría más contagios".

Aviso en una perfumería: "Por su seguridad y la nuestra, la tienda está cerrada por tiempo indefinido".Imagen: DW/A. Stefanato

Italia, sin turistas

Los turistas ya no vienen a Italia. Desde Venecia a Sicilia, los hoteles se enfrentan a la cancelación de las reservas. Los restaurantes ya estaban vacíos antes de que cerraran oficialmente. Los atractivos turísticos, como la Basílica de San Pedro en Roma, están cerrados. Los italianos no pueden dejar su país. Austria y Eslovenia incluso han cerrado sus fronteras terrestres.

Muchas escuelas y universidades ofrecen a sus alumnos la oportunidad de continuar con las clases a través de cursos en línea. Eso sí, no está clara la forma en que los exámenes se llevarán a cabo. Como todos los niños están en casa y no se les permite jugar afuera, el uso de la televisión está aumentando.

El paso fronterizo del Brennero, donde a los italianos ya no se les permite pasar. Imagen: picture-alliance/dpa/M. Balk

Una luz de esperanza

Francesco Passerini es el alcalde de Codogno, una pequeña ciudad de la Lombardía donde se registró el primer contagiado por coronavirus en Italia. Él ve una pequeña luz al final del túnel. Aparentemente, tras tres semanas de cuarentena, no hay nuevas infecciones: "Estos informes deben ser tratados con mesura. Tenemos que esperar y ver la tendencia en los próximos días", afirmó.

Según una encuesta de opinión, el 89% de los italianos está de acuerdo con las medidas draconianas para detener la ola de infección.

(ju/cp)

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