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PolíticaSerbia

Jóvenes periodistas de Serbia y Kosovo hablan de la paz

Pandeli Pani
7 de junio de 2024

Cuando ellos nacieron, la guerra entre sus países acababa de terminar. Sin embargo, la guerra influye hoy en la relación entre los jóvenes serbios y albanokosovares. ¿Cómo imaginan un futuro común?

Periodistas serbias y kosovares en un café de Kumanovo.
Jóvenes periodistas de Serbia y Kosovo se reúnen en un café.Imagen: Ajdin Kamber

El 9 de junio de 1999 se firmó el Acuerdo de Kumanovo, que puso fin a la sangrienta guerra en la antigua provincia serbia de Kosovo. El final del conflicto estuvo precedido por décadas de represión hacia la población albanesa por parte del Estado serbio.

Para detener la deportación y el asesinato de la población albanokosovar, la OTAN, sin un mandato en virtud del derecho internacional, intervino y bombardeó la entonces República Federal de Yugoslavia durante 78 días.

Un lugar histórico

Kumanovo es la segunda ciudad más grande de Macedonia del Norte. Está situada cerca de la frontera entre Serbia y Kosovo, el lugar perfecto para acordar el fin de la guerra. Pero en ese lugar no hay nada que recuerde ese día histórico.

Los jóvenes serbios y kosovares de 25 años no tienen recuerdos de la antigua Yugoslavia. No vivieron los conflictos de los 90, pero debieron soportar las consecuencias sociopolíticas y económicas y hacer frente al pasado en sus sociedades. Sus ideas están muy influenciadas por su entorno familiar, los medios y la retórica de las élites políticas.

"En realidad no somos tan diferentes": jóvenes de Kosovo y Serbia.Imagen: Ajdin Kamber

A principios de junio de 2024, un grupo de jóvenes periodistas de Serbia y Kosovo nacidos en 1999 se reunieron en Kumanovo justamente para hablar de lo que saben hoy sobre la guerra. Y lo que es más importante: cómo ven su futuro.

"Yo no viví la guerra de 1999 porque acababa de nacer, pero mis padres y parientes me han contado muchas historias de la época. Fue un tiempo doloroso para nosotros, los albaneses", dice Ereza Krasniqi.

"Nunca he estado en Kosovo. Nuestra percepción de Kosovo está formada principalmente por las historias de las generaciones mayores, por la cobertura unilateral de los medios de comunicación y por los discursos de nuestros políticos", afirma David Petrovic, de Aleksinac (Serbia).

Los jóvenes serbios y kosovares quieren paz

En el encuentro se observa que las generaciones más jóvenes tienen ideas muy diferentes a las de sus padres o abuelos sobre el futuro común: "Los jóvenes quieren paz y un futuro feliz y sin preocupaciones", afirma Aferdita Likaj, de Kosovo.

Para evitar ideas nacionalistas, mitos y teorías conspirativas, Filip Djordevic cree necesario organizar encuentros, no solo con periodistas de ambos países, sino también con jóvenes de otros ámbitos, como estudiantes de informática, de administración de empresas, o de arte.

"Los periodistas se ocupan de política y de diversos aspectos de la comunicación pública, y a menudo tienen la oportunidad de reunirse e intercambiar ideas con periodistas de otros países", explica.

"Cuando regresan a casa, traen consigo muchas historias personales y experiencias positivas", dice corresponsal serbio de Deutsche Welle.Imagen: Ajdin Kamber

"No somos tan diferentes"

Medina Pasomi, de Kosovo, señala que "la etnia y el origen no juegan un papel importante en estos encuentros y discusiones". Ellos hablan "de temas y retos cotidianos. Hablamos de experiencias personales, música, comida, de nuestros sueldos, del estrés y de los problemas de salud", agrega.

Irena Cuckovic, de Novi Sad (Serbia), añade: "Así nos damos cuenta a menudo de que vamos a los mismos festivales de música, que tenemos mucho en común en cuanto a cultura y mentalidad, y que nos gustan comidas parecidas. En resumen: que en realidad no somos tan diferentes".

El periodista serbio Aleksandar Bugarin trabaja como corresponsal junior para DW. Cuenta que muchos jóvenes serbios temen visitar Kosovo por los prejuicios existentes. Pero, cuando estos regresan a casa, "traen consigo muchas historias personales y experiencias positivas".

Por eso, él cree que la cultura y los encuentros, así como los proyectos conjuntos entre jóvenes de ambos países, son especialmente adecuados para tender puentes de entendimiento, respeto y aceptación mutua.

(ju/cp)

 

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