Cientos de ataques de militares a enfermeras en Birmania
11 de agosto de 2021
En descontrolado rebrote del coronavirus, la junta militar ha atacado más de 250 veces a médicos y enfermeras por socorrer a civiles heridos manifestantes contra el régimen, que impide acceso a oxígeno, documentan ONGs.
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Al menos 25 enfermeras y médicos han muerto, 37 han resultado heridos y 190 trabajadores detenidos por las fuerzas de seguridad en los primeros seis meses tras la sublevación militar, según los datos de los analistas de Insecurity Insight, la ONG Physicians for Human Rights (PHR) y la Universidad estadounidense Johns Hopkins.
Los soldados y policías, además, han ocupado 55 hospitales y allanado otros 86 centros de salud a lo largo del país, apunta el grupo en un comunicado.
Asesinados por socorrer a civiles heridos
Médicos y enfermeros "han sido blanco de ataques por brindar atención médica a los civiles heridos", mientras que otros profesionales han sido represaliados por su vínculo con el Movimiento de Desobediencia Civil, que con sus manifestaciones y huelgas ponen en jaque a la junta militar.
"La violencia contra la atención sanitaria está haciendo descarrilar aún más la respuesta contra la covid-19 en Birmania y la administración de la vacuna", destaca el comunicado.
Balas del régimen, variante delta y sin ayuda médica
Birmania vive un fuerte rebrote de la pandemia, vinculado a la variante delta, en medio de la crisis política y social derivada del golpe y que se ha profundizado por el colapso del sistema sanitario y la desconfianza de la población con los militares.
Según los datos oficiales, este martes se informó de 4.434 casos y 220 fallecidos, lo que eleva el total a 337.561 contagios, incluidos 12.234 muertos, desde el inicio de la pandemia.
Cuando la urgencia no da tregua
12:38
Sin embargo, médicos/as y asociaciones sanitarias birmanas aseguran que los datos publicados por el Gobierno militar no representan la desastrosa situación del país debido a la limitada capacidad para realizar test, entre 12.000 y 15.000 pruebas al día.
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La pandemia como arma para impedir acceso a oxígeno
ONGs internacionales denuncian que la junta militar utiliza la pandemia como un arma contra la disidencia al prohibir la venta directa de oxígeno sanitario y confiscar el suministro, algo que el régimen niega. En julio, según el informe de Physicians for Human Rights, las autoridades confiscaron equipamiento sanitario y oxígeno en varios incidentes en Rangún, la antigua capital del país y ciudad más poblada, y otras importantes regiones del país con fuerte oposición a los militares como Mandalay, Chin o Kayin.
Crisis de COVID en Birmania es una "amenaza para todo el mundo”
"La creciente crisis de covid-19 en Birmania amenaza, cada vez más, a otros países de la región y a todo el mundo", subraya Christina Wille, directora de Insecurity Insight. Naciones Unidas ya informó en mayo sobre la violencia de las autoridades contra el personal sanitario, al exigir la liberación inmediata de los profesionales detenidos.
Además de la pandemia, la junta militar ha reprimido con extremada violencia las protestas y al menos 965 personas han muerto, mientras que se ha arrestado de manera arbitraria a más de 7.130 opositores al régimen, según los últimos datos de la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP).
jov (efe, tagesschau, phr.org)
Crece la ira y la tristeza en Birmania
Desde el 1 de febrero, Birmania se encuentra en estado de emergencia a causa del golpe militar. Cientos de miles de personas continúan saliendo a las calles para protestar.
Imagen: REUTERS
Continúan las manifestaciones masivas
A pesar de las brutales acciones del ejército, cientos de miles de personas en Birmania protestan cada fin de semana contra el golpe militar y por el regreso de la democracia, como lo hicieron aquí, en la ciudad de Mandalay. Los tres dedos levantados de quienes protestan es una señal que hacen con la mano como gesto de protesta y que viene de la serie de películas "Los juegos del hambre".
Imagen: AP/picture-alliance
La dura represión policial
Las fuerzas de seguridad atacaron nuevamente a los manifestantes con gases lacrimógenos y balas de goma. Las imágenes en las redes sociales también muestran barricadas en llamas. El 1 de febrero, los militares dieron un golpe de estado contra el gobierno de Suu Kyi. La mujer, de 75 años, había ganado las elecciones parlamentarias de noviembre pasado por un claro margen.
Imagen: AFP/Getty Images
Sin escapatoria
La policía persigue a un grupo de manifestantes por el pasillo de un edificio. A pesar de la presión internacional, los militares continúan utilizando la violencia para contener las protestas en todo el país. La enviada especial de la ONU para Birmania, Christine Schraner Burgener, pidió a los miembros del Consejo de Seguridad que escuchen los "llamados desesperados" del pueblo de Birmania.
Imagen: AFP/Getty Images
Barrera mortal de arena
Los manifestantes están bloqueando las calles en numerosas ciudades, construyendo barricadas con ladrillos y sacos de arena. Una de estas operaciones terminó fatalmente para un activista: en Mandalay, un hombre recibió un disparo fatal en el cuello. El joven, de 26 años, había ayudado a levantar barricadas para detener a las fuerzas de seguridad.
Imagen: STR/AFP/Getty Images
Resistencia de muchos
Un soldado vigila a un hombre en las calles de Mandalay. La resistencia en Myanmar cuenta con el apoyo de actores muy diferentes: jóvenes manifestantes y la llamada "Generación Z", pero también del "Movimiento de Desobediencia Civil". Después del golpe, los médicos y enfermeras inicialmente se negaron a trabajar bajo el gobierno militar.
Imagen: AFP
Imágenes prohibidas
Jóvenes manifestantes con escudos protectores hechos por ellos mismos y policías se enfrentan en las calles de las ciudades. Muchas personas en Myanmar apenas ven imágenes de este tipo o similares. La junta militar está tratando de detener la difusión de información sobre las protestas y su represión bloqueando Internet y censurando la red social Facebook.
Imagen: REUTERS
El poder de las faldas
Los manifestantes están utilizando un medio muy inusual: las tradicionales faldas de mujer. Las llamadas "longyui" se cuelgan de cuerdas en las calles de la ciudad y tienen como objetivo evitar que las fuerzas de seguridad utilicen la violencia contra los manifestantes. Esto tiene que ver con la creencia popular de que las faldas de estas mujeres pueden debilitar la fuerza de los hombres.
Imagen: Theint Mon Soe/Zuma/imago images
Superstición y barrera de género
Algunos soldados se niegan a tocar una 'longyi' femenina (falda) por temor a que esto les arruine la suerte en el combate. "Cuando los residentes cuelgan su 'longyi', ellos (soldados y policías) no pueden salir a la calle, primero tienes que quitarlas del camino", explica Thinzar Shunlei Yi, un manifestante de Yangon.
Imagen: AFP
Crece el número de muertos
Los familiares lloran en Yangon junto al lugar donde murió un familiar durante las protestas. Según las Naciones Unidas, al menos 55 personas han muerto desde el golpe militar a principios de febrero. Solo el miércoles (03.03.2021), 38 personas murieron en las manifestaciones. El número podría seguir aumentando, muchas personas resultaron heridas, algunas de gravedad.
Imagen: REUTERS
El dolor es grande, el enojo también
También en este funeral en Rangún, los manifestantes levantan la mano en un gesto simbólico de batalla. Las personas a las que lloran fueron baleadas en una protesta, al igual que este joven que se puede ver en la imagen. "Lucharemos hasta el final. La revolución debe ganar": así terminan muchas entrevistas con manifestantes, como informa en Twitter el periodista Cape Diamond.