Jefe de la nueva iglesia ortodoxa de Ucrania asume cargo
3 de febrero de 2019
La ceremonia se da un mes después de que el patriarca ecuménico de Constantinopla otorgara independencia a la nueva Iglesia ortodoxa de Ucrania.
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El metropolita de Kiev, Epifanio, fue entronizado este domingo (03.02.2019) en la Catedral de Santa Sofía como jefe de la nueva Iglesia ortodoxa ucraniana, en una ceremonia a la que asistieron diversas personalidades políticas y religiosas.
El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, quien se postula para la reelección en la carrera presidencial del 31 de marzo en el país, y su rival, Yulia Tymoshenko, asistieron a la ceremonia. Por su parte, en Moscú, el portavoz de la Iglesia ortodoxa rusa desestimó la ceremonia de Kiev como un "espectáculo patético".
"Estatus de patriarcado"
Tras asumir como cabeza de la recién creada institución religiosa, Epifanio, elegido en un concilio eclesial el pasado diciembre, confió en que en el futuro la Iglesia ucraniana obtendrá el "estatus de patriarcado". A la vez, llamó a la unidad del clero y los fieles ortodoxos en medio de un conflicto con la Iglesia rusa que no reconoce la independencia de la institución ucraniana.
Epifanio, entronizado el día de su 40 cumpleaños, quiso lanzar un mensaje de paz y aseguró que la Iglesia ucraniana está abierta para la colaboración y el diálogo con otras iglesias cristianas presentes en Ucrania.
Iglesia ortodoxa autocéfala
El patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, líder espiritual de los cristianos ortodoxos del mundo, firmó el pasado 5 de enero el "tomos" (decreto) que concede la independencia a la Iglesia ucraniana tras más de tres siglos de su dependencia del Patriarcado de Moscú.
Al día siguiente, el "tomos" fue entregado al líder de la nueva Iglesia, Epifanio, en una ceremonia solemne que tuvo lugar en Estambul, sede del Patriarcado de Constantinopla. Tras recibir el "tomos", la Iglesia ucraniana, nacida el 15 de diciembre, se convirtió en la decimoquinta Iglesia ortodoxa autocéfala del mundo.
FEW (EFE, AP)
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La Guerra de los 30 Años: religión, poder y territorio
Un conflicto regional desencadenó la guerra y es una de las peores a nivel mundial. La Guerra de los 30 años comenzó como una disputa por la religión y luego se convirtió en una lucha por el poder en Europa.
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Saqueos en exceso y violencia
La guerra se llevaba a cabo, especialmente, en lugares donde todavía había algo para comer o para saquear. Los campesinos eran torturados para que revelaran el lugar en donde escondían los alimentos. Los mercenarios suecos aterraban a los habitantes con la "bebida sueca”, era un método de tortura. La bebida era una mezcla de orina, excremento y agua sucia.
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Evitando la victoria católica
Gustavo II Adolfo de Suecia se unió a la guerra en 1630 para salvar a los protestantes alemanes y expandir su influencia por Europa. Él evita la victoria de los católicos que eran liderados por el Emperador Romano, un comandante activo y él, personalmente, dirigía a sus tropas.
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La muerte de un Rey
El 16 de noviembre de 1632 tiene lugar una de las batallas más grandes de la Guerra de los 30 años en Lützen (actualmente Sajonia-Anhalt). El ejército protestante, liderado por el Rey Gustavo II Adolf, luchó contra las tropas católicas, dirigidas por Albrecht von Wallenstein. El Rey de Suecia murió.
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"La guerra se nutre a sí misma"
Comandantes que reclutan soldados, organizan ejércitos y perfeccionan la matanza salvaje. El más exitoso fue el General Albrecht von Wallesnstein, ejército del Emperador. Él introdujo un sistema de recaudación en el que los campesinos, los comerciantes y los ciudadanos eran forzados a suministrar alimentos y pagarle a los soldados. El lema de Wallenstein era: la guerra se nutre a sí misma.
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La horca
A diario ocurrían torturas y ejecuciones. Jacques Callot, artista y testigo ocular, capturó estos horrores de la Guerra de los 30 años a través de sus dibujos. Callot muestra a la población como víctimas y autores, los soldados son linchados o terminan como mendigos. Uno de sus trabajos más conocidos es “La horca” (1632/33).
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Mayo 1648: una paz histórica
Lo que parecía casi imposible es un hecho. Luego de 5 años de negociaciones y preparativos, entre la ciudad protestante de Osnabrück y la ciudad católica de Münster, todos los involucrados en la guerra firmaron un tratado de paz en Münster. Actualmente, La Paz de Westfalia se ve como un referente para la resolución de conflictos.