Una botella de agua, una guía del peregrino en cinco idiomas con un mapa de la ciudad y los alrededores, un cancionero y libro de oraciones, un diccionario realizado por la editorial Langescheidt hecho con pictogramas que sustituyen las palabras, un pañuelo de peregrino y un rosario de cinco colores que simboliza los cinco continentes, son los imprescindibles de todo peregrino. No falta un paquete de postales ni un juego de cubiertos. Organizaciones no gubernamentales critican que en la mochila del peregrino no se encuentre un preservativo, a fin de cuentas la abstención es lo que comprobadamente mas falla.

Si al condón, no al Sida

Con motivo de la visita del máximo representante de Dios en la tierra, un grupo de jóvenes católicos exhortan a la Iglesia a que levante la prohibición de condones dada la problemática del Sida en el mundo. El movimiento "Somos Iglesia", que pugna por una reforma al interior de la Iglesia católica, pidió que se promueva una cultura de vida, en la que se escuchen las voces de jóvenes católicos y no católicos. "La juventud de todo el mundo se encuentra expuesta a contraer la infección del Sida", afirmó Tobías Raschke, portavoz del movimiento. "Por nuestra propia seguridad y nuestra vida, la Iglesia católica debiera dejar de prohibir el condón como preservativo, pues además es protección frente al Sida y VIH", subrayó.

Primero fue el Partido Demócrata Liberal (FDP), luego el sindicato de la policía (GdP), y ahora la organización estadounidense Condoms4life, quienes se han ofrecido a repartir condones entre los peregrinos. Condoms4life incluso ha lanzado una campaña con posters pegados en las estaciones de trenes y autobuses de Colonia en donde se lee en alemán, inglés y español: "los buenos católicos usan condones".

La policía y los condones

La policía de la ciudad que había ofrecido repartir condones entre los jóvenes participantes fue criticada por los organizadores del magno evento. "La acción es pura provocación", dijo el portavoz de las Jornadas Mundiales de la Juventud, Mathías Kopp. Dicen que el problema no es meter la pata sino sacarla sin salpicar. Una portavoz policial se quejó de que la iniciativa hubiera sido malinterpretada cuando a final de cuentas se preveía tan sólo repartir condones entre los policías que custodian el encuentro.

Por lo demás la población de Colonia se ha preparado para el encuentro mundial de los jóvenes católicos como si se tratara de la llegada del carnaval. Sobre todo por si la llegada de casi un millón de peregrinos significa que se agoten los suministros de leche, agua y productos básicos en las tiendas. Una vez que llegue el Papa a la Roma al norte de los Alpes, los coloneses no podrán huir más. Todas las autopistas serán bloqueadas. Las autoridades han exhortado a los habitantes de la ciudad a que se comporten con tranquilidad en donde quiera que estén. No va haber escasez aseguran, pues los peregrinos tienen aseguradas sus viandas: 900.000 panecillos y 300.000 litros de leche para que nadie pase hambre.

También aseguran que no faltarán los condones, aunque no se repartan oficialmente en la mochila del peregrino.