El expresidente uruguayo, José Mujica, denunció en Berlín a la "sociedad del despilfarro“ en los países ricos y pidió un plan Marshall para ayudar a mitigar la desigualdad y contener el flujo migratorio hacia el norte.
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“Cómo puede haber una llave de 35 mil dólares para un automóvil, o gente que pague 10 mil dólares por una botella de vino de tres cuartos de litro“, cuestionó Mujica al ejemplificar lo que llamó la “civilización del despilfarro“ en los países ricos. Mujica señaló que éstos países “no han entendido que el problema no es que los refugiados vengan acá, sino que hay que ir para allá y sacarlos de la pobreza. Necesitamos una gobernanza mundial".
Con esta crítica a la asimetría económico-social existente en el mundo, el actual senador del partido de izquierda Frente Amplio, de Uruguay, abrió el congreso anual de la Asociación Alemana de Estudios Latinoamericanos (ADLAF), en Berlín, que debatirá durante tres días en torno a la violencia y la desigualdad en América Latina, que siguen siendo un desafío para sus sociedades y que rebasan las fronteras nacionales y regionales.
Aludiendo a la crisis migratoria que presiona a Europa, Mujica destacó que los migrantes no quieren ir al sur. Prefieren ir al norte, en donde piensan que está la mesa servida. “Son migrantes pobres con internet y teléfono y ustedes los tratan bárbaro, con un sentido muy abierto y respetuoso, y ellos lo saben“, dijo Mujica.
Plan Marshal para enfrentar la desigualdad
Después de pronosticar que Europa se volverá “café con leche“, Mujica destacó que sería necesario un Plan Marshall para enfrentar la desigualdad existente, pero reconoció que es difícil que tenga lugar ahora. “El Plan Marshal no tuvo lugar por la bonhomía de Estados Unidos, sino porque estaba a la vista el peligro rojo“, dijo aludiendo a la amenaza del comunismo que impulsó a Estados Unidos a lanzar un programa para la reconstrucción de Europa.
En Centroamérica, “una región que es corredor de las drogas, que vomita niños por los niveles de violencia. Ahí los migrantes quieren ir a Estados Unidos, a como de lugar, aunque sea para limpiar baños". Mujica advirtió sobre las ganancias fabulosas del narcotráfico y la criminalidad, en donde ya no hay códigos. “Es o plomo o plata“.
Ante un auditorio repleto en la sede de la Fundación Friedrich Ebert, en Berlín, el expresidente, que pasó a la historia de Uruguay por despenalizar el aborto, permitir el matrimonio homosexual y regularizar la venta de marihuana a través del Estado recordó los logros de un presidente que gobernó Uruguay.
Sin revelar su nombre, dijo que en 1908 autorizó el divorcio por la sola voluntad de la mujer. En vez de aplicar la ley seca, cedió al Estado el monopolio de la producción de alcohol –lo que se sostuvo durante 50 años- abolió el toreo, permitió la enseñaza para las mujeres, y hasta instrumentó la legalización de la prostitución. “Nos dejó el país más laico de América Latina“, subrayó Mujica.
América Latina, la región que peor reparte
“No debe asombrar que Uruguay siempre haya sido el país en la región que ha repartido mejor la riqueza. Pero como América Latina es la región que peor reparte, Uruguay es un campeón de cuarta“. Al hacer una reflexión sobre las raíces de la desigualdad en América Latina, Mujica recordó la herencia de las potencias coloniales que repartieron la tierra feudalmente: “No le hecho la culpa a España y Portugal; es cuestión de historia. El primer reparto no fue equitativo, fue feudal, aristocrático, mientras que el reparto inglés produjo una clase media de consumo".
“En América Latina ha habido una concentración brutal y un gigantesco pobrerío. Es natural que nuestras venas estuvieran abiertas. La desigualdad y la concentración de la riqueza son endémicas en una región que vende materia prima y compra manufacturas", señaló el expresidente uruguayo.
Mujica comenzó su intervención recordando que tendría que estar en La Habana, adonde lo invitaron sus compañeros de antaño. Mujica fue invitado por el presidente Colombiano, Juan Manuel Santos, a asistir al acto oficial en donde se darán a conocer los detalles del acuerdo de cese del fuego bilateral definitivo entre las FARC y el Gobierno colombiano.
El año de los refugiados
Nunca antes hubo tantos refugiados como en 2015. Muchos han llegado a Alemania. "Es un desafío histórico", señaló la canciller Angela Merkel. Una mirada retrospectiva a un año estremecedor.
Imagen: Reuters/O. Teofilovski
Grecia: una puerta hacia la UE
Estos jóvenes procedentes de Siria superaron una peligrosa etapa de su viaje. Llegaron a Grecia y, por ende, a la Unión Europea. Pero con ello no alcanzaron todavía su meta. Quieren seguir rumbo al norte, hacia otros países de la UE. La mayor parte huyó en 2015 a Alemania y Suecia.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Peligro en el Mediterráneo
El camino que han recorrido encierra peligros mortales. Reiteradamente zozobraron embarcaciones no aptas para la travesía. Estos niños sirios y su padre tuvieron suerte. Fueron rescatados en el Mediterráneo por pescadores griegos de la isla Lesbos.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
La imagen que conmovió al mundo
Aylan Kurdi, de tres años de edad, no sobrevivió. A comienzos de septiembre se ahogó con su hermano y su madre en el Egeo, cuando intentaban llegar a la isla de Kos. La foto de este niño sirio muerto dio la vuelta al mundo, conmoviendo a miles de personas.
Imagen: Reuters/Stringer
Contrastes a la vista
Kos, a menos de cinco kilómetros de Turquía, es la meta de muchos refugiados. Llegan a las playas donde solo solía haber turistas. Este grupo de refugiados paquistaníes logró arribar con un bote inflable.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Caos total
Muchos refugiados quedan varados en Kos, porque solo pueden continuar viaje a tierra continental tras haberse registrado. En el verano, la tensión escaló cuando las autoridades hicieron esperar a los refugiados en un estadio para hacer ese trámite, a pleno sol y sin agua.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Un transbordador para refugiados
Debido a la insostenible situación imperante en la isla se produjeron disturbios. Para reducir la tensión, las autoridades griegas arrendaron un barco en el que se habilitaron posibilidades de alojamiento para 2.500 refugiados y una oficina de registro.
Imagen: Reuters/A. Konstantinidis
El dilema de Europa
Por la misma época, más al norte, en la frontera greco-macedonia, policías fronterizos impiden el paso a la gente. En el tumulto hay niños que lloran, separados de sus padres. "Pura desesperación" se llama la foto tomada por Georgi Licovski. La Unicef la distinguió como la foto del año, ya que plasma "el dilema de Europa y su responsabilidad".
Imagen: picture-alliance/dpa/G. Licovski
Un símbolo negativo
A fines del verano, Budapest se convirtió en un símbolo del fracaso de las autoridades y de la xenofobia. Miles de refugiados acampaban en los alrededores de una estación ferroviaria de capital húngara. El gobierno les prohibió continuar su viaje. En consecuencia, muchos siguieron su camino a pie, rumbo a Alemania.
Imagen: picture-alliance/dpa/B. Roessler
Se abre el paso
El 5 de septiembre se despejó el camino para los refugiados. La canciller alemana, Angela Merkel, tomó con su par austríaco, Werner Feymann, la decisión de permitir a la gente continuar el viaje. Varios trenes especiales y buses se dirigieron por esos días a Viena y Múnich.
Imagen: picture alliance/landov/A. Zavallis
Bienvenidos, refugiados
El primer fin de semana llegaron a Múnich cerca de 20.000 refugiados. En la estación central de la ciudad se reunieron innumerables voluntarios para atender a los refugiados y proporcionarles alimentos y vestimenta.
Imagen: Getty Images/AFP/P. Stollarz
"Lo lograremos"
Mientras Merkel era aclamada por los refugiados y los partidarios de darles asilo, en otros sectores de Alemania surgía el descontento. En una conferencia de prensa, Merkel respondió a las críticas con estas palabras: "Si tenemos que disculparnos por mostrar un rostro gentil en una situación de emergencia, este no es mi país". Otra frase se convirtió en su mantra: "Lo lograremos".
Imagen: Reuters/F. Bensch
Historias en el equipaje
A fines de septiembre, la policía publicó una imagen conmovedora. Una niña refugiada hizo este dibujo y se lo regaló a un policía de Passau. Muestra el horror que vivieron muchos refugiados y su gran alegría de estar por fin a salvo.
Imagen: picture-alliance/dpa/Bundespolizei
El drama continúa
A fines de octubre habían llegado a Alemania más de 750.000 refugiados. Pero el flujo no cesaba. Los países de la denominada "ruta de los Balcanes" se veían superados y cerraron sus fronteras. Solo se siguió permitiendo el paso a sirios, afganos e iraquíes. Como una forma de protesta, algunos refugiados de otros países se cosieron los labios.
Imagen: picture-alliance/dpa/G. Licovski
Sin final a la vista
"¡Ayúdanos, Alemania!", dicen los carteles de los manifestantes en la frontera con Macedonia. En Europa se acerca el invierno y miles de personas, incluyendo niños, se encuentran atrapadas en tierra de nadie. Entretanto, incluso Suecia, considerado un país abierto a los refugiados, estableció transitoriamente controles fronterizos. La UE cuenta para 2016 con otros tres millones de refugiados.