Kazunori Takishima: el ultra-superaficionado olímpico
Sarah Wiertz
26 de julio de 2021
Vive y muere por los Juegos Olímpicos. Pero justo en su país de origen, el aficionado japonés no logrará imponer un récord mundial por no poder asistir como espectador a los eventos.
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Desde hace 15 años, el japonés Kazunori Takishima viaja a todos los Juegos Olímpicos de verano e invierno. Durante los Juegos Olímpicos , a Kazunori Takishima le gusta teñirse el pelo con los colores de los anillos olímpicos. En los últimos Juegos de Verano de Río de Janeiro, por ejemplo, era verde. Ahora, en el mayor evento deportivo del mundo, en su país natal, demuestra con el pelo rojo su apoyo a los atletas japoneses.
Takishima recibe a tres amigos de Hokkaido en su casa de huéspedes de Chio, un distrito del este de Tokio. Les había regalado entradas para algunas competiciones para que comprendieran su entusiasmo por los Juegos Olímpicos y lo compartieran con él en el futuro.
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35.000 euros por más de 100 entradas
Ahora, por la pandemia, no pueden ir a las competiciones, ni siquiera los espectadores locales están autorizados. Los amigos vinieron de todos modos, a pesar de la distancia de unos 1.300 kilómetros. "Kazunori está loco por los Juegos Olímpicos. No lo entiendo en absoluto. Pero de alguna manera también es maravilloso y por eso quiero apoyarlo", dice Soko Fusimoto.
Takishima compró más de 100 entradas para Tokio 2020 y se gastó en ellas el equivalente a unos 35.000 euros. Él mismo quería ir a 28 competiciones, las otras entradas estaban destinadas a amigos y familiares. Ahora, algunos de ellos pasan las tardes frente a la pantalla viendo las competiciones en la televisión.
La pasión de Takishima por los Juegos Olímpicos comenzó hace 15 años. Por casualidad, asistió a una competición de patinaje artístico. Le fascinaba el sonido de los patines sobre el hielo y decidió comprar un billete para los Juegos de Invierno de Turín. Allí vio a la japonesa Shizuka Arakawa ganar la medalla de oro; desde entonces, se convirtió en un fanático incondicional de los Juegos Olímpicos.
"Los atletas trabajan muy duro. Cada victoria, cada derrota, las lágrimas de alegría o el llanto por la decepción me conmueven increíblemente", explica Takishima. "Me inspira en mi trabajo y en mi vida en general. Me aporta mucho".
En el centro de todo y sin embargo ausente
El agente inmobiliario ha estado ya en siete Juegos de Verano y de Invierno. En la octava edición, en su ciudad natal, no se le permite entrar en los estadios. "Eso me pone muy, muy triste. Me hacía mucha ilusión". Durante la ceremonia de apertura, se situó frente al estadio olímpico, siguiendo las imágenes de televisión en su teléfono móvil. Al menos pudo ver los fuegos artificiales en vivo.
Takishima ha visto hasta ahora un total de 106 competiciones olímpicas en directo. Turín, Pekín, Vancouver, Londres, Sotchi, Río de Janeiro, Pyeongchang... ¿dónde fue mejor? "Todos fueron grandes por derecho propio, no quiero destacar a uno en particular", dicr. Como intenta ver todas las competiciones posibles, duerme muy poco durante los Juegos. Una vez en Brasil, por ejemplo, salió del estadio y, derrumbado por el cansancio, durmió allí en el césped.
Récord olímpico
Takishima cuenta una anécdota de Sotchi, hace siete años, en la que Mao Asada, tricampeón mundial y medalla de plata olímpica en 2010, fue abucheado por el público ruso durante el patinaje artístico. Pero él le gritó en voz alta varias veces: "Eres capaz de lograrlo, Mao”.
Takishima quería establecer un nuevo récord en Tokio, como la persona que ha asistido a más competiciones olímpicas. La mejor marca anterior, según el Libro Guinness de los Récords, es de 128. Takishima habría llegado esta vez a 134. Espera lograrlo la próxima vez. En Pekín el próximo año, o en París, en tres años como máximo. Sus tres invitados no pueden más que sacudir la cabeza ante esto. ¿De qué color se teñirá el pelo?
(jov/er)
Miraitowa, Waldi y sus amigos: las mascotas olímpicas
En los Juegos Olímpicos de Tokio, Miraitowa ha de traerles suerte a los atletas. Hace casi medio siglo, en Múnich, la tarea le correspondió al perrito Waldi. Una mirada a las mascotas olímpicas.
Imagen: kyodo/dpa/picture alliance
Tokio 2021: Miraitowa y Someity
Durante los Juegos Olímpicos de Tokio, del 23 de julio al 8 de agosto, Miraitowa y Someity (Paralímpicos) estarán presentes por doquier. Miraitowa significa "futuro" (mirai) y "eternidad" (towa). Las figuras, creadas por el artista Ryo Taniguchi, fueron elegidas por escolares japoneses y conjugan elementos futuristas con el tradicional estilo manga.
Imagen: picture-alliance/Kyodo/Maxppp
Múnich 1972: Waldi
Todo comenzó con un perrito salchicha: Waldi. El fue la primera mascota de los Juegos Olímpicos de verano, en 1972. Su creador fue Otl Aicher. El colorido perrito representaba resistencia, habilidad y tenacidad, que son algunos atributos importantes de cualquier atleta.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Weigel
Montreal 1976: Amik
Amik, un castor negro y voluminoso, no tiene precisamente un aspecto ágil. Pero la mascota de los Juegos Olímpicos de Montreal, en 1976, representaba para los canadiense el esfuerzo y el trabajo duro. Su nombre significa simplemente castor en Algonquin, una lengua de los pueblos originarios hablada en las regiones de Quebec y Ontario.
Imagen: Sven Simon/imago
Moscú 1980: Mischa
Rusia optó en 1980 por esta simpática mascota: el sonriente osito Mischa. El oso es el animal emblemático de Rusia. La mascota fue creada por el caricaturista e ilustrador de libros infantiles ruso Viktor Tschichikov, quien gracias a Mischa se hizo conocido a nivel internacional.
Imagen: Sven Simon/imago
Los Angeles 1984: Sam
Como el oso en Rusia, el ágila es el animal más representativo de Estados Unidos. El colaborador de Walt Disney Robert C. Moore creó esta figura, llamada Sam, con corbata y sombrero en los colores nacionales estadounidenses. Dado que hubo quienes consideraron que Sam precía más un pollo que un águila, algunos lo llamaron burlonamente "Sam, the chicken".
Imagen: Tony Duffy/Getty Images
Seúl 1988: Hodori
En los Juegos Olímpicos de Corea del Sur, el sonriente trigre Hodori fue el encargado de llevar suerte a los deportistas. Los tigres están profundamente arraigados en la cultura y la mitología coreana y representan hospitalidad y amabilidad. Hodori lleva en la cabeza un Sangmo, un típico sombrero coreano. El creador de la figura fue Kim Hyun.
Imagen: Sven Simon/imago
Barcelona 1992: Cobi
Las reacciones a Cobi fueron diversas. La mascota creada por Javier Mariscal debía recordar a un perro pastor catalán, pero el periódico alemán "TAZ" opinó que igualmente podía representar un cerdito. Es posible que el estilo haya dificultado la interpretación. La figura de Cobi fue concebida con alusiones al cubismo, en homenaje al pintor Pablo Picasso.
Imagen: Pressefoto Baumann/imago
Atlanta 1996: Izzy
En 1996, Izzy fue la primera mascota olímpica que no representaba a un animal típico del país. La creación de John Ryan era un ser ficticio. Su nombre se deriva de "Whatizit?", y muchos se preguntaban en efecto qué era eso. Izzy fue elegida como mascota por los escolares de Atlanta y llegó a ser un éxito de ventas.
Imagen: Michel Gangne/AFP/Getty Images
Sydney 2000: Olly, Syd y Millie
Tres figuras fueron mascotas en Sydney: Olly, Syd y Millie: una kookaburra, un ornitorrinco y un oso hormiguero, creados por Matthew Hatton. Todos estos animales son oriundos de Australia y representan los elementos, tierra, aire y agua. Se descartó a priori al canguro y al koala, para evitar los clichés.
Imagen: Arne Dedert/dpa/picture-alliance
Atenas 2004: Athena y Febo
Grecia hizo referencia con sus mascotas olímpicas a la Antgüedad. Athena y Febo aluden a los dioses griegos de la luz y la música. Las creaciones de Spyros Gogos recuerdan figuras de barro arcaicas.
Imagen: Alexander Hassenstein/Bongarts/Getty Image
Pekín 2008: Beibei, Jingjing, Huanhuan, Yingying y Nini
También en China hubo en 2008 varias mascotas: Beibei, el pez; Jingjing, el panda; Huanhuan, el fuego olímpico; Yingying, un antílope tibetano, y Nini, una golondrina. Llevaban los colores de los anillos olímpicos.
Imagen: Kazuhiro Nogi/AFP/Getty Images
Londres 2012: Wenlock y Mandeville
Wenlock y Madeville, mascotas de los paralímpicos, son figuras de fantasía. El ojo, una cámara, debía simbolizar el salto a la era digital. Fueron creados por la agencia londinense Iris.
Imagen: Julian Finney/Getty Images
Río 2016: Vinicius y Tom
Las mascotas olímpicas de Brasil representaban la fauna y la flora del país. Vinicius hace pensar en una mezcla entre simio y felino, mentras Tom, símbolo de los paralímpicos, aunaba varias plantas. Deben sus nombres a los autores de "La chica de Ipanema", canción que es todo un himno.