1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Italia y Hungría forman frente contra los migrantes

29 de agosto de 2018

La estrategia de los populistas en la campaña electoral al Parlamento Europeo 2019 es el “bloqueo y el rechazo”. El ministro del Interior de Italia y el primer ministro húngaro dirigen esa coalición de los populistas.

Diciotti, un barco de rescate con 150 peticionarios de asilo africanos a bordo
Diciotti, un barco de rescate con 150 peticionarios de asilo africanos a bordoImagen: picture-alliance/AP Photo/O. Scardino

"Salvini es mi héroe", exclamó recientemente el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, sobre el ministro del Interior italiano. Matteo Salvini es ahora su "modelo político a seguir". Ambos presentaron en Milán un manifiesto que pretende cambiar la política migratoria de la UE por una basada en el bloqueo y el rechazo.

El jefe de "Lega" y el "demócrata liberal" de Hungría buscan conquistar la mayor cantidad de escaños en las próximas elecciones al Parlamento Europeo en mayo de 2019 con una coalición anti-inmigración, la cual pretende que los inmigrantes de África, que ya se encuentran en Italia u otro país de la UE, sean deportados de regreso. El rechazo a los migrantes en puertos o altamar ya no les parece suficiente a los dos nacionalistas.

Viktor Orbán ve dos bandos en la Unión Europea: uno contra la inmigración, dirigido por él, y el otro que supuestamente aboga por la inmigración "ilimitada", dirigido por el presidente francés, Emmanuel Macron, y el multimillonario estadounidense de origen húngaro George Soros. El ultraderechista italiano  Salvini propone la misma línea de Orbán y critica al presidente francés, quien a su vez había acusado a Salvini de hacer una inhumana política de inmigración y chantajear a sus vecinos de la UE. Aún no se sabe hasta cuándo los conservadores en Estrasburgo seguirán tolerando la radicalización de la derecha, a nivel europeo.

Crece la coalición anti-inmigración

Polonia, la República Checa, Eslovaquia y Austria conforman dicha alianza. Salvini y Orbán pueden confiar en su popularidad en Italia y Hungría. En Francia, por ejemplo, el partido xenófobo de Marine Le Pen fue extremadamente exitoso en las elecciones europeas de 2014.

En Alemania, el partido populista de derecha AfD alcanza altos índice de intención de voto en las encuestas. En Dinamarca, Finlandia, Suecia y los Países Bajos, los populistas de derecha son relativamente fuertes. El ministro del Interior alemán Horst Seehofer (CSU) firmó recientemente con la derecha italiana y el ministro del Interior de Austria, el populista de derecha Herbert Kickl, un pacto sobre política de migración.

Matteo Salvini (der.) recibe a Viktor Orbán en Milán este 28 de agosto de 2018Imagen: Getty Images/AFP/M. Bertorello

Los objetivos son, en resumen: cerrar las fronteras externas y disuadir a los migrantes de regresar. Los tres ministros reunidos en Innsbruck, empero, no pudieron llegar a un acuerdo sobre la distribución de migrantes y solicitantes de asilo o una reforma de las normas de Dublín sobre cuál país debe asumir la responsabilidad de quienes piden asilo. Los intereses son diametralmente opuestos, ya que nadie quiere acoger a los migrantes del otro.

Sin embargo, la orientación general de la política de migración europea no está muy lejos del enfoque de Salvini y Orbán. Los jefes de Estado y Gobierno de los 28 miembros de la UE han reiterado que las fronteras exteriores deben ser lo más herméticas posibles y que las nuevas llegadas deben evitarse.

Italia no es acusada, para que Roma no acuse

Además, Bruselas ha favorecido la apertura de centros de recepción en donde se procesen rápidamente las peticiones de asilo y las deportaciones, en caso de rechazo.  Pero nada ha sucedido hasta hoy, porque ningún Estado de la UE quiere administrar dichos centros. Al ministro del Interior italiano todo le parece muy lento, por lo que, por su cuenta, ha ordenado cerrar los puertos a barcos que rescatan a refugiados del mar Mediterráneo, arrestando a sus tripulaciones y chantajeando a otros Estados de la UE para que se los lleven.

Por su parte, el Comisario europeo de Migración, Dimitris Avramopoulos, dice que se necesita una solución a largo plazo para la distribución de migrantes. "Italia se perjudica a sí misma, pero más no ocurre", dijo Avramopoulos a un periódico italiano. Entretanto, se hace esperar una protesta de indignación de los demás Estados de la UE. A pesar de que Italia está incumpliendo el Acuerdo de Dublin, nadie parece interesado en abrir un juicio contra Roma. ¿Por qué? Porque quien critica a otro por no recibir más refugiados, los debe acoger él mismo. Y esto es lo que, al parecer, no quiere hacer la mayoría de países de la Unión Europea.

Bernd Riegert (jov/er)

Ir a la siguiente sección Tema del día DW

Tema del día DW

Ir a la siguiente sección Más de DW