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Joe Biden en Arabia Saudí: una espinosa cooperación

13 de julio de 2022

Estados Unidos y Arabia Saudí, aliados durante muchos años, se habían distanciado últimamente. Ante las actuales crisis globales, Biden busca renovar la alianza, quitando los Derechos Humanos del foco de atención.

Kombobild | Joe Biden und Mohammed bin Salman Al Saud

La decisión del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de hacer una parada en Arabia Saudí como parte de su viaje a Oriente Medio ha causado revuelo en su país. Biden se ha visto obligado a justificar su decisión en el periódico Washington Post. Es consciente de que mucha gente no está de acuerdo con esta visita, escribió el presidente. Sin embargo, tratará de reforzar la "asociación estratégica" con Riad, manteniéndose fiel a los "valores fundamentales de Estados Unidos". Biden afirmó que adoptará una postura clara en defensa de los Derechos Humanos, "incluso en este viaje".

Compromiso con Israel

Biden está intentando persuadir a Arabia Saudí para lograr un mayor acercamiento del país a Israel. Aunque se considera poco probable que a corto plazo firme los llamados "Acuerdos de Abraham", que buscan una normalización completa entre los estados de la región e Israel, sí es "bastante concebible" que haya una cooperación "entre bastidores”, dice Eckart Woertz, director del Instituto GIGA de Estudios sobre Oriente Medio en Hamburgo.

Joe Biden junto al presidente israelí Isaac Herzog (izquierda) y el primer ministro israelí Yair Lapid a su llegada a Israel, otra estación en su viaje a la región. Imagen: AMIR COHEN/REUTERS

Lucha por el precio del petróleo

La visita tiene lugar en el marco de una situación política mundial fundamentalmente cambiada, provocada por el ataque ruso a Ucrania. La guerra se está convirtiendo en un reto económico cada vez más grande también para Estados Unidos. La preocupación por la escasez de petróleo ruso como consecuencia de las sanciones, ha provocado una subida masiva del precio del petróleo, produciendo enormes ingresos para Rusia.

El aumento en los precios también juega un papel importante en la campaña electoral de Biden, dice el experto Woertz. En noviembre se celebrarán en Estados Unidos las elecciones al Senado. La crisis energética "es un regalo para la oposición", dice Woertz. "Por eso también tiene interés en que Arabia Saudí aumente sus niveles de producción." No obstante, tampoco será una solución definitiva: aunque quisiera, Arabia Saudí sólo podría cumplir con los deseos de Biden hasta cierto punto.

Nuevo equilibrio de poder en la región

Durante su visita, Biden deberá tener en cuenta el nuevo equilibrio de poder en el conjunto de la región. Desde que Estados Unidos se retiró en gran medida de Irak y redujo su participación en Siria, su peso político-militar en Oriente Medio ha ido en declive. Rusia, sin embargo, lleva tiempo intentando llenar el vacío que Estados Unidos ha dejado en la región - con un éxito cada vez mayor. Esto es particularmente evidente en Siria, donde, junto con Irán, Rusia ha registrado grandes logros en la lucha contra la oposición al régimen de Assad. Además, la Federación apoya a Arabia Saudí en el desarrollo de su propio programa nuclear.

Cooperación con Moscú y Pekín

Sin embargo, Estados Unidos sigue siendo la potencia protectora más importante del reino, especialmente respecto a su rival más poderoso en la región: Irán. Arabia Saudí es el mayor comprador de armas de Estados Unidos. Pero es probable que la prohibición de las exportaciones impuesta por Biden haya provocado dudas respecto a la fiabilidad de Washington, afirma el experto en la región del Golfo, Eckart Woertz. "Aunque, desde el punto de vista de Riad, China o Rusia no pueden sustituir por completo a Estados Unidos en la alianza de seguridad, Arabia Saudí sí está tratando de diversificar su cartera. En este sentido, el reino también está negociando con China y con Rusia."

¿Fascinación por lo autoritario?

Pero hay otro obstáculo en la cooperación de Estados Unidos con los regímenes existentes en la región: los principios y compromisos políticos como potencia mundial democrática del país norteamericano. Durante la Primavera Árabe de 2011, ante las insurgencias Estados Unidos abandonó a antiguos aliados, como al autócrata egipcio Hosni Mubarak . Rusia, en cambio, siguió apoyando a sus aliados, sobre todo al dictador sirio Bashar al-Assad, que sólo pudo mantenerse gracias a la ayuda militar de Moscú. Es probable que los gobernantes autocráticos de Riad y otros lugares hayan observado de cerca estos "problemas de lealtad", sacando sus propias conclusiones.

(ies/jov)