Justicia argentina autorizó entrega del cadáver de Videla
21 de mayo de 2013 La Justicia argentina autorizó este martes (21.05.2013) la entrega de los restos del exdictador Jorge Videla, que permanecía en la morgue a la espera del cumplimiento de algunos requisitos administrativos. Su familia evalúa la posibilidad de enterrarlo en la localidad de Mercedes, donde nació Videla y donde tienen bóvedas para depositar el cuerpo.
El abogado de la familia, Adolfo Casabal, dijo que “en principio la idea es enterrarlo en Mercedes, pero todavía no está definido”. Asimismo, el letrado confirmó que los parientes del exgeneral del Ejército no solicitarán nuevas pericias, como podrían haberlo hecho para evitar futuras exhumaciones en caso de que así lo exija la Justicia.
Videla, quien gobernó Argentina entre 1976 y 1981, murió el viernes (17.05.2013), a los 87 años, en su celda de la cárcel de la localidad bonaerense de Marcos Paz, donde cumplía cadena perpetua por crímenes de lesa humanidad perpetrados durante la dictadura que lideró. La causa de muerte fue una hemorragia interna, según la autopsia.
No están felices en Mercedes
Según el diario Clarín, la familia del condenado genocida dio al juez el nombre de una cochería de la localidad de Mercedes que se haría cargo del cortejo fúnebre. Mientras, en la municipalidad dijeron que si bien la idea no les “simpatiza”, no pueden hacer nada para evitar que la ceremonia se realice en el cementerio local.
“Si bien podemos repudiar la idea, no podemos prohibir que traigan el cuerpo al cementerio, porque la familia tiene bóvedas privadas y personales. No está a nuestro alcance impedirlo”, afirmó el secretario de Derechos Humanos de Mercedes, Marcelo Melo. “Sí marcamos el repudio y no nos simpatiza que los restos de este dictador terminen acá”, añadió a Clarín.
Una de las bóvedas familiares está copada, pero la otra tiene espacio suficiente para recibir los restos de Videla. En caso de que la decisión sea llevarlo a Mercedes, sus opositores ya están preparados para recibirlo con carteles y una marcha de repudio.
DZC (dpa, Clarín)