Los socialdemócratas han decidido el domingo reeditar la coalición de gobierno con la CDU, y Jens Spahn se convertiría entonces en ministro de Sanidad en el nuevo gabinete de la canciller Angela Merkel. Para él sería un nuevo paso en su brillante carrera política. Pero, ¿qué significaría para su jefa?

Jens Spahn es lo contrario a Merkel dentro de la CDU: quiere limitar el número de refugiados, prohibir el burka, suprimir la doble ciudadanía y apostar por las políticas de ley y orden.

Rechazo al extremismo

Para él, consenso es sinónimo de parálisis. Sin embargo, no quiere ser tildado de "ala derecha" de la CDU, sino como un conservador liberal. "Quiero luchar contra los extremistas de derecha y los lemas de derecha, tanto como contra el islamismo de derecha", afirma.
En 1995, cuando solo tenía 15 años, se unió a la organización juvenil de la CDU porque todos a su alrededor eran "de izquierda", dice. Tenía 22 años cuando entró al Bundestag por elección directa de su distrito electoral en Münsterland, Renania del Norte-Westfalia.

Primero banquero, luego político

Allí, en Ahaus, junto a la frontera holandesa, nació y creció Jens Spahn. Tras graduarse en una escuela secundaria católica, se formó como banquero. Una vez metido en política, comenzó a estudiar Ciencias Políticas a distancia. Culminó en 2017 con una maestría en Arte. Spahn ha ganado con claridad en su distrito electoral en todas las elecciones parlamentarias desde 2002. También en 2017, cuando la CDU perdió más de 7 por ciento respecto a 2013. A Spahn tampoco le fue tan bien como en 2013, pero igual logró asegurar 51.3 por ciento de los votos, solo 0.7 puntos porcentuales menos.

Jens Spahn no se durmió en los laureles. Siempre tuvo intención de "avanzar poco a poco". Al principio, se centró en la política de salud, un campo no muy popular entre los parlamentarios, por lo que tampoco genera mucha rivalidad. Meticulosamente trabajó su camino y se convirtió en portavoz de salud de su grupo en 2009. Para el Ministerio de Salud no era (todavía) suficiente y en 2013 se tuvo que conformar con la Secretaría de Estado de Finanzas.

Desafiante, incluso frente a la jefa

Al menos desde ese punto debió observarlo Merkel ya como una estrella emergente del partido. Y un oponente. Cuando la crisis de refugiados puso en apuros a la canciller, Jens Spahn fue uno de los más críticos de la "política de acogida" y pidió un cambio de rumbo. Una demanda que él todavía encarna. "Uno de cada cinco votantes está dividido porque hemos perdido masivamente la confianza, y eso tiene mucho que ver con la cuestión migratoria y de los refugiados", analiza Spahn. Muchos de los actuales problemas sociales están relacionados con la seguridad y la migración.

"La impresión de que hay poca seguridad viene también del hecho de que una abuela que ha criado cinco hijos y que ahora ayuda a criar diez nietos reciba exactamente las mismas ayudas que un joven que lleva tres semanas en el país o sobre el que incluso pesa una orden de extradición", dice el político de la CDU. Para él, la educación en las escuelas también se resiente, con una proporción de inmigrantes, en algunos casos, del 70 u 80 por ciento.

Machismo, no; matrimonio igualitario, sí

Jens Spahn se lamenta de la "cultura machista de muchos migrantes" y votó en 2016 contra la propuesta de Merkel de aprobar la doble nacionalidad. En el debate sobre la apertura del matrimonio homosexual, Spahn abogó por el sí. Y se casó al poco tiempo con su pareja de toda la vida: el periodista Daniel Funke.

Jens Spahn es consciente de la importancia de las redes sociales. En su página web, se documenta toda su actividad en Facebook y Twitter. Y no rechaza ninguna invitación para aparecer en televisión.

Su lema es pensar a lo grande. Dirigir un ministerio, podemos estar seguros, no es el último peldaño de su carrera política. Pero no es nada nuevo. Ya en sus tiempos de estudiante, como recuerda el profesor de deportes de su instituto, le preguntaron qué quería ser cuando fuera mayor. "Canciller", respondió.

Autora: Sabine Kinkartz (LGC/RRR).

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