Japón y Grecia instan a sus ciudadanos a abandonar Etiopía
30 de noviembre de 2021
El canciller Yoshimasa Hayashi dijo que Tokio subió el nivel de alerta ante "la grave situación" en el país africano.
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Los gobiernos de Japón y Grecia urgieron el martes (30.11.2021) a sus nacionales a "salir de Etiopía a través de vuelos comerciales", debido a la "grave crisis" que vive el país tras el estallido del conflicto armado en ese país.
Japón hizo un llamado, hace unas semanas, a sus ciudadanos residentes en Etiopía para que abandonen el país y subió el nivel de alerta hace unos días por la "grave situación", explicó a los medios de comunicación el ministro de Exteriores, Yoshimasa Hayashi.
El gobierno japonés envió a Etiopía el pasado viernes un equipo formado por personal del ministerio de Exteriores y de Defensa para recopilar información y monitorear la situación sobre el terreno, detalló Hayashi, quien además confirmó que por el momento ningún ciudadano japonés se encuentra en peligro.
Gobierno griego insta a evacuación
También Grecia urgió el lunes a sus nacionales a abandonar Etiopía "lo antes posible con los vuelos comerciales disponibles", a causa de las condiciones de seguridad "inciertas y cada vez más imprevisibles", según destacó el Ministerio de Exteriores en un comunicado.
Varios centenares de griegos viven en Etiopía, principalmente en la capital del país, donde funciona un colegio griego con 120 estudiantes. Grecia decidió evacuar a sus ciudadanos de ese país, después de que la semana pasada hicieran lo mismo EEUU, Francia y Reino Unido.
El primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, anunció la semana pasada que iría al frente para dirigir el Ejército etíope en la guerra contra los rebeldes de la región norteña de Tigray.
Las fuerzas del Frente Popular de Liberación de Tigray (FPLT) conquistaron estas últimas semanas la ciudad de Shewa Robit, en la vecina región de Amhara, a unos 220 kilómetros de Adís Abeba, sede de la Unión Africana, entre otros organismos internacionales.
La guerra estalló el 4 de noviembre de 2020, cuando el primer ministro etíope ordenó una ofensiva contra el FPLT, partido que gobernaba entonces la región, en represalia por un ataque a una base militar federal y después de una escalada de tensiones políticas.
El conflicto que enfrenta al Gobierno central con los rebeldes de la región etíope de Tigray (también llamada Tigré) no muestra señales de que vaya a terminar pronto, y la crisis humanitaria es cada vez más grave.
Imagen: AP Photo/picture alliance
Una ciudad en llamas
Residentes de la capital de Tigray, Mekele, revisan los escombros dejados por uno de los bombardeos lanzados por las fuerzas gubernamentales el pasado 20 de octubre. Los militares aseguran que el objetivo era una fábrica de armas operada por el Frente de Liberación del Pueblo del Tigray (FLPT), afirmación que las fuerzas rebeldes niegan.
Imagen: AP Photo/picture alliance
Humos de guerra
El humo de un reciente ataque aéreo se alza sobre las calles de Mekele. Los combatientes tigrinos acusan al Gobierno de haber matado civiles con estas ofensivas, pero las autoridades centrales insisten en que solo atacan objetivos militares. Los vecinos han confirmado que al menos un importante complejo industrial de la ciudad fue destruido por los proyectiles.
Imagen: Million Haileselassie/DW
Soldados capturados
Capturados por las fuerzas rebeldes, soldados del Gobierno etíope y de milicias aliadas esperan ser trasladados a un centro de detención. La imagen es del pasado 22 de octubre. Los militares fueron exhibidos por las calles de Mekele, a bordo de camiones descapotables, como una demostración de fuerza, el mismo día en que se cumplían cuatro jornadas consecutivas de bombardeos sobre la capital.
Imagen: picture alliance/AP
Cruz Roja en camino
Un vehículo de la Cruz Roja de Etiopía avanza por Mekele, tras los bombardeos gubernamentales. La entidad ha estado trabajando incansablamente para entregar ayuda médica y albergues básicos en la región. En medio de un apagón comunicacional en Tigray, la Cruz Roja también es vital para reconectar a familias separadas por el conflicto.
Imagen: Million Haileselassie/DW
Escasa ayuda
Un avión de carga de la organización de ayuda Samaritan's Purse descargó suministros en el aeropuerto de Mekele, el pasado mes de marzo. Desde entonces, el flujo de la ayuda humanitaria se ha visto fuertemente limitado, con barricadas en rutas clave -que impiden el paso de convoyes- y ataques aéreos -que obligan a abortar vuelos con suministros.
Imagen: AA/picture alliance
Una súplica desesperada
Trabajadores de la salud protestan frente a la oficina de Naciones Unidas, en Mekele, para condenar la muerte de pacientes debido a la grave escasez de alimentos y medicamentos. Las existencias de suministros cada vez son menores, mientras las tasas de desnutrición entre los niños se disparan. Pero la ONU ya anunció que tendrá que retirar a la mitad de sus funcionarios desplegados en Etiopía.
Imagen: Million Haileselassie /DW
Víctima de la guerra
Una víctima del ataque aéreo a Togoga recibe asistencia médica. El 22 de junio, un día de mercado, la Fuerza Aérea de Etiopía lanzó un ataque contra la ciudad tigrina de Togoga, matando a 64 civiles e hiriendo a 184. Las ambulancias que intentaban ayudar fueron inicialmente bloqueadas por soldados, antes de que otro convoy rompiera el cerco y llevara a 25 lesionados a un hospital de Mekele.
Imagen: Million Haileselassie/DW
Protestas internacionales
Al otro lado del mundo, cientos de personas se congregaron en Whitehall, Londres, el 19 de octubre, portando banderas y gritando consignas por el fin de la violencia y del bloqueo en Tigray. Muchos de los manifestantes eran mienbros de la diáspora tigrina, etíope y eritrea.
Imagen: Tayfun Salci/picture alliance/ZUMAPRESS
Autoridades y activistas progubernamentales
En septiembre, en Adis Abeba, frente a la oficina del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, manifestantes protestaron contra el envío de ayuda al Tigray. El Frente de Liberación Popular de Tigray (FLPT) es calificado como organización terrorista por el Gobierno etíope. Autoridades y activistas acusan a sus combatientes de cometer toda clase de atrocidades, como reclutar soldados infantiles.