Japón anuncia que retomará la caza comercial de ballenas
26 de diciembre de 2018
El país se retirará de la Comisión Ballenera Internacional el próximo año en un giro que sin duda provocará críticas en todo el mundo, aunque solo las capturarán en las aguas territoriales japonesas.
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"Hemos decidido retirarnos de la Comisión Ballenera Internacional para reanudar la caza comercial de ballenas en julio del próximo año", dijo a la prensa el principal portavoz del gobierno, Yoshihide Suga, este miércoles (26.12.2018). Este explicó que "se limitará a las aguas territoriales y las zonas económicas exclusivas de Japón". "No cazaremos en las aguas antárticas ni en el hemisferio sur", aseguró Suga.
El anuncio había sido ampliamente esperado y se produce después de que Japón tratara de convencer a la CBI (IWC por sus siglas en inglés) de que le permita reanudar la caza comercial de ballenas. Tokio había amenazado reiteradamente con retirarse del acuerdo y ha sido insistentemente criticada por capturar cientos de ballenas al año para "investigación científica" a pesar de ser signataria de una moratoria sobre la caza de estos animales acuáticos.
Suga dijo que Japón informaría oficialmente a la CBI de su decisión a fines de año, lo que significa que la decisión entrará en vigor el 30 de junio. Abandonar la CBI significa que los balleneros japoneses podrán reanudar la caza en las aguas costeras japonesas de minke y otras ballenas actualmente protegidas por la CBI. Pero Japón no podrá continuar con las llamadas cacerías de investigación científica en la Antártida que se le ha permitido excepcionalmente como miembro de la CBI en virtud del tratado.
La retirada significa que Japón se alinea con Islandia y Noruega en su abierto desafío a la prohibición de la CBI sobre la caza comercial de ballenas. Japón ha cazado ballenas durante siglos y su carne fue una fuente clave de proteínas en los años inmediatos posteriores a la Segunda Guerra Mundial, cuando el país era extremadamente pobre. Pero el consumo ha disminuido significativamente en las últimas décadas, y gran parte de la población dice que rara vez o nunca comen carne de ballena.
Japón era miembro de la CBI desde el 21 de abril de 1951 y hasta ahora había respetado la moratoria en la caza comercial de la ballena acordada en 1982, aunque organizaciones animalistas aseguran que existía una caza comercial encubierta. Suga dijo que, a partir de su retirada, el país actuará como observador en el seno de la organización y aseguró que el Gobierno de Tokio sigue comprometido en el manejo de los recursos marinos de acuerdo con datos científicos.
lgc (afp/ap)
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La cacería de los gigantes del mar
La caza de ballenas con fines comerciales está prohibida desde 1986. Japón sigue cazando ballenas, asegurando que lo hace con fines científicos. Ahora fue demandado por Australia ante la Corte Internacional de Justicia.
Imagen: picture-alliance/Robert Harding
Colosos en peligro
Gracias a la prohibición de cazar ballenas con fines comerciales, la población de algunas especies se ha estabilizado. Pero la ballena azul, la de aleta, la ballena de Sei, la ballena franca austral y el cachalote siguen amenazados o incluso corren peligro de extinción. Las ballenas son los mamíferos más grandes del planeta. Pueden llegar a medir 33 metros y a pesar hasta 190 toneladas.
Imagen: DW
Cacería que no cesa
La cacería de ballenas aún no cesa. Aunque fue proscrita en 1986, cazadores noruegos, islandeses y japoneses siguen acosando a estos mamíferos, algunos de los cuales se encuentran en peligro de extinción. Los nipones argumentan que los cazan para llevar a cabo programas de investigación científica.
Imagen: picture-alliance/dpa
Proceso en La Haya
Australia intenta desde hace 20 año detener por la vía diplomática la cacería de ballenas que lleva a cabo Japón. Hasta ahora no ha tenido éxito. Ahora se espera que la Corte Internacional de Justicial de La Haya tome un decisión al respecto. La vista de la causa comenzó el miércoles (26.06.2013).
Imagen: picture-alliance/AP Photo
Cazadores nipones
La flota japonesa también ha salido este año a cazar ballenas en la región antártica. Oficialmente se habla de programas científicos, pero la carne de las ballenas termina finalmente en los mercados y restaurantes. El Instituto Japonés de Investigación Ballenera fue fundado precisamente un año después de establecerse la moratoria de la Comisión Internacional de Caza de Ballenas.
Imagen: Greenpeace/Kate Davison
Tradición culinaria
En Japón se come carne de ballena desde hace mucho tiempo. Después de la Segunda Guerra Mundial fue un alimento importante para la población. Se la apreciaba mucho, porque era más barata que la carne de vacuno. Pero los gustos cambian: solo un 8 por ciento de la carne que se consume actualmente en Japón es de ballena.
Imagen: gemeinfrei
Alimento para perros
7.000 toneladas de carne de ballena se acumulan en los frigoríficos nipones. Dado que la carne de la ballena de aleta no tenía demanda, una empresa elaboró con ella un alimento para perros. Pero entretanto la empresa en cuestión aseguró que no seguirá produciéndolo. Las protestas de las organizaciones defensoras de los animales fueron demasiado grandes.
Imagen: picture-alliance/dpa
Subvenciones estatales
No obstante, muchos japoneses defienden la caza de ballenas y critican las acciones de defensores de los animales como Greenpeace, calificándolas de ecoterrorismo. Estos sectores no quieren doblegarse ante la presión internacional. En los pasados 25 años, el Estado japonés incluso ha subvencionado la caza de ballenas con un monto anual equivalente a más de seis millones de euros.
Imagen: picture-alliance/ dpa
Más cazadores
También Islandia y Noruega siguen cazando ballenas oficialmente. Interpusieron un recurso contra la moratoria y no se sienten obligados a cumplirla. Pese a las protestas, la flota islandesa volvió a zarpar este año para cazar ballenas de aleta. La carne ha de ser vendida en Japón.
Imagen: picture-alliance / dpa
Caza permitida
Pueblos nativos como los inuits de Canadá tienen permitido cazar ballenas oficialmente, mientras no comercialicen sus productos. La caza de ballenas representa una centenaria tradición para estos pueblos, que aprovechan la carne, el aceite y los huesos: nada se desperdicia.
Imagen: picture-alliance/empics
Greenpeace y Sea Shepherd
La actual prohibición de cazar ballenas es también mérito de organizaciones ambientalistas. Durante años han llamado la atención sobre el tema con acciones espectaculares y han movilizado a la opinión pública. La organización Sea Shepherd es famosa y controvertida por su agresiva defensa de los colosos marinos.
Imagen: cc by John Guano sa 2.0
Turismo ballenero
Muchos países que antes practicaban la caza de ballenas hacen ahora buenos negocios con la observación de estos animales. Algunos antiguos cazadores trabajan actualmente como guías y comparten sus conocimientos con los turistas. También en Japón hay cada vez más gente que quiere ver a la ballenas en libertad y no sobre la mesa.