OTAN promete “no olvidar” a afganos que necesitan huir
31 de agosto de 2021
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, prometió no olvidar a quienes buscan huir del régimen talibán pero no pudieron ser evacuados antes de la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán.
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"Mantener el aeropuerto de Kabul abierto y en condiciones de operar es esencial tanto para hacer llegar ayuda humanitaria como para que salgan las personas, aquellas que así lo desean pero que no han podido formar parte de la evacuación militar", dijo Stoltenberg. "Nos comprometemos todos a seguir trabajando duro para hacerlas salir. No las olvidaremos", agregó.
El último vuelo militar estadounidense partió del aeropuerto de Kabul el lunes por la noche después de operaciones de emergencia para rescatar a más de 123.000 aliados y afganos que trabajaron junto a ellos durante el conflicto.
Pero mientras los talibanes celebran su victoria, la OTAN debe analizar qué salió mal en su misión militar más importante desde la Guerra Fría. Stoltenberg aseguró que los aliados mantendrían la presión diplomática sobre los talibanes para permitir que los afganos restantes y sus familias, que trabajaron para ayudar al esfuerzo occidental y ahora se sienten en riesgo, abandonen el país.
Turquía operará el aeropuerto de Kabul
En diálogo con AFP, el funcionario elogió a Turquía, un miembro de la OTAN, por ofrecerse a asumir un papel en la gestión del aeropuerto mientras los talibanes intentan abrirlo, y agradeció a aproximadamente 800 miembros del personal civil de la OTAN por su ayuda en la gestión del puente aéreo.
"Continuaremos trabajando con los aliados de la OTAN, con otros países para ayudar a la gente a salir. Juzgaremos a los talibanes no por lo que digan, sino por lo que hagan", dijo. Al mismo tiempo, la OTAN utilizará su "influencia política, diplomática y económica para asegurarnos de que la gente pueda irse. Esto es importante porque los aliados de la OTAN han estado allí durante tantos años".
Con relación al futuro, Stoltenberg dijo que la alianza occidental tendría que analizar cuidadosamente qué salió mal en su misión de construir un gobierno y un ejército afgano capaces de detener el avance de los talibanes. "Estas son algunas de las preguntas difíciles que tenemos que hacernos. Ahora tendremos un proceso en el que vamos a evaluar, analizar y tener nuestro proceso de lecciones aprendidas en la OTAN".
jov (afp, nato.int)
Los talibanes toman Afganistán, la gente huye del terror
Tras la retirada de las tropas de la OTAN, los talibanes fueron reconquistando cada vez más territorios en Afganistán. En especial los afganos que trabajaban para esas tropas temen por su vida y tratan de huir del país.
Imagen: Abdullah Sahil/AP/picture alliance
Entrada en Kabul
Un miembro de las fuerzas talibanes inspecciona un área situada fuera del aeropuerto internacional de Kabul, la capital afgana, tomada el 15 de agosto.
Imagen: REUTERS
Toma de Kandahar
Los combatientes talibanes festejan la conquista de Kandahar, la segunda mayor de Afganistán, sobre un vehículo de la Policía. Junto con diversas instituciones afganas, los talibanes también tomaron el control de la oficina de gobierno y de la sede local de la Policía.
Imagen: AFP via Getty Images
Pakistán abre la frontera
Muchos afganos se dieron a la huida ante la llegada de los talibanes a varias ciudades. Pakistán abrió su paso fronterizo para los afganos varados en esa zona. A finales de julio, el Gobierno pakistaní había anunciado que no estaba dispuesto a recibir a más refugiados. Pero eso ha cambiado ahora.
Imagen: Jafar Khan/dpa/picture alliance
Otra vez guerra civil en Afganistán
Era de prever, y los peores temores se hicieron realidad. Luego de la retirada de las tropas internacionales, la guerra civil entre los talibanes y las fuerzas afganas volvió a estallar en varios lugares de Afganistán. En todo el país se registraron combates, también con armas pesadas, como se ve en esta foto, en la capital de Kunduz, del mismo nombre.
Imagen: Abdullah Sahil/AP/picture alliance
Herat y Helmand, bajo control talibán
Además de Kandahar, también las provincias de Herat y Helmand, de importancia estratégica, cayeron bajo el dominio de los talibanes. El miedo aumentaba en la población a medida que los talibanes iban ganando terreno.
Imagen: AFP
Avance brutal de los talibanes
Las tropas de los talibanes fueron ganando terreno rápidamente y sin pausa, y las víctimas de sus ataques son, sobre todo, civiles. Como aquí, en Lashkar Gah, una ciudad al sur de Kabul. Un bombardeo aéreo destruyó el 8 de agosto un hospital y una escuela. La población civil es expulsada, o usada como escudo humano. Decenas resultan heridos y muchos mueren.
Imagen: Abdul khaliq/AP/picture alliance
El que puede, huye
La situación se agrava especialmente para los afganos que trabajaron con la OTAN, que temen ataques por venganza de los talibanes y tratan de llevar a lugar seguro a sus familias. Muchos empacaron lo más necesario y huyeron, a menudo, a través del frente de los enfrentamientos, como aquí, en las afueras de Herat.
Imagen: Hamed Sarfarazi/AP/picture alliance
La conquista de Kunduz
Los talibanes vencieron también en los combates en Kunduz, y ocuparon el despacho del gobernador y el cuartel de la Policía. Asimismo, destruyeron gran parte de la infraestructura de la ciudad, como se ve aquí, en una calle de negocios.
Imagen: Abdullah Sahil/AP/picture alliance
Símbolo del fracaso
En la ciudad de Kunduz, recapturada, ahora flamea la bandera talibán, todo un símbolo del fracaso de las tropas aliadas occidentales en Afganistán. La retirada de las tropas de la OTAN le abrió literalmente las puertas a los talibanes para la toma del poder. Ahora, cientos de miles de afganos se encuentran huyendo del terror.
Imagen: Abdullah Sahil/AP/picture alliance
Un futuro incierto para los afganos
Farzia, de 28 años, perdió a su esposo en los combates contra los talibanes en la ciudad de Baghlan, al este de Kunduz, y ahora vive provisoriamente con sus dos hijos pequeños, de cinco y dos años, en un campo de refugiados en el parque Share-e-Naw, en Kabul, la capital afgana. Para muchos afganos como ellos, el futuro es incierto.