Acaba de recibir su segunda Palma de Oro en Cannes. Con motivo de su 80 cumpleaños, DW hace una retrospectiva de la carrera de este cineasta británico socialmente comprometido.
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Ken Loach es el abogado y la voz de los desfavorecidos y los marginados. Aun teniendo una edad avanzada, no se cansa de denunciar injusticias sociales. Su film titulado “Yo, Daniel Blake”, trata sobre un trabajador que lucha, tras sufrir un infarto, contra la locura burocrática del sistema social británico y sobre una madre soltera víctima de un desahucio. Con esta película, Loach ganó por segunda vez en su carrera la Palma de Oro del Festival de Cannes.
En realidad, Loach quería haberse retirado hace tiempo del negocio cinematográfico, pero las políticas del Gobierno conservador británico y diversas situaciones sociales no se lo han permitido. “Debemos observar una vez más este terrible sistema de prestaciones y sanciones. Consiste en decirle a los pobres que ellos tienen la culpa de serlo y, si no tienen trabajo, es porque son incapaces o inútiles”, dijo Loach a la BBC. Por ese motivo, él desea mostrar la realidad, algo que no solo lo pone muy triste sino que también lo enfurece, según dijo en otra entrevista.
De jurista a actor y cineasta
Loach nació el 17 de junio de 1936 en Nuneaton, condado de Warwickshire. Hijo de un electricista, cumplió su servicio militar en la Fuerza Aérea británica. Después recibió una beca para estudiar Derecho en Oxford. Durante sus estudios universitarios, Loach ya incursionó en el teatro. Tan decisiva fue aquella experiencia, que se decidió por encaminar sus pasos profesionales hacia ese mundo, a pesar de haberse graduado en leyes. A principios de la década de los 60, aterrizó en el canal privado ABC Television y después en la BBC, donde dirigió, entre otras, la popular serie “Z-Cars”. Además comenzó a dirigir telefilmes muy alabados y premiados, como, por ejemplo, “Cathy Come Home”. Ya entonces, Loach daba muestras de su sensibilidad hacia los temas sociales. Esta película trata sobre una familia trabajadora a la que amenaza la pobreza luego de que el padre sufre un accidente y pierde su empleo. Los críticos señalaron el film como uno de los dramas más conseguidos de todos los tiempos sobre las condiciones de vida en Inglaterra.
Salto a la gran pantalla
Con “Poor Cow”, Loach dio el salto a la gran pantalla en 1967. Durante la década de los 80, le costó plasmar sus ideas. Bajo el Gobierno conservador de Margaret Thatcher, Loach se vio obligado a luchar contra los recortes y las censuras. Su film “Una cuestión de liderazgo”, de 1980, sobre la huelga de los trabajadores del metal, tuvo que ser recortado antes del estreno y una serie de cuatro capítulos sobre el fracaso de la dirección sindical durante la huelga desapareció en 1983 sin llegar a ser emitida.
En los 90, impactó con el film de suspenso “Hidden Agenda”, que recibió el Gran Premio del Jurado del Festival de Cannes. Y el reconocimiento internacional llegó con “Riff Raff”, de 1990, muy alabada por la crítica, que trata sobre la decadencia de la clase trabajadora desde la perspectiva de un obrero londinense de la construcción. Con “Raining Stones”, de 1993, volvió a llevarse el Gran Premio del Jurado de Cannes.
Críticas y autenticidad
No todas las películas de Loach tienen temática social. También hay filmes sobre acontecimientos históricos, como la guerra civil en Nicaragua (“Carla's song) y en España (“Land And Freedom”). También la película que le hizo llevarse su primera Palma de Oro en Cannes, “The Wind That Shakes The Barley”, se inspira en la historia: la lucha irlandesa por la libertad contra el Gobierno británico en la década de los 20. Este trabajo le valió críticas que acusaban al cineasta de “partidista” y de “propagandista”. Por otro lado, en “Looking for Eric”, de 2009, Loach demostró que es capaz de hacer una comedia sin más pretensiones.
La autenticidad que emanan sus películas proviene de su particular forma de trabajo. Por ejemplo, suele contratar a actores aficionados para encarnar sus personajes. Muchas veces, los protagonistas solo conocen parte del guión y tienen que improvisar. Por eso, Loach rueda en orden cronológico y hace todo lo posible para que sus historias sean tan realistas como sea posible.
Berlín en diez películas
Si vamos a escoger lo mejor del cine alemán, no podemos pasar por alto aquellas películas que usaron la capital como escenario. Agentes secretos, música, crimen y política se unen en esta galería.
Imagen: picture-alliance/dpa
10: Los hombres del domingo
Annie, una guapa modelo, prefiere pasar el domingo en casa mientras sus amigos se divierten en el lago Wannsee. Este filme de 1930 es un intento por mezclar ficción con documental donde Berlín y sus alrededores son las verdaderas estrellas. Esta legendaria película fue dirigida por Robert Siodmak y Edgar G. Ulmer.
Imagen: Imago/United Archives
9: Cabaret
Bob Fosse rodó su famoso musical "Cabaret" en Berlín y Múnich en 1972. Muchas de las escenas exteriores fueron filmadas en Berlín Occidental, pero la mayoría de los interiores se realizaron en Múnich. La historia transcurre en el Berlín de 1931, con el ascenso del partido nazi como telón de fondo. La película ganó ocho premios Oscar.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/Warner Bros. Home Video
8: Murderers among us
"Murderers among us" fue la primera película alemana realizada tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. Fue rodada en unos estudios de Berlín así como en las ruinas de la ciudad devastada. La obra impuso el término "filme de escombros" y fue estrenada el mismo año de su filmación, en 1946, en el sector soviético de Berlín.
Imagen: DEFA
7: Uno, dos, tres
Billy Wilder rodó la comedia "Uno, dos, tres" bajo circunstancias extraordinarias en 1961. El veterano director hollywoodense estaba interesado en filmar en la dividida, pero aún no desmembrada ciudad. El Muro de Berlín fue erigido durante las grabaciones, por lo que el equipo no pudo realizar tomas en la Puerta de Brandeburgo y se vio forzado a hacer una elaborada reconstrucción en Múnich.
Imagen: picture-alliance/dpa
6: El puente de los espías
Otra película de la Guerra Fría: la producción estadounidense-alemana "El puente de los espías" fue dirigida por Steven Spielberg. El laureado director rodó hace dos años en locaciones de la capital alemana, incluyendo el puente Glienicke, el lugar designado para intercambiar espías durante esos álgidos años de la historia reciente del mundo.
Imagen: picture-alliance/dpa/2015 Twentieth Century Fox
5: Berlín está en Alemania
En su debut "Berlín está en Alemania" del año 2001, el director Hannes Stöhr relata la historia de un inadaptado desde el corazón de Berlín. Martin Schulz, un alemán oriental, es liberado de la prisión, pero se encuentra en un mundo nuevo donde el Muro ha caído y la Alemania Democrática ya no existe. Esta película es puro Berlín.
Imagen: Imago/EntertainmentPictures
4: Verano en Berlín
Esta adorable comedia fue rodada casi en su mayoría en el distrito de Prenzlauer Berg. La película de Andreas Dresen, de 2004, gira en torno a Katrin y Nike, cuya amistad es puesta a prueba cuando se encuentran con un alegre y divertido conductor de camiones. Berlín fue así llevado con sus colores a la pantalla grande, un manjar para la audiencia.
Imagen: Imago/United Archives
3: Oh Boy
Otro debut con un colorido Berlín lejos de las convenciones. La película "Oh boy", estrenada en 2012 y dirigida por Jan-Ole Gerster, cuenta la historia de Niko Fischer, un joven y melancólico vagabundo. Entrelazada a través de matices cargados de poesía, la película recibió numerosos galardones, incluyendo seis premios del cine alemán.
Imagen: picture-alliance/dpa/X-Verleih
2: Victoria
Estilo de vida contemporánea en Berlín: la película "Victoria", dirigida por Sebastian Schipper y estrenada en 2015, trata acerca de un grupo de amigos que pasan una noche en un club de la capital y son absorbidos por una serie de acontecimientos inesperados. La película es una larga toma continua, 140 minutos de auténtico sentimiento berlinés.
Imagen: Panorama Entertainment
1: Las alas del deseo
En 1987, Wim Wenders dirigió la película definitiva sobre Berlín, un filme con las vistas más impresionantes en blanco y negro de la ciudad. "Las alas del deseo" cuenta la historia de Damiel y Cassiel, ángeles que vigilan las vidas de las personas en una ciudad dividida. El camarógrafo francés Henri Alekan consiguió con su trabajo crear un tapiz berlinés único.