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Kahn: "Nada nos puede ocurrir"

14 de junio de 2002

No mete goles, pero es el puntal del equipo alemán: el arquero Oliver Kahn. Aquí opina sobre el próximo encuentro con Paraguay y sobre Roque Santa Cruz, a su juicio uno de los mayores talentos del fútbol mundial.

Oliver Kahn, compañero del paraguayo Roque Santa Cruz en el Bayern de Múnich.Imagen: AP

¿Aumenta la tensión ahora que los partidos no pueden terminar en empate y se definirán, de ser necesario, a penales?

La diferencia con los partidos anteriores no es tan grande. Naturalmente ahora será más difícil. Uno sabe que cada error será castigado más duramente. Ahora comienzan de nuevo los nervios, aumenta la tensión y ojalá eso se traduzca en energía positiva.

¿Cómo se presentará el equipo ante Paraguay, teniendo en cuenta que habrá que reemplazar a tres jugadores?

Se necesitan jugadores que tengan una cierta inteligencia y flexibilidad para jugar con diversas tácticas. Siempre es normal que, a partir de una situación de emergencia, cristalice algo que quizá no resulte tan malo. En el segundo tiempo del partido contra Camerún jugamos con una línea de cuatro atrás, y nos resultó bien. Lo fundamental es con qué jugadores se cuenta, y si los jugadores están dispuestos a jugar con determinada táctica y ésta los convence.

¿Cuán grave sería que Michael Ballack no pudiera jugar?

De seguro sería fatal, porque él es muy, muy importante en el aspecto creativo. Pero no puedo imaginarlo. Creo que va a jugar, porque en un mundial normalmente no se sienten los dolores.

Algunos favoritos, como Francia y Argentina, han sido eliminados. ¿Aumentan en consecuencia las oportunidades de la selección alemana?

Sabemos que en los octavos de final, y quizá también en los cuartos de final, nos tocará enfrentar a equipos a los que podemos vencer. Hay que tener en cuenta, simplemente, que nuestro equipo tiene un gran sueño, que quiere cumplir. Cuando uno ve cómo otros países, que eran grandes favoritos, son eliminados del torneo, comienza a sentir cierta confianza en si mismo y a creer en sus propias fuerzas.

¿Cómo se manifiesta este nuevo optimismo?

Un jugador con experiencia simplemente lo percibe. Uno ve cómo trabajan los miembros del equipo en los entrenamientos, cómo hablan, cómo se preparan. Son pequeños detalles en los que uno se da cuenta de que el equipo tiene sólo una meta, un pensamiento: conseguir aquí algo grande. A eso se suman los partidos en los que se presentan problemas, pero el equipo sale adelante con 10 hombres. Entonces se desarrolla una sensación de que nada nos puede ocurrir. Tenemos esa pizca de suerte a nuestro favor".

Ud. pasó dos mundiales en la banca de la reserva. ¿Cómo vive ahora esta situación, en calidad de líder?

Uno está en una situación completamente diferente. No se puede comparar cuando uno tiene la responsabilidad de capitán. Como arquero suplente, uno con frecuencia está de mal humor y no debe permitir que eso se transmita a los demás. Yo siempre lo hice así; me mordía los labios en mi habitación y al día siguiente salía con una sonrisa.

En los octavos de final se enfrentará a un compañero del Bayern de Múnich, Roque Santa Cruz. ¿Qué espera de él?

Yo siempre dije en el Bayer que Roque es, a mi juicio, uno de los mayores talentos que hay en el fútbol mundial. Es increíblemente rápido, hábil para dar cabezazos, flexible y con muy buena técnica. En el Bayern de Múnich ha seguido desarrollándose. Sólo que no cometerá un error: meternos un gol. Él sabe que, en ese caso, no podrá volver a entrar en nuestra cabina.