Kiel: una puerta al mar
29 de septiembre de 2003Brisa marina, banderines al viento y velas henchidas. Con la llegada del verano, comienza también la Semana Grande de Kiel, uno de los mayores acontecimientos del deporte de vela a nivel mundial. Cerca de tres millones de personas acuden cual romería a ver los impresionantes veleros y seguir las regatas. Incluso los habitantes de Kiel asisten con entusiasmo a las competiciones marítimas para cambiar, al menos por un día, el semblante reservado y estirado que dicen tiene fama en el norte de Alemania.
De frente al viento
Kiel es la capital de Schleswig-Holstein, el estado federado más septentrional de Alemania. La ciudad es una puerta directa al Mar Báltico, al final de un largo y estrecho brazo de mar, que muchos llaman el fiordo de Kiel. La vida de esta ciudad ha estado siempre determinada por el tráfico marítimo y por sus astilleros. Sin embargo, no ha sido capaz de conservar el romanticismo de una antigua ciudad portuaria. La explicación se encuentra en que Kiel fue casi completamente destruida durante la Segunda Guerra Mundial. Los edificios construidos en los años 60 y 70, con modernos astilleros y el enorme puerto para los transbordadores, le dan un aire industrial, a la vez que portuario. Kiel es estación de paso en su viaje a Escandinavia para muchos turistas, que aprovechan las enormes playas de arena que lindan con la ciudad.
Marineros y bares
Pero la mayor fuente de trabajo en Kiel, con 250.000 habitantes, no es precisamente el puerto, sino la universidad. Cerca de 30.000 estudiantes están matriculados en la Universidad de Christian-Albrecht, en la Escuela Superior de Ciencias Aplicadas y en la Escuela Muthesius de Bellas Artes. Y sin embargo Kiel no acaba de ser una típica ciudad universitaria. La animación en los bares se debe más a los marineros y a los trabajadores del puerto que a los estudiantes.