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Sociedad

Jóvenes indígenas católicos: conciliar pasado, fe y cultura

18 de enero de 2019

¿Catolicismo con rostro indígena? Participantes del Encuentro Mundial de la Juventud Indígena, reflexionan sobre contradicciones y desafíos en la antesala de la Jornada Mundial de la Juventud, en Panamá.

Panama Soloy - Internationales Treffen der Indigenen Jugend
Imagen: EMJI

"Asumimos la memoria de nuestro pasado para construir el futuro con valentía”. Con este lema se realiza en el pueblo de Soloy, en Panamá, el primer Encuentro Mundial de la Juventud Indígena (EMJI), entre el 17 y el 21 de enero, en forma previa a la Jornada Mundial de la Juventud con el Papa Francisco, que comenzará el día 22 en la capital del país centroamericano.

Evocar el pasado, en el caso de los pueblos indígenas latinoamericanos, supone asumir una historia de conquista, represión y exterminio, no sólo de los habitantes originarios, sino de sus creencias religiosas ancestrales, precisamente de manos de quienes llevaron la fe católica.

El lema nació del pasada Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia, "donde el mensaje del Papa fue que debemos tener memoria de nuestro pasado para ser esperanza de futuro”, explica Emilda Santos, representante del pueblo Ngäbe y una de las organizadoras del encuentro del EMJI.

La joven se siente muy interpretada por este lema: "Los indígenas tenemos una riqueza milenaria heredada de nuestros ancestros. La única manera de que los jóvenes la sigan viviendo es escuchando las historias de nuestros abuelos y compartiéndolas con los demás”.

¿Pero cómo se compatibilizan el ser indígena y católico, tomando en cuenta el pasado de conquista? Para Kevin Hernández, joven del pueblo Guna, también organizador de la EMJI, esta jornada invita a asumir este pasado: "Ha sido difícil el camino entre la iglesia y los indígenas. Nuestros ancestros fueron masacrados por los españoles. Es muy difícil aceptarlo, pero como joven veo que es posible vivir la religión católica como indígena”.

En opinión del misionero claretiano español Félix de Lama, quien lleva 44 años junto al pueblo Guna, "ese pasado no se puede olvidar nunca, es parte de la historia. Y la iglesia nunca tendrá que dejar de pedir perdón. Es también una memoria purificadora para nosotros, para no repetir esos errores”.

Kevin Hernández y Emilda Santos, jóvenes católicos de pueblos indígenas panameños, en el EMJI.Imagen: EMJI

Ser indígena y católico

"Para la iglesia católica es muy difícil evangelizar entre los pueblos indígenas, por la larga historia de genocidio de parte de los españoles en nombre de la iglesia”, indica Emilda Santos. La joven reconoce, sin embargo, que "actualmente la iglesia católica tiene un papel muy importante en relación con los pueblos indígenas y nos da apoyo fraterno en las diferentes luchas que vivimos cada día, por nuestro territorio y nuestra identidad indígena”.

"Cuando hay una actitud honesta de acercamiento, de compromiso con sus luchas, hay un nuevo tipo de relación. A mí el pueblo Guna me ha acogido casi como un hijo. Y hay personas indígenas que tienen una identidad muy fuerte y reconocida, y se sienten también cristianas católicas. Eso es posible, lo he visto y lo he vivido en mí mismo”, asegura el padre Félix.

En su experiencia, "en el momento en que uno se abre a la realidad de los pueblos indígenas de manera cercana, con los ojos abiertos, descubre una religión en la que el espíritu de Dios ha estado muy presente y le ha dado la fuerza para resistir tanto tiempo tantas agresiones. Así llega a haber un diálogo interreligioso en el que todos nos enriquecemos”.

Riqueza cultural y nuevas luchas

Este primer EMJI reúne a unos mil jóvenes y peregrinos de 30 pueblos indígenas de 12 países del continente americano. Si bien los organizadores esperaban contar con representantes de otras regiones que habían expresado interés en participar, finalmente las dificultades de acceso a Soloy, en la Comarca Ngäbe-Bugle, a unos 400 kilómetros de la capital, lo impidieron.

"Queremos mostrarle al mundo y a los jóvenes nuestra riqueza cultural e identidad como pueblos indígenas”, destaca Emilda Santos. "Los católicos indígenas también tenemos voz para la iglesia”, aporta Kevin Hernández.

Los desafíos para los indígenas son grandes y en varios frentes, reconoce el padre Félix de Lama: "asegurar y defender sus territorios que, aunque están demarcados y reconocidos desde hace tiempo, siguen siendo amenazados, y lograr el reconocimiento legal de los que aún no lo tienen”.

Jóvenes católicos de 30 pueblos indígenas de 12 países latinoamericanos están presentes en el encuentro en Panamá.Imagen: EMJI

Igualmente importante es la transmisión de los valores y la cultura a las nuevas generaciones, asegura el sacerdote: "En ese sentido, la iglesia tiene un papel muy grande, de abrir un espacio para que lo indígena se visibilice”. 

Junto con asumir el pasado, de Lama advierte que "el presente sigue siendo muy desafiante, con muchas amenazas. Quizás estamos llegado a un momento tan duro como en el tiempo de la conquista. A pesar de que hay instrumentos internacionales jurídicos que reconocen los derechos de los pueblos, en la práctica eso va hacia atrás, con agresiones de proyectos neoliberales y políticos en América Latina que amenazan la realidad indígena”.

En el Encuentro Mundial de la Juventud Indígena se están realizando conversatorios sobre experiencias sociales, culturales y religiosas. Los participantes concurrirán posteriormente a la Jornada Mundial de la Juventud, que se realizará en Ciudad de Panamá del 22 al 27 de enero, y que contará con la presencia del Papa Francisco.

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