El fallo enfureció al ministro de Justicia, pero satisfizo a los activistas musulmanes que acusaron a Fallaci de incitar el odio religioso en su libro del 2004, "La forza della ragione" (La fuerza de la razón). Fallaci vive en Nueva York y a menudo ha provocado la ira de los musulmanes con su crítica abierta al Islam, en especial tras los atentados del 11 de septiembre del 2001 contra objetivos en Nueva York y Washington DC. En "La forza della ragione", Fallaci expresó que los terroristas habían matado a 6.000 personas en los últimos 20 años en nombre del Corán y dijo que la fe islámica "muestra odio en vez de amor y esclavitud en lugar de libertad".

El dictamen de Armando Grasso, un juez de primera instancia de Bérgamo, se basó en 18 frases que aparecen en el libro y señala que algunas de las palabras de Fallaci eran "sin duda ofensivas para el Islam y para aquellos que practican esa fe religiosa". Por su parte, el ministro de Justicia Roberto Castelli, que tiene una relación espinosa con el poder judicial italiano, dijo que el fallo representaba un ataque a la libertad de expresión.