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Jalisco rinde homenaje a la música germano-mexicana

Manuel Sierra Alonso
24 de abril de 2017

México desarrolló un estilo musical propio combinando la influencia alemana con el sentir latino. La Orquesta Filarmónica de Jalisco se presenta por primera vez en Alemania.

Imagen: Marco Ayala

La historia de México bien podría servir de ejemplo para comprender la cultura y tradición latinoamericana por extensión. Poco ha quedado de la música precolombina que podamos conocer hoy en día. Tan sólo restan algunas hipótesis e instrumentos de percusión que les permite teorizar a los músicos acerca de estilos quizá perdidos para siempre.

 

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Con la llegada de los europeos a México comenzaron a aparecer los instrumentos populares y clásicos del Viejo Continente: cuerdas, vientos, percusión y fuelle. Pero la música tomaría un giro inesperado debido a la combinación de culturas que trajo consigo el mestizaje. A las composiciones típicas el latino, que se estaba gestando, les fue cambiando la impronta.

Alemania y la conexión Jalisco

La región noroeste de México formó parte de la creación de nuevos estilos y albergó a importantes músicos que dejarían su huella para siempre. Desde Sinaloa hasta Colima, el occidente mexicano tomó estilos variados, como la polka, para dar a luz a instituciones musicales tan arraigadas a la identidad propia del país como los mariachis, las rancheras y los corridos, entre otros.

Fue precisamente el gobernador del estado de Jalisco quien, en 1953, encargó al célebre músico alemán Gerhart Münch la composición de un concierto para piano y orquesta dedicado a la ciudad que recibió el título de Homenaje a Jalisco. Esta primera obra fue apenas el comienzo de una relación simbiótica entre la música contemporánea europea y los nuevos estilos que los compositores mexicanos harían con esta.

Durante los 35 años que Gerhart Münch vivió en México, logró introducir la música de pianistas como Karlheinz Stockhausen y Ernst Krenek, además de participar en la formación de compositores nacionales como Francisco Núñez Montes y Mario Lavista, incorporando los nuevos estilos europeos a los latinos.

Marco Parisotto. Imagen: Mónica Anguiano

Un preciso ejemplo de mestizaje musical se da con el reconocido ensamble de percusión Tambuco. Su búsqueda se basa en la combinación de instrumentos de orquesta con instrumentos de cultura étnica con el objetivo de otorgar a los primeros una nueva voz, nuevas técnicas y nuevas formas de integración con el ensamble en su conjunto. A partir de este principio, interpreta un espectro musical amplio como la música de cámara, clásica y contemporánea.

La orquesta de Jalisco en Alemania 

La orquesta filarmónica de Jalisco, dirigida por el maestro Marco Parisotto, llega a Alemania por primera vez en el marco del Año Dual, en donde interpretará obras de Silvestre Revueltas, Arturo Márquez y en combinación con el ensamble Tambuco, la obra Metal de Tréboles de Javier Álvarez. Completando el programa, la orquesta finalizará con la sinfonía número 1 en Do menor del compositor alemán Johannes Brahms.

Antes de su presentación en Berlín este 24 de abril en el Konzerthaus, el director de la filarmónica, el maestro Marco Parisotto, dialogó con DW.

DW: El gerente de la filarmónica, Arturo Gómez, señaló que su llegada en 2014 le otorgó un nuevo sonido a la orquesta. ¿A qué atribuye estos cambios?

MP: Cada director tiene sus propias ideas sobre cómo desea que suene la orquesta y la forma de interpretar las obras de acuerdo a su formación, su criterio y tomando en cuenta el estilo de los músicos que tiene frente a él. En este caso, siendo ellos latinos y yo de origen italiano, pero formado tanto en Europa como en Canadá, atribuyo estos cambios a que todos juntos absorbemos los estilos latinos y europeos de una manera muy especial, y después agregamos nuestra pasión natural. Esto trae como resultado un sonido muy original, que es técnicamente cuidado, pero más libre en el flujo del sentimiento por la música.

Si bien la música tiende a ser un lenguaje universal, ¿cree que trabajar en México le haya cambiado algo en su manera de dirigir?

México es un país lleno de color y pasión. Me encanta entregar toda mi energía y recibirla de regreso por parte de los músicos. Es maravilloso sentir esa energía que fluye de los dos lados y se va al lado del público también. Encuentro que el público en México es muy receptivo a esa energía que se da en el escenario, la absorbe y reacciona a ella con el mismo entusiasmo que la orquesta y el director les transmitimos. Entonces, no ha cambiado mi forma de dirigir en lo que respecta a mi propia técnica e ímpetu, pero sí me da una fuerza adicional muy particular el sentir esta conexión y coincidencia en la forma de sentir de mis músicos y la mía.  

¿Encuentra diferencias en la manera de interpretar de los músicos latinos?

Percibo que puedo pedir mucho más de lo habitual en cuanto a fuerza en la interpretación y recibirlo sin inhibición por parte del ensamble. Siento que nuestros músicos de la Orquesta Filarmónica de Jalisco se entregan al 200 por ciento a la música y a lo que yo les pido en mi conducción, y lo dan sin limitarse, lo cual es muy atractivo para el público y nos da mucha satisfacción al final de cada presentación.       

En el programa usted incluye a dos compositores de épocas muy distantes como el maestro Revueltas, de principios del siglo XX y Márquez, un compositor contemporáneo, quien se ha formado en un México influenciado por compositores extranjeros como Gerhart Münch. ¿Cuál fue su criterio para elegir estas obras?

Justamente quería mostrar épocas y estilos muy diferentes de tres compositores mexicanos para difundir el talento de compositores mexicanos de música orquestal ante el público alemán. En el caso de Revueltas, Márquez y Álvarez, me encanta el hecho de que se perciba claramente a una voz propia sumada a las influencias que cada uno de ellos tuvo de acuerdo con su formación musical. Los tres se formaron en México, pero también en Europa y en América. El caso de Javier Álvarez, quien compuso la obra Metal de Tréboles específicamente para esta gira, es muy interesante, ya que con un lenguaje moderno es capaz de mostrar ritmos latinos y tropicales, pero también jazz y, aunque se trate de una obra para orquesta sinfónica, también hay elementos que muestran su amplia experiencia en música electroacústica.

Javier Álvarez busca con Tambuco, en su integración de instrumentos de la cultura étnica con los clásicos, una nueva sonoridad. ¿Cómo ha sido trabajar con el ensamble previo a su presentación en Alemania?

Nuestra conexión con Tambuco en el escenario ha sido una combinaciones/colaboración muy feliz y fructífera, precisamente por lo que hemos venido platicando a lo largo de la entrevista. Se trata de un grupo de artistas de primerísimo nivel que, aunado a su perfección técnica, tienen una gran pasión en su interior que sale a relucir en el escenario y que les ha traído críticas positivas por todo el mundo y los ha convertido en un ensamble de percusión que goza de gran reconocimiento dentro y fuera de México.

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