Las escuelas han vuelto a abrir en la franja de Gaza. Tras un mes de guerra, la intención es devolver a los niños cierta sensación de normalidad. Con algo de suerte y un poco de buena voluntad, el alto el fuego no volverá a interrumpirse. Así, los colegios de Gaza seguirán sirviendo para aprender, y no para refugiarse. En ello trabaja intensamente la diplomacia europea y el jefe de ésta: Javier Solana.

DW: ¿Qué tiene que hacer la Unión Europea para ganar credibilidad como mediador en el conflicto entre israelíes y palestinos?

Javier Solana: Tenemos que seguir haciendo lo que hemos hecho hasta ahora. Como usted bien sabe, estuvimos en contacto permanente con ambas partes para lograr un alto el fuego y, en mi opinión, en la actual tregua se ven reflejados esos esfuerzos.

Lo siguiente es empezar con la reconstrucción. Primero habrá que conseguir una apertura de las fronteras, luego poner en marcha el proceso político. Éste tiene, desde mi punto de vista, dos aspectos fundamentales: por un lado la situación política palestina, que es importante pero no tan relevante como el segundo elemento, el proceso de paz, que es el llamado a poner fin al conflicto.

Yo creo que nuestra labor de los últimos tiempos, por lo menos la de los últimos meses, ha sido bien acogida y estoy convencido de que a partir de ahora vamos a trabajar todos conjunta y constructivamente. Somos mediadores sinceros de una paz que muchas personas en el mundo esperan ver realizada. Cuanto antes, mejor.

Miremos al futuro próximo, ¿qué puede ofrecer Europa para asegurar que se cumpla el alto el fuego?

Muchas cosas. Vamos a estar presentes en Gaza. Junto con Naciones Unidas, que es quien tiene la responsabilidad, estamos tratando de averiguar qué hace falta para que la ayuda humanitaria vuelva a fluir. Esa ayuda incluye también material para la reconstrucción de casas, escuelas y hospitales: no se trata sólo de pan y agua, que también son importantes, pero tenemos que ver más allá de las necesidades básicas.

Para eso es necesario abrir las fronteras, petición que ya le hemos hecho llegar a nuestros amigos israelíes. A cambio les ofrecemos cooperación, sobre todo en el paso de Rafah, uno de los más relevantes. Y también ahí está presente nuestra gente (hemos enviado tropas de la Unión Europea) y, de acuerdo con las partes, haremos más si es necesario.

¿Cuál es la posición europea ante este conflicto? Porque, al principio, Europa estaba muy dividida: algunos países, como Alemania y la República Checa, mantenían su fidelidad a Israel, mientras Francia criticaba abiertamente la ofensiva militar.

Europa tiene muchas voces diferentes, pero todas siguen una política común. Primero, detener la violencia y lograr un alto el fuego, ése era nuestro objetivo inicial. Segundo, lograr que la ayuda humanitaria llegue lo antes posible. Tercero, colaborar para que puedan abrirse las fronteras. Y aparte de eso, algunos Estados europeos han ofrecido ayuda para controlar el tráfico de armas en la región: aquí el objetivo es, claro está, garantizar la seguridad de Israel.

¿Tiene la UE que empezar a negociar oficialmente con Hamás?

Yo creo que no tenemos por qué hablar necesariamente con Hamás. Es importante conseguir que los palestinos tengan un gobierno, llamémosle una “unidad nacional”. Y las negociaciones entre los palestinos han de empezar lo antes posible y llegar pronto a un resultado.

Pero incluso para Estados Unidos, el principal aliado de Israel, los contactos con Hamás han dejado de ser un tabú, ¿espera la UE a que Washington rompa el hielo?

No, lo que yo digo es algo muy sencillo: esta situación la tienen que solucionar los mismos palestinos. Ellos tienen que dar con el camino hacia la reconciliación y crear un gobierno de unidad nacional que esté dirigido por un presidente electo. Ésa es una condición fundamental.