Para fotografiar los llamados geoglifos en todo su esplendor, los científicos utilizaron drones que sobrevolaron el lugar. Fotografiaron alrededor de 50 figuras geométricas así como representaciones de personas y animales, 25 de las cuales aún no habían sido documentadas.

Las fotos en la provincia peruana de Palpa muestran gente, monos y una ballena. "Muchas imágenes representan a guerreros. Se podían ver a simple vista desde cierta distancia, pero han desaparecido con el tiempo", dijo Luis Jaime Castillo, de la Pontificia Universidad del Perú, a la revista National Geographic.

Las imágendes de Palpa son milenarias. Los dibujos se trazaron entre los años 500 a.C. y 200 d.C. y provienen, principalmente, de las culturas Paracas y Topará.

Mientras las famosas líneas de Nazca fueron dibujadas en el desierto, las imágenes documentadas ahora en Palpa están en pendientes empinadas. Esto significa que los geoglifos también se pueden ver desde el suelo. Y los aldeanos de la región ya estaban familiarizados con las imágenes.

Investigaciones anteriores sobre las líneas de Nazca permitieron a los científicos aclarar, con alta probabilidad, que los geoglifos se usaban a menudo en rituales de fertilidad. Los pueblos indígenas, probablemente, también se vieron motivados por las variaciones periódicas del clima para crear las imágenes.

Con esta documentación de imágenes en Palpa, los investigadores esperan obtener nuevos conocimientos sobre las culturas de la región. "La creación de enormes geoglifos fue una tradición durante más de 1000 años", dice el arqueólogo Isla. "Es por eso que se abre una puerta para que comprendamos la función y el significado de las imágenes".