Designado como candidato por los principales partidos políticos de Alemania, Joachim Gauck puede dar por seguro que será el próximo presidente del país. Su elección formal no está en duda. Pero, desde ya, su figura se encuentra en el escaparate del debate público y no solo es blanco de elogios y parabienes. También comienzan a escucharse críticas, formuladas incluso desde las filas de Los Verdes, que impulsaron su candidatura ya en 2010 junto con los socialdemócratas.

Declaraciones polémicas

El político verde Hans Christian Ströbele, por ejemplo, ha manifestado su disgusto por antiguas declaraciones en las que Gauck consideró absurdas las protestas contra el poderío de la banca. “Entretanto hasta los más duros capitalistas se quejan del poder desproporcionado y el abuso de poder del sistema financiero”, dijo Ströbele al periódico Frankfurter Rundschau, acotando que el antiguo defensor de los derechos cívicos de la RDA debería más bien simpatizar con los manifestantes.

Gauck probablemente no esté dispuesto a aceptar consejos en cuanto a con quién debe simpatizar o no. Sin pelos en la lengua, el virtual futuro presidente alemán suele decir lo que piensa, aunque corra el peligro de ser malinterpretado o de cosechar reproches. Pero, en la actual situación, sus palabras se miden con otra vara, milimétrica. Por ejemplo, las que pronunció tiempo atrás considerando valiente a Thilo Sarrazin, autor de un polémico libro en que advertía del efecto negativo de los inmigrantes musulmanes en la sociedad alemana. Ellas le valieron ahora ser calificado de “inelegible” por el portavoz verde de temas de integración, Memet Kilic.

Figura “difícil”

A algunos les molesta que Gauck haya condenado en su día la publicación de documentos secretos en Wikileaks; a otros, que no haya tomado partido contra el almacenamiento de datos por parte de los organismos de seguridad para combatir el crimen o el terrorismo. Una figura como Gauck, que se ha autodefinido como un “conservador liberal de izquierda”, resulta prácticamente imposible de encasillar.

Desde ya se perfila que no será un presidente “fácil”. Pero, como dijo el jefe de la bancada parlamentaria verde, Jürgen Trittin, al Frankfurter Rundschau, “el señor Gauck no es nuestro candidato porque esperemos que nos lleve al amén, sino porque es alguien que plantea claramente su posición, pero también está dispuesto a someterla a una discusión democrática, para defenderla o modificarla con argumentos”.

La ciudadanía, en todo caso, lo apoya ampliamente. De acuerdo con una encuesta del segundo canal de la TV alemana (ZDF), un 69 por ciento de los consultados aprueba que Gauck sea elegido presidente. El mayor respaldo lo consiguió precisamente entre los simpatizantes de Los Verdes (87 por ciento). Únicamente en las filas de La Izquierda se registró una mayoría de 58 por ciento en su contra.

Autora: Emilia Rojas
Editor: Pablo Kummetz