El tema de la crisis financiera global no se agota y la búsqueda de soluciones no es asumida únicamente por estadistas de profesión. Como muestra un botón: desde el martes 14 de julio de 2009 y durante dos días se dan cita en Múnich alrededor de doscientas personas de Rusia y Alemania en el marco del IX Diálogo de Petersburgo.

El foro anual, que tiene como objetivo propiciar el entendimiento entre ambos países, tiene como lema en esta ocasión: “Caminos para salir de la crisis desde la perspectiva de la sociedad civil”. Sin embargo, los asistentes saben que en los ocho grupos de trabajo en que se organizan no se hablará únicamente de economía, sino también de seguridad y derechos humanos, ámbitos de gran actualidad y relevancia sociopolítica tanto para Alemania como para Rusia.

Argumentos sobre la mesa

La creación de un nuevo modelo de seguridad internacional será discutida por el grupo de trabajo sobre Política, partiendo de sugerencias hechas por el Presidente ruso, Dimitri Medvédev, al referirse a la expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte en Europa Oriental y la amenaza que la Federación Rusa ve en ello. Medvédev había propuesto una nueva constelación sin alianzas militares que comprometieran la seguridad de otras naciones.

Por su parte, el grupo de trabajo Ciudadanía dedicará su atención a un importante asunto de política interior: los obstáculos y limitaciones que enfrentan las organizaciones de la sociedad civil en Rusia. Tras un encuentro entre Medvédev y activistas de derechos humanos a principios de 2009, el Gobierno ruso dijo que corregirá las leyes que rigen a las organizaciones no gubernamentales para facilitar su trabajo.

Cita en el palacio Schleissheim

“Si esta ley para las organizaciones no gubernamentales es corregida por iniciativa del presidente, estoy convencido de que la sociedad civil verá en ello una clara señal de los líderes políticos y una buena razón para sentirse motivada a participar”, comenta Andreas Schockenhoff, coordinador de la cooperación ruso-alemana en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania.

El jueves 16 de julio de 2007, las consultas entre los Gobiernos de Rusia y Alemania tendrán lugar en el palacio Schleissheim, cerca de Múnich, para cerrar el IX Diálogo de Petersburgo. La canciller alemana, Angela Merkel, aprovechará la ocasión para conversar con su homólogo ruso, Dimitri Medvédev, sobre tópicos que trascienden el evento y que van desde asuntos climáticos hasta la crisis política en Irán.

La herencia de Schröder

El Diálogo de Petersburgo, un evento percibido por muchos como herencia dejada por el ex canciller alemán Gerhard Schröder, se celebró por primera vez en abril de 2001 en San Petersburgo; el lugar en donde confluyen armoniosamente Rusia y Europa en el imaginario popular.

Buscando distanciarse de la política rusa de su predecesor, Merkel visitó Rusia en enero de 2006 y decidió reunirse en la residencia del embajador alemán en Moscú con críticos del régimen de Putin. En cambio, Schröder, que durante su mandato se refirió a Putin como “un demócrata de pura cepa”, consideraba innecesario ese tipo de encuentros y más bien propuso, en otoño de 2001, que se creara un foro en donde se pudieran reunir los intelectuales de ambos países. Fue así como surgió el Diálogo de Petersburgo.

Autor: Evan Romero-Castillo

Editora: Pablo Kummetz