Jefe de Ejército egipcio: “País está al borde del colapso”
29 de enero de 2013 Gobernaron hasta la llegada de Mohamed Mursi y ahora alzan la voz para llamar la atención sobre lo que sucede. Es el Ejército egipcio, cuyo comandante en Jefe, el general Abdel Fattah al-Sisi, dijo este martes (29.01.2013) que las disputas políticas estaban llevando al país al borde del colapso, algo que suena distinto cuando lo dice la persona que tiene el poder militar de un Estado.
Fattah al-Sisi fue designado por Mursi al mando de las fuerzas armadas y también como ministro de Defensa en agosto de 2012. La noche del lunes la Shura, que realiza las labores de un Parlamento mientras se esperan las elecciones en Egipto, aprobó la idea del Gobierno de entregarle atribuciones policiales al Ejército. Es decir, Fattah al-Sisi es ahora también el jefe de una fuerza policial.
Esta medida surge como respuesta a las manifestaciones y disturbios que han dejado 53 muertos en el país africano. De esta forma, los soldados podrán detener a civiles y mantener el orden. Ante la nueva función, el ministro de Defensa dijo que se trataba de un ejercicio de equilibrio.
"El conflicto entre las distintas fuerzas políticas y sus disputas sobre cómo debe gobernarse el país podría llevar al colapso del Estado", advirtió Al-Sisi, quien aseguró que el Ejército seguirá siendo un pilar de estabilidad. El general agregó que los militares quieren evitar la confrontación con los egipcios que ejercen el derecho a la manifestación.
Sin embargo, su discurso envió un poderoso mensaje: la mayor institución del país, que cuenta con un importante rol en la economía y la seguridad porque recibe directamente los grandes subsidios de Estados Unidos, está preocupada por el destino de la nación tras cinco días de graves turbulencias.
Protestas bajan de intensidad
Tras varias noches de disturbios, la tranquilidad volvió también en las últimas horas del martes (29.01.2013) a El Cairo y Alejandría, aunque en el centro de la capital podían verse todavía nubes de humo. En Suez, en cambio, miles de personas volvieron a salir a las calles. Esta vez, en cambio, los soldados no atacaron a los manifestantes.
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La nueva actitud dista de la tomada días antes por las fuerzas de seguridad, que reprimieron a quienes se manifestaban, causando decenas de heridos y también muertos. Todo esto en el marco de una marcada polarización social generada por el malestar ciudadano ante un Gobierno que no puede revivir la economía y necesita empezar a preparar a Egipto para las elecciones parlamentarias que deberán realizarse dentro de unos meses.
DZ (Reuters, dpa)