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“Europa debe avivarse”

16 de octubre de 2011

“Suramérica quiere reforzar sus lazos con Europa, pero para bailar se necesitan dos”, dijo el mandatario uruguayo y presidente temporal del Mercosur, José Mujica, al ser entrevistado por Deutsche Welle en Hamburgo.

José Mujica, presidente de Uruguay y líder temporal del Mercosur, sin conflicto de intereses.Imagen: DW/E.Romero-Castillo

El jefe del Gobierno uruguayo, José Mujica, llegó a Alemania este 15 de octubre, la segunda parada de una breve gira por Europa que ya lo llevó a Noruega y culminará en Bélgica esta semana. Mujica, quien también es el presidente temporal del Mercado Común del Sur, visitará la capital institucional de la Unión Europea con miras a mantener vivas las negociaciones entre el Mercosur y el bloque comunitario, que han estado estancadas recientemente debido a la crisis en la zona euro. Deutsche Welle lo entrevistó este domingo (16.10.2011) en la casa oficial de huéspedes del Senado de la ciudad-Estado de Hamburgo.

Deutsche Welle: Usted ha venido a Alemania acompañado por siete de sus ministros y una delegación de treinta empresarios. ¿Qué espera de este viaje, como jefe de Gobierno de Uruguay y como presidente temporal del Mercado Común del Sur?

José Mujica, presidente de Uruguay: Yo vengo a recordarle al empresariado alemán que Uruguay es un país estable, serio de cara a los compromisos que asume y, aunque pequeño, una puerta de entrada nada despreciable al Mercosur. Y como representante del Mercosur, vengo para continuar sus negociaciones pendientes con la Unión Europea. Tiempos como éste, en que los europeos tienen problemas internos, no propician los tratados de libre comercio que ambos bloques buscan firmar desde hace muchos años; pero nuestro deber es insistir en ello porque a nuestra región le conviene tener relaciones comerciales diversificadas.

Mujica advierte: “‘El espacio que Europa no ocupa en Suramérica lo puede ocupar China y a muy corto plazo”.Imagen: DW/E.Romero-Castillo

Los vínculos entre América Latina y China tienen aspectos muy favorables, pero, estratégicamente hablando, mientras más diversificadas sean nuestras relaciones comerciales, mayor seguridad tendrán nuestras economías en el futuro. Por otro lado, para nosotros es importante mantener los pies en la tierra y decirle a Europa: ‘¡Avívate! Date cuenta de que el espacio que no ocupes tú lo va a ocupar China y a muy corto plazo’. China es el cliente número uno de Brasil y el segundo tanto de Argentina como de Uruguay; dentro de poco será el primero. Nosotros queremos reforzar nuestros lazos con Europa, pero para bailar se necesitan dos.

Europa tiene sus problemas y mira hacia otras partes del mundo; nosotros hemos venido a decirle que mire hacia el sur. Aquí nos vamos a reunir con los empresarios alemanes y con la canciller, Angela Merkel; queremos compartir con ella la visión que se tiene desde Suramérica de la situación que atraviesa la Unión Europea. Estamos muy preocupados por la crisis del euro. Sus secuelas no se han dejado sentir con fuerza en nuestra región –las economías de nuestros países están creciendo en un 6, 7 u 8 por ciento–, pero esa crisis es tan grande que en algún momento comenzaremos a percibir sus efectos.

La Unión Europea teme sucumbir en la prueba de fuego que supone la crisis del euro. Mientras tanto, muchos hablan de una inminente década de prosperidad latinoamericana. ¿No cree usted que estos escenarios tan contrastantes estimulen las accidentadas negociaciones entre la Unión Europea y el Mercosur?

Déjeme decirlo de esta manera: entre tanta inseguridad e incertidumbre se asoma una buena oportunidad para muchas de las empresas prósperas del bloque comunitario. Las posibilidades de inversión que escasean en Europa en este momento, pueden encontrarse en Suramérica y es natural que sea así. Pero yo no comparto esa visión apocalíptica de que la Unión Europea se va a disolver. Pese a la gravedad de la situación, ella va a superar esta crisis porque tiene historia, tiene recursos y tiene talentos. Su problema actual radica en que la economía financiera manda sobre la política, cuando debería ser al revés.

Mujica: “Las posibilidades de inversión que escasean en Europa pueden encontrarse en Suramérica”.Imagen: DW/E.Romero-Castillo

¿Qué han aprendido los timoneles del Mercosur de la crisis de la eurozona?

Una de las lecciones más esclarecedoras que nos dejó la crisis de la Eurozona es que no puede haber unidad monetaria si no se han establecido previamente políticas fiscales comunes efectivas. Esto no lo sabíamos; nosotros pensábamos que era al revés, que tener una moneda común nos iba a alinear en las demás áreas. Y lo que ocurre en la Unión Europea nos ha servido para enfriar el ímpetu con que veníamos clamando por una moneda regional. Tenemos muchas cosas por resolver en el Mercosur antes de alcanzar ese objetivo y cada paso es un reto serio porque todavía nos cuesta mucho aceptar la noción de supranacionalidad.

A pesar de la crisis, la Unión Europea sigue mostrándose dispuesta a ampliar su lista de Estados miembros. ¿Cómo avanza el proceso de expansión del Mercosur?

De momento tenemos una gran asimetría en el Mercosur. El bloque está formado por dos países chicos –Uruguay y Paraguay– y dos muy grandes, Brasil y Argentina. Para los países chicos sería muy importante la entrada de Venezuela. Y aunque estamos conscientes de que eso no gusta en otras partes del mundo, porque le tienen bronca al presidente venezolano, Hugo Chávez, nosotros tenemos que recordar que los Gobiernos pasan y las naciones quedan, y que Venezuela tiene una de las principales reservas petroleras del planeta. Ahora que Venezuela está tocando la puerta para entrar al Mercosur, sería una tontería de nuestra parte no abrírsela.

Uruguay se encuentra ante una "oportunidad histórica", dice el presidente José Mujica. ¡Siga leyendo la entrevista con el mandatario uruguayo…

En Uruguay, mientras los unos celebran su gestión por impulsar el crecimiento económico del país, los críticos le atribuyen rasgos cada vez más liberales a la política económica de su Gobierno…

Cuando empezaron a aflorar los indicios de la crisis, nosotros no podíamos ver lo que venía. Sin embargo, la primera medida que tomamos fue aprovechar la bonanza que atravesaba el país para asegurar el pago de nuestras obligaciones financieras durante los tres años siguientes, independientemente de lo que pasara en los mercados internacionales. Lo logramos y eso nos cuesta, porque estamos pagando cifras significativas para las dimensiones de Uruguay. ¿Eso es ser liberal? Yo no sé si eso es ser liberal. Yo creo que eso es ser prudente, porque nosotros somos un país pequeño demasiado expuesto a los factores exteriores.

A Uruguay le interesa ampliar y diversificar sus fuentes de energía. ¿Qué perspectivas de desarrollo tiene el sector energético en el país y qué papel podría jugar la tecnología alemana para la generación de energía alternativa?

Hace poco abrimos una serie de licitaciones para la instalación de parques eólicos y, para sorpresa nuestra, las ofertas discutidas lucían bastante ventajosas para nosotros. Los precios exigidos por kilovatio están bajando de tal manera que la energía generada por la fuerza del viento comienza a representar una opción rentable en el país. La situación era muy diferente hasta hace poco tiempo. Este cambio nos ha llevado a modificar las decisiones que habíamos tomado y, para el 2015, vamos a ser el país de América Latina con la mayor cantidad de aerogeneradores.

Por otra parte, estamos estableciendo una conexión con el sur de Brasil para comprarle o venderle energía eléctrica. Además, uno de los motivos de este viaje fue negociar el montaje de una planta regasificadora flotante frente a Montevideo: Uruguay hará la instalación en sociedad con Argentina; nosotros podremos consumir la mitad del gas producido y la otra mitad irá a Buenos Aires. Por si fuera poco, hemos estado haciendo perforaciones en algunas zonas del país y todo indica que hay mucho gas en el norte de Uruguay; en algunos territorios se están haciendo licitaciones para llevar a cabo perforaciones petroleras y de gas.

La entrevista con el presidente uruguayo tuvo lugar en la casa de huéspedes del Senado de Hamburgo.Imagen: DW/E.Romero-Castillo

La desigualdad en la distribución de los ingresos es un problema global, pero es uno de los problemas principales de su país. ¿Cree usted que sus programas sociales puedan frenar y revertir el crecimiento de la brecha entre ricos y pobres en Uruguay?

Sin duda. Todos los números indican que la pobreza y la indigencia van en retroceso en Uruguay. Nosotros fundamos un ministerio para responder al problema de la indigencia, entendida, no como una cuestión de pobreza material, de falta de ingresos, sino como un complejo problema de mentalidad. Y es que a los indigentes se les hace difícil reinsertarse en la sociedad aunque la economía nacional esté prosperando. Nosotros tenemos que incorporar a la vida del país a todo este sector que se nos quedó atrás; no solamente por razones humanitarias, sino por razones de conveniencia nacional.

A nosotros nos falta la gente, el personal calificado, en muchísimos campos de trabajo. Y además tenemos a gente muy pobre que no tiene ni siquiera el hábito del trabajo. Estamos en una etapa en que tenemos que aumentar el nivel cultural y el nivel técnico medio de nuestra población si queremos seguir creciendo económicamente como país. Hoy tenemos la oportunidad histórica de resolver estos problemas de equidad. Es cierto que las políticas sociales deben estar respaldadas por una economía que genere los recursos, pero también lo es que la economía, por sí sola, sin un Estado comprometido, no va a distribuir los recursos de una manera equilibrada.

Autor: Evan Romero-Castillo

Editor: Enrique López

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