Kabul: joven de paseo fue evacuado por tropas británicas
17 de agosto de 2021
Miles Routledge quería hacer algo distinto en sus días de asueto, y decidió ir a Afganistán para seguir adelante con su plan de conocer los lugares más peligrosos del mundo. Pero algo salió mal.
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Llegó a Kabul el 13 de agosto de 2021 porque quería hacer algo "distinto” este verano boreal y apenas cuatro días más tarde fue evacuado por el Ejército británico tras la llegada de los talibanes al poder. Lo que podría ser el guion de una horrendamente mala película de clase b es en realidad la historia de Miles Routledge, un estudiante inglés de 24 años que se hizo viral en redes sociales por publicar detalles sobre sus "vacaciones” en Afganistán en plena crisis militar por el avance de los insurgentes.
El joven estudiante de Física de la Universidad de Loughborough y originario de Birmingham contó que sueña con visitar los lugares más peligrosos del mundo, y su afán por cumplir ese plan lo llevó a Kabul. La ciudad apareció en una búsqueda en Google y no le pareció mal destino, toda vez que hace dos años visitó la zona de exclusión de Chernóbil. Así fue como empezó a indagar sobre esta ciudad. Pronto sus sesudas deducciones le hicieron estimar que era imposible que los insurgentes talibanes se hicieran con el control de la capital afgana y organizó todo.
La visita a Kabul, que describió como "muy barata”, comenzó el 13 de agosto, recorriendo un mercado, probando comida local y sujetando un arma para las cámaras, porque su objetivo era transmitir su periplo en directo en redes sociales, ya fuera a través de Twitch, el foro 4Chan o Facebook. "He decidido pasarme por Afganistán unos días, nunca he estado antes. Simplemente holgazaneando y tomando el sol. Me parece más pacífico que Londres”, escribió en tono ganador. Inesperadamente, pese a su análisis de la situación, los talibanes sí tomaron Kabul y empezaron los problemas: el joven asegura haberse visto obligado a pedir refugio en un edificio gestionado por Naciones Unidas.
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"Un idiota en el extranjero”
En ese lugar estuvo unas horas, "bien hidratado”. Luego dice haber sido confrontado por milicianos talibanes cerca del aeropuerto, quienes le preguntaron de dónde era. Miles decidió responderles que venía de Gales, en un intento por evitar mencionar a Reino Unido. También dice que tuvo que viajar cubierto con un burka y que, tras mucho rato de espera, finalmente lo dejaron entrar al aeropuerto. "Los talibanes nos dejaron pasar y conocimos a muchos de ellos, todo el mundo estaba sonriendo y saludándose, y algunos incluso se hicieron selfies con ellos”, añadió.
A través de Facebook, Routledge aseguró haber llegado a Dubái este martes (17.08.2021) a bordo de un vuelo de rescate del Ejército de Reino Unido, junto a otros civiles. Esta vez agradeció a los soldados por su "estupendo trabajo”, en contraposición a la actitud que adoptó tras la caída de Kabul, cuando criticó a la embajada británica por no haber tenido la deferencia de responderle el teléfono.
La historia del joven, que ha sido puesta en duda por muchos usuarios en redes sociales, es verídica, según un compañero de clase de Routledge, que habló con el diario The Sun. El mismo Routledge mostró toda clase de evidencia, incluidos documentos de viaje. Durante muchas semanas estuvo hablando de hacer algo distinto, reveló el compañero, pese a que todos le decían que estaba loco si pretendía ir a Afganistán. "Él solo quería hacer algo extraño para presumir”, agregó. Otros le ven menos gracia y consideran que el joven "robó” un lugar en el avión de rescate "a gente que realmente merecía ese puesto”.
Según el diario Evening Standard, fuentes de la embajada londinense en Kabul criticaron el paseo del muchacho, que gastó nada menos que 1.000 libras solo en obtener la visa necesaria y los pasajes para su aventura. The Sun, que tituló una de sus notas "Un idiota en el extranjero", publicó uno de los pasajes supuestamente usados por Routledge, quien habría llegado a Kabul en un vuelo de Turkish Airlines vía Estambul.
DZC (Mirror, The Sun, EFE, Evening Standard)
Las numerosas prohibiciones que los talibanes imponen a las mujeres
Durante el primer gobierno talibán, mostrar los tobillos, reírse o salir solas de casa eran motivo suficiente para que las mujeres fueran castigadas. Los matrimonios forzados son un peligro latente para las niñas.
Imagen: Paula Bronstein/Getty Images
Combatientes talibanes en Afganistán
RAWA (Revolutionary Association of the Women of Afghanistan) es una organización fundada en 1977 para promover los derechos de las mujeres en Afganistán. Su papel cobra especial importancia ahora que los talibanes volvieron al poder. Estos reducen el rol de las mujeres hasta casi convertirlas en meros objetos. RAWA recopiló algunas de las prohibiciones impuestas por los radicales.
Imagen: Mohammad Asif Khan/dpa/AP/picture alliance
Borradas de la esfera pública
Esta fotografía se ha convertido en un símbolo del cambio de gobierno. Para los talibanes, las mujeres no juegan ningún rol en la esfera pública. Si bien hoy se presentan como moderados ante los ojos del mundo, la represión contra estudiantes y trabajadoras ha comenzado en algunas provincias. Una de las prohibiciones impuestas es que no puede haber imágenes de mujeres ni en revistas ni en tiendas.
Imagen: Kyodo/dpa/picture alliance
Las mujeres no se educan
En mayo de 2012, los talibanes tirotearon a Malala Yousafzai en Pakistán por pelear por el derecho de las niñas a recibir educación. A estos integristas les parece innecesario que las mujeres se eduquen, y a partir de los 10 años tienen prohibido ir a la escuela. No hablemos ya de la universidad. Durante el primer gobierno talibán (1996-2001), muchas escuelas se convirtieron en seminarios.
Imagen: Paula Bronstein/Getty Images
¿Modelos? Ni soñarlo
Los pantalones acampanados o los zapatos con taco alto están vedados, porque un varón no debe oír los pasos de una mujer. Las mujeres tampoco pueden usar vestimentas coloridas, porque para los talibanes los tonos vistosos son "sexualmente atractivos". Es decir, una escena como la de la foto, de un desfile de modas en Kabul en agosto de 2017, sería imposible hoy por hoy en Afganistán.
Imagen: picture-alliance/Photoshot
Nada de uñas pintadas ni maquillaje
Según RAWA, durante el primer gobierno talibán hubo reportes de mujeres a las que les fueron amputados los dedos por haberse pintado las uñas. Ellas tampoco pueden maquillarse o usar cosméticos, y si no se atienen a las estrictas normas de vestir de los talibanes, corren el riesgo de ser azotadas en público, como ocurrió ya en el pasado y como muchas temen que vuelva a ocurrir.
Imagen: Getty Images/AFP/R. Conway
Nada de TV y nada de tobillos
Todas las prohibiciones descritas fueron impuestas por los talibanes entre 1996 y 2001, y nada hace pensar que eso no volverá a suceder. Según el criterio de los radicales, las mujeres no tienen derecho a tener presencia en radio, TV ni en reuniones públicas. De hecho, no pueden siquiera escuchar música. En la foto, la presentadora Karishma Naz, que comete otro pecado: muestra los tobillos.
Imagen: picture-alliance/AP/R. Maqbool
Adiós a las bicicletas
En el primer régimen talibán, las mujeres tenían prohibido montar en bicicleta o en motocicleta. Si querían viajar en bus, debía ser en buses solo para ellas, pues no tenían permitido mezclarse con varones en el transporte público. Y si por alguna razón necesitaban un taxi, debían tomarlo en compañía de su mahram, una suerte de cuidador que debe ser un familiar cercano (padre, hermano o esposo).
Imagen: DW/A. Akramy
A los talibanes no les gustan las deportistas
Por cierto, las mujeres tampoco tienen derecho a participar en actividades deportivas o pertenecer a un club. Incluso hubo épocas durante el régimen talibán en que las castigaban por asomarse a la ventana o salir al balcón. Actividades como el montañismo practicado por Fatima Sultani (en la foto) probablemente dejarán de ser posibles ahora en Afganistán.
Imagen: Mohammad Ismail/Reuters
¿Podrán seguir trabajando fuera de casa?
Salvo algunas doctoras para atender a mujeres (pues ellas no pueden ser tratadas por médicos varones), los talibanes prefieren no ver a nadie del sexo femenino trabajando. Y si bien el 17 de agosto de 2021 llamaron a las funcionarias a presentarse en sus puestos, está por verse cuántos derechos les van a reconocer en ese campo. En la foto, la periodista Anisa Shaheed.
Imagen: Mortaza Behboudi/DW
Reducidas a la invisibilidad
La lista de prohibiciones es larga y los castigos son palizas públicas. Las mujeres deben usar un velo que las cubra completamente, no pueden salir solas ni estrechar la mano a un varón. Las lapidaciones por adulterio eran pan de cada día. Las mujeres incluso tenían vedado reír fuerte o ser fotografiadas. Además, muchas veces eran forzadas a casarse, incluso siendo niñas.
Imagen: Mary Evans Arichive/imago images
Mujeres de armas tomar
A la luz de la vida miserable a la que se vieron sometidas por los talibanes, muchas mujeres tomaron las armas para enfrentarlos. En la provincia de Ghor se montó una milicia femenina para frenar a los integristas, mientras que en Charkint, la gobernadora (una de las tres de Afganistán) Salima Mazari formó milicias que contuvieron a los talibanes hasta después de la caída de Kabul.
Imagen: Presseabteilung des Gouverneurs der Provinz Ghor