Kandinsky en disputa no será devuelto a herederos judíos
18 de diciembre de 2020
Un tribunal ha decidido que un museo de Ámsterdam puede conservar un cuadro vendido por la familia Lewenstein durante la ocupación nazi, lo que ha generado dudas sobre la restitución de obras de arte.
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Un museo holandés no tendrá que devolver un cuadro de Wassily Kandinsky a los herederos de los anteriores propietarios judíos, dictaminó un tribunal de Ámsterdam este miércoles (16.12.2020). La "Pintura con casas" de Kandinsky de 1909 perteneció a la pareja Lewenstein, que eran judíos, hasta la Segunda Guerra Mundial. El cuadro se vendió en una subasta al museo Stedelijk en 1940, cinco meses después de que la Wehrmacht alemana se hiciera cargo de los Países Bajos.
El museo de arte de Ámsterdam compró el cuadro por 160 florines, un precio significativamente menor que su valor. "El museo no actuó de buena fe", dijeron los abogados de la familia.
Los herederos de los Lewenstein habían exigido que se les devolviera la pintura, pero el Comité Holandés de Restituciones –que rige en casos de artefactos saqueados durante la ocupación nazi de los Países Bajos– desestimó su denuncia, confirmando una decisión anterior del comité de restitución holandés.
"Todos los reclamos de la familia que exigieron la devolución del cuadro han sido rechazados", dijo el tribunal en un comunicado. Los jueces negaron la afirmación de los herederos de que la investigación de cuatro años del Comité de Restitución había sido inadecuada y descuidada y que su consejo debería ser anulado.
"La política de restitución holandesa es de facto inexistente"
Los demandantes dijeron que apelarían el fallo. "Si el fallo sigue en vigor, la política de restitución holandesa es de facto inexistente y el arte robado importante probablemente nunca será devuelto en Holanda", dijo James Palmer, abogado de los demandantes.
Los herederos también acusaron al comité de parcialidad y conflicto de intereses. "Sin embargo, el tribunal encuentra que los herederos están equivocados en todos los puntos", dijo.
Los herederos de Lewenstein también reclaman otra pintura de Kandinsky que actualmente se encuentra colgada en la galería Lenbachhaus en la ciudad de Munich, al sur de Alemania.
FEW (AFP, dpa)
Obras de arte echadas a perder
La buenas intenciones no bastan para ser restaurador de arte, como se ve en varios casos en España. En otras partes, el personal del aseo también se equivoca. Y hasta el propio artista mutila su obra para "crear".
Imagen: picture-alliance/dpa/Europapress/Sammler
"La Inmaculada del Escorial", malograda por restaurador de muebles
Este es el caso más reciente de daño por "buena voluntad" a una obra. Al menos, a su valiosa réplica, en propiedad de un coleccionista de Valencia. Fue malograda por un reparador de muebles a quien le encargaron restaurarla. La obra "La Inmaculada del Escorial de Bartolomé", de Esteban Murillo, de principios del siglo XX, es la copia del original que se encuentra en el Museo del Prado.
Imagen: picture-alliance/dpa/Europapress/Sammler
"Las pinté porque estaban horrorosas"
Figuras de La Vírgen con el Niño y Santa Ana en madera oscura, obras del siglo XV expuestas en la Ermita de Rañadoiro, en la provincia de Asturias, fueron víctimas en 2018 de los apasionados "restauradores" españoles. Con permiso del párroco, una lugareña de buena fe y sin sentido artístico alguno, decidió "arreglarlas". Restauradores piden a autoridades "cuidar el arte de quienes dicen amarlo".
"Ecce homo": lo desfiguró y encima le pagaron
El rostro de Cristo, pintura del barroco tardío de Elías García, quedó con cabellera de mono, boca difuminada y nariz torcida, resultado de una "restauración" que le causó grandes daños. El caso generó en 2012 una ola mundial de imitaciones en retratos del Rey de España, Michael Jackson y Homer Simpson. Cecilia Giménez, de 82 años, autora del “Nuevo Ecce Homo”, recibió dinero por su uso comercial.
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Una bañera "sucia"
En 1986, la Academia de Bellas Artes de Düsseldorf presentaba una obra del alemán Joseph Beuys titulada “Bañera anónima”. Esta consistía en una bañera untada de grasa en los bordes. Al ver eso, un empleado de la limpieza creyó tener que lavarla, destruyendo la obra. Beuys fue maestro de la provocación, por eso se cree que pudo haber sido una acción de seguidores de las corrientes más clásicas.
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"¿Eso es arte o se puede tirar a la basura?"
Joseph Beuys sufrió bastante por el personal de limpieza. Su obra “Fettecke” o Rincón grasiento, fue destruida a ‘fregonazos’, ya que se pensó que los 5 kilos de mantequilla amontonados en una sección del museo no eran más que un acto vandálico. Por esta pérdida artística el Estado de Renania del Norte-Westfalia compensó al autor con 20.000 euros. Solo se rescató esta muestra bajo acrílico.
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"Niña con globo", de Bansky
La obra del británico Bansky, pseudónimo del artista urbano, estaba siendo subastada el 5 de octubre de 2018 en Londres por un millón de dólares, cuando se empezó a autodestruir. Se activó un mecanismo de trituradora de papel sujeta detrás de su marco, que dejó la obra casi en tiras. Los restos se consideran ahora una obra de arte en sí mismos. Su título: "El amor está en la papelera".
Imagen: Banksy/Girl with Balloon
Bansky: "No fue destrucción, fue creación"
La "inesperada performance" de Banksy "se convirtió al instante en historia del arte mundial", según Sotheby's, que considera que es "la primera vez en la que un nuevo trabajo artístico se crea durante una subasta". Se estima que el valor de mercado del lienzo se duplicó como resultado del impacto que tuvo su destrucción. Que, según Bansky fue "creación".
A pesar de las convenciones en las que se plasma el respeto del arte, en caso de conflictos armados, tanto los ejércitos oficiales como los terroristas siguen destruyendo monumentos y, con ellos, el legado artístico de muchos países. Un ejemplo de ello es esta pintura moderna, destruida por los estadounidenses durante la invasión de Irak en 2003.