El izquierdista Fernando Haddad, quien fue candidato este año a la presidencia de Brasil, fue acusado hoy por la Justicia por corrupción pasiva y lavado de dinero, informaron los principales medios locales.
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La Justicia del estado brasileño de Sao Paulo aceptó hoy abrirle un juicio por corrupción al exalcalde Fernando Haddad, el candidato que sustituyó al encarcelado expresidente Luiz Inácio Lula da Silva en las pasadas elecciones presidenciales, en las que fue derrotado por Jair Bolsonaro.
La acusación fue realizada por el juez Leonardo Barreiros, con jurisdicción en la ciudad de Sao Paulo, y es la primera en la que Haddad debe responder por una presunta acción criminal.
La decisión de la Justicia se asienta en un testimonio ante la Policía que brindó el empresario Ricardo Pessoa, en el ámbito de la megacausa de corrupción conocida como "Lava Jato" ("Lavado de carros").
La denuncia había sido enviada a la Justicia en septiembre por la Fiscalía de Sao Paulo. En ese momento, Haddad se encontraba participando de la campaña electoral a la presidencia.
Supuesto soborno
En su acuerdo de colaboración con la Justicia, el también acusado Pessoa relató que, en 2013, por medio de su tesorero, Haddad recibió un soborno de 2.600.000 millones de reales (hoy, aproximadamente 700.000 dólares) de una empresa de ingeniería, a cambio de favorecerla en sus negocios.
En ese momento, Haddad era alcalde de la ciudad de Sao Paulo y presuntamente habría utilizado el dinero recibido para pagar deudas contraídas durante su campaña, realizada el año anterior.
En una nota divulgada por su aesesoría de prensa, Haddad niega la acusación y destaca que fue efectuada "sin pruebas".
Representante del Partido de los Trabajadores (PT), Haddad fue derrotado a fines de octubre en la segunda vuelta electoral ante el ultraderechista Jair Bolsonaro, quien sumó un 55 por ciento de los votos y se convirtió en el presidente electo de Brasil.
rml (dpa, efe)
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Brasil: los capítulos de una elección polarizada
Trece candidatos se presentaron en la disputa por el Planalto, en las elecciones que ganó, en segunda vuelta, el ultraderechista Jair Bolsonaro. Vea aquí los principales episodios de esta disputa.
Imagen: Agencia Brasil/R. Rosa
Entra en escena el financiamiento de las campañas
Ante la prohibición a las donaciones hechas por empresas, el Congreso creó en octubre de 2017 un nuevo fondo de 1,7 mil millones de reales para financiar candidaturas políticas. El 60 por ciento de fondo quedó en las manos de seis partidos: MDB, PT, PSDB, PP, PSB Y PR, dejando a los candidatos independientes con menos recursos.
Imagen: Reuters/A. Machado
Lula es condenado y arrestado
Cuando anunció, en 2016, su intención de disputar la elección presidencial, Lula se convirtió en el líder en las encuestas. En enero, sin embargo, su situación se complicó tras una condena en segunda instancia que lo dejó virtualmente inelegible. En abril, fue arrestado, con la posibilidad de que su candidatura fuera anulada. El PT comenzó a tener dificultades para formar alianzas.
Imagen: Reuters/L. Benassatto
Los "outsiders" salen de la escena
La posibilidad de que Lula quedara fuera y el sentimiento antipolítico entre la población, indicaban que ésta sería la elección de los "outsiders". El exministro del Supremo Joaquim Barbosa y el presentador Luciano Huck llegaron a aparecer en las encuestas. El empresario Flávio Rocha anunció su candidatura. Sin embargo, en julio todos habían desistido.
Imagen: Imago/ZUMA Press/M. Chello
Candidaturas descartadas
La elección de 2018 parecía destinada a superar el número de candidatos de 1989, cuando 22 aspirantes disputaron la Presidencia. En abril había 23 nombres interesados en aparecer en la papeleta, entre ellos el presidente Michel Temer, el presidente de la Cámara, Rodrigo Maia, y el expresidente Fernando Collor. Pero pronto desistieron. En agosto se llegó al número de 13 candidatos en carrera.
Imagen: Marcelo Camargo/Agência Brasil
Los candidatos aislados
La jugada de Alckmin con el "centrón" acabó aislando a otros candidatos. Jair Bolsonaro (PSL) intentó negociar con el PR, pero tuvo que contentarse con el PRTB. Ciro Gomes (PDT) también vio naufragar sus intentos de coalición. Los tres terminaron la fase de convenciones con poco apoyo y tiempo de TV.
La novela de los vices
La fase de convenciones comenzó a finales de julio sin que la mayoría de los precandidatos tuviera un compañero de fórmula. Bolsonaro recibió tres rechazos hasta cerrar con el general Mourão (PRTB). Henrique Meirelles (MDB) y Ciro Gomes (PDT) se contentaron con nombres del propio partido. Alckmin fue rechazado por el empresario Josué Alencar antes de optar por Ana Amélia (PR).
Imagen: Agência Brasil/F.Frazão
El "plan B" del PT
Con Lula virtualmente inelegible, la elección de su vicepresidente pasó a ser un trampolín para el candidato sustituto. A principios de agosto, el PT acabó eligiendo a Fernando Haddad, que desde el inicio del año era visto como "plan B". Manuela D'Ávila (PCdoB) quedó con la curiosa posición no oficial de "vice del vice", asumiendo la posición una vez que se supiera si Lula era candidato o no.
Imagen: Agência Brasil/F.Rodrigues Pozzebom
Ataque a Bolsonaro
El candidato del PSL, Jair Bolsonaro, fue apuñalado durante un acto de campaña en Juiz de Fora. Sus adversarios condenaron la agresión, y algunos llegaron a cambiar el tono de la campaña. Pero no hubo un impacto decisivo en el electorado, pues sigue liderando las encuestas aunque casi con el mismo porcentaje, mientras que el rechazo hacia él aumentó.
Imagen: picture-alliance/dpa/Agencia O Globo/A. Scorza
El intercambio de Lula por Haddad
Después de meses de suspenso y con el aval de Lula, Fernando Haddad fue oficializado candidato a la Presidencia por el PT el 11 de septiembre, a menos de un mes de la primera vuelta, lo que ocurrió una vez que se agotaron todas las posibilidades de que el expresidente participara en la carrera presidencial. El desafío desde entonces fue transferir los votos de Lula a Haddad.