Japón vaciará al mar agua de Fukushima en primavera o verano
13 de enero de 2023
El agua, contaminada con residuos radiactivos, fue usada para refrigerar los reactores de las instalaciones nucleares.
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El Gobierno de Japón anunció este viernes (13.01.2023) que el vertido al mar del agua contaminada y tratada que se acumula en la central nuclear de Fukushima tendrá lugar entre la próxima primavera y el verano, a pesar de la oposición de los grupos pescadores locales.
El Ejecutivo aprobó este viernes un plan revisado para el vertido, que también incluye compensaciones para la industria pesquera que podría verse afectada por la medida, contra la cual también han protestado países vecinos como Corea del Sur y China.
El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) se encuentra supervisando el plan nipón para verter el agua una vez esta es procesada para retirar la mayor parte de los elementos radiactivos, y enviará una misión a Japón -la cuarta de este tipo- para analizar los preparativos sobre el terreno.
"Antes de proceder al vertido, vamos a esperar a que el OIEA emita su informe general, fortalecer las funciones de supervisión, adoptar medidas para apoyar la venta de productos de la zona afectada y trabajar contra la difusión de rumores negativos", dijo el portavoz del Ejecutivo, Hirokazu Matsuno, tras la reunión de Gabinete donde se aprobó el nuevo plan.
Se espera que la descarga de agua al Pacífico tenga lugar "una vez acaben las obras para el vertido" y "la investigación del regulador nuclear nipón, además del informe de la OIEA", según el portavoz, quien estimó que la fecha concreta se situará entre primavera y verano de 2023.
Las autoridades niponas y la operadora de la planta, Tokyo Electric Power (TEPCO), habían previsto inicialmente proceder al vertido el próximo mes de abril, aunque esta fecha se ha visto pospuesta por el retraso en las obras de construcción de un túnel submarino que se empleará para descargar el agua de la planta un kilómetro mar adentro.
Se trata del agua contaminada con residuos radiactivos tras emplearse para refrigerar los reactores o filtrarse dentro de las instalaciones nucleares, de la que se almacenan unos 1,29 millones de metros cúbicos en bidones dentro de unas instalaciones atómicas dañadas por el terremoto y el tsunami de 2011 donde se agota el espacio.
Tras analizar con un panel científico una serie de posibles soluciones de enorme complejidad técnica, entre ellas métodos de evaporación o de inyección subterránea, las autoridades niponas y TEPCO optaron por verter al mar frente a la central todo el líquido acumulado después de someterlo a un tratamiento descontaminante.
El agua es tratada con un sistema de procesamiento que elimina la mayoría de los materiales radiactivos considerados peligrosos, a excepción del tritio, un isótopo presente en la naturaleza, aunque en baja concentración. Las autoridades niponas afirman que el vertido tendrá unos niveles de radiactividad por debajo del tope fijado por la Organización Mundial de la Salud para el agua potable, y que por tanto no presentará riesgos para la salud humana ni para el medio ambiente.
Sin embargo, el plan aún se enfrenta a la oposición de las organizaciones pesqueras locales, cuyas actividades apenas se han recuperado tras la catástrofe nuclear de 2011, y que temen que el estigma que afecta al pescado y marisco de la zona empeore debido al vertido.
ama (efe, ap, afp)
Japón y la sombra de Fukushima
El 11 de marzo de 2011, la zona noreste de Japón fue sacudida por un poderoso terremoto y un tsunami que causaron una catástrofe nuclear. Pasarán años más antes de que el país se recupere de la tragedia.
Imagen: REUTERS
Catástrofe inconcebible
El triple desastre ocurrido en marzo de 2011 derivó en la muerte de 19.000 personas. Primero, un terremoto sacudió la costa este de Japón, y trajo consigo un devastador tsunami. Estos desastres naturales condujeron a la fusión parcial en numerosos reactores de la central Daiichi, en el distrito de Fukushima. Fue la peor catástrofe nuclear desde la tragedia de Chernóbil, en 1986.
Imagen: Reuters/Kyodo
Un alto precio
Estimaciones recientes señalan que la catástrofe de Fukushima acabará costando mucho más de lo que en un principio se contemplaba. En noviembre de 2012, la empresa TEPCO informó que el monto total de indemnizaciones a las víctimas y las operaciones de limpieza podrían tener un costo total cercano a 100 millones de euros. Eliminar la radiación de la planta Daiichi podría tardar hasta 40 años.
Imagen: Itsuo Inouye/AFP/Getty Images
Súper robot
Para la limpieza de contaminación radioactiva se utiliza la "súper jirafa": un robot que puede cargar un máximo de 150 kilogramos y tiene un alcance de hasta 8 metros con su brazo extensible. El artefacto es operado a control remoto para limpiar áreas que no son accesibles al ser humano.
Imagen: Yoshikazu Tsuno/AFP/Getty Images
¿Todo bajo control?
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, es mostrado durante una visita a la planta afectada, a finales de 2012. En aquela ocasión dijo que "el desastre es un reto sin precedente"; sin embargo, consideró que la situación estaba bajo control. El gobierno japonés fue fuertemente criticado por su manejo de la crisis y de la información sobre ésta.
Imagen: Itsuo Inouye/AFP/Getty Images
Poca sustancia
Yukio Edano, principal vocero del gobierno, ofreció numerosas conferencias de prensa a fin de mantener al público informado. Pero fueron pocos los datos realmente sustanciosos y la información tendía a minimizar la gravedad de la tragedia. Tal fue la conclusión a la cual llegó en el verano de 2012 una comisión independiente formada por expertos.
Imagen: picture alliance/dpa
Obstáculos a la investigación
TEPCO fue calificada aún peor por el organismo independiente. La firma no solamente trató de obstaculizar la investigación, sino que también intentó confundir a la opinión pública restando gravedad a los daños.
Imagen: picture alliance / abaca
El otro desastre
Sacos llenos de material radioactivo yacen en un depósito provisional de Fukushima. Son recuerdos de la tragedia del 11 de marzo de 2011. TEPCO admitió que no estaba lo suficientemente preparada para un desastre natural de tal magnitud. La empresa fue nacionalizada en julio de 2012, a fin de salvarla de la bancarrota.
Imagen: picture alliance/AP Photo
Riesgo de contraer cáncer
Un bebé es sometido a un control de su glándula tiroides. Un reciente documento de la OMS afirmó que el riesgo de contraer cáncer era sólo un poco mayor en zonas de altas emisiones. En cambio, otras organizaciones afirman que se producirán unos 80.000 casos adicionales debido a la radiación.
Imagen: Reuters
Nuevos juguetes
Las emisiones aún son muy fuertes en algunos sitios y aún en áreas residenciales. Los contadores geiger de la organización Greenpeace registraban en febrero pasado más de 10 microsieverts por hora en un sitio de juegos infantiles en Fukushima. Con tales emisiones radioactivas se alcanzaría en sólo cuatro días el nivel límite contemplado en Alemania para todo un año.
Imagen: Reuters
Solo en la zona de peligro
Naoto Matsumara lleva a su ganado a pastar todos los días, como si nada hubiera pasado. Pero algo sí que cambió: hoy se encuentra totalmente solo, con sus 50 vacas y dos avestruces. Él decidió permanecer en la zona de exclusión alrededor de la planta nuclear. Cerca de 160.000 personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares. La mayoría jamás regresará.