El traspaso del mediapunta brasileño Kaká al Real Madrid generará olas expansivas en el mercado internacional de jugadores. Una de las más importantes tiene que ver con un jugador que actualmente milita en la Bundesliga: Franck Ribery.

Desde hace tiempo, el francés ha comentado en tonos distintos su posible salida del equipo que actualmente lo tiene contratado, el Bayern München. La eliminación del cuadro bávaro de la pasada Champions League intensificó los escarceos del francés con clubes españoles, que según Ribery corresponden a su propia categoría como jugador.

Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, echó leña al fuego al anunciar el pasado 5 de junio que buscará a Karlheinz Rummenigge, directivo del Bayern, para manifestar su interés por contratar al Ribery.

¿Encuentro o desencuentro?

En toda esta historia hay, como se sabe, un problema central. Ribery tiene contrato firmado hasta junio de 2011; además, está convertido en el pilar del Bayern München por lo cual éste no quiere dejarlo ir. Pero la fábula de Kaká y el Real Madrid parece dejar una moraleja clara: en el fútbol, el dinero es capaz de vencer cualquier resistencia.

De hecho, la incorporación de Kaká al conjunto merengue complica de manera indirecta la situación para los bávaros y su medicampista estrella. Ahora no solamente se habla de una posible venta de Ribery al conjunto madrileño, sino también al acérrimo rival de los madridistas: el FCB Barcelona. Los postores se multiplican en la puja por quien viste la casaca número 7 del Bayern.

Los soberanos de la Champions League tratarán a toda costa de refrendar su campeonato, mientras que el Real Madrid apuesta fuerte a desbancar a los catalanes. Ribery podría resultar un factor fundamental para uno u otro propósito.

Los escenarios son difíciles en todo caso para el Bayern. El francés es hoy por hoy uno de los mejores jugadores del mundo, capaz incluso de dictarle algunas condiciones a un equipo tan poderoso como lo es el ex campeón germano.

Si Ribery se queda en Múnich, cobrará una dimensión política inusual en un club que no está acostumbrado a ponerse al mismo nivel que sus jugadores. Esto se vería acentuado en un año que marca el retiro del gerente Uli Höneß, quien durante más de tres décadas encarnó la férrea hegemonía del Bayern sobre sus futbolistas y sus entrenadores.

En otras palabras, un Ribery descontento se transformaría en un factor de inestabilidad interna para el Bayern München.

Franz Beckenbauer afirmaba que las alternativas son claras: o se concede prórroga anticipada al contrato de Franck Ribery (mediante una suma que por fuerza sería generosa), o se le deja ir a un club de jerarquía mundial, condición que hoy por hoy no cumple el cuadro que entregó la charola de campeón al Wolfsburgo. Por eso, la permanencia del medio ofensivo podría resultar un auténtico veneno para la vida interna del propio cuadro muniqués.

Millones en los botines

Por otra parte, la salida de Ribery desequilibraría el proyecto creado hace dos años en el Bayern München, cuando el francés fue contratado junto con el delantero italiano Luca Toni. Significaría un largo año de desconcierto y de transición, ante la llegada de Mario Gomez, Ivica Olic y otros refuerzos.

La delicada situación entre Ribery y el Bayern, que se acentúa con el pase de Kaká al Real Madrid, orilla a todos los involucrados a moverse con absoluta precisión. Concretado el pase de Kaká, Ribery hizo un humorístico desdén al directivo madridista, lo cual colocó de nuevo a los catalanes en la puja.

Entre Barcelona, Real Madrid y Bayern München, sólo uno se quedará con el genial mediocampista francés. El único ganador seguro es precisamente éste. Ya sea que juegue junto a Kaká, junto a Inesta o junto a Schweinsteiger, Franck Ribery se llevará muchos millones de euros colgados a los botines.

Autor: Enrique López Magallón

Editora: Claudia Herrera Pahl