En una entrevista emitida por la televisión alemana, Klinsmann se manifestó "muy conforme" con el rendimiento del once germano. "Es fantástico cuando se comienza como entrenador con un resultado positivo", dijo, "pero sólo fue el primer paso, tenemos que seguir avanzando."

Klinsmann, ex atacante campeón mundial con la selección germana en 1990 y campeón europeo en 1996, agregó que el equipo había llevado a la práctica magníficamente sus indicaciones, que consistieron sobre todo en "no dejar espacio al adversario y, una vez en posesión del balón, atacar de inmediato y en profundidad".

El nuevo entrenador alemán no ahorró alabanzas para Kevin Kuranyi (VfB Stuttgart), el artillero germano-brasileño-panameño, autor de los tres goles del once germano. "Kuranyi convirtió fríamente las posibilidades de gol que tuvo. Eso le dará mayor impulso aún", agregó.

El 8 de septiembre contra Brasil

Con respecto al próximo amistoso, contra Brasil en Berlín, el 8 de septiembre, Klinsmann dijo "que no tenemos por qué temerle a nadie, tampoco a Brasil. Debemos seguir jugando con la misma entrega que en el partido contra Austria".

En relación con el cambio de Oliver Kahn por Jens Lehmann, que juega en el Arsenal Londres, en el arco germano, "Klinsi", como le dicen en Alemania, dijo que había siddo acordado y que Kahn no hizo problemas.

"Kahn aceptó mi principio de rotación. Es un profesional de primera y de ninguna manera amenazó con renunciar a la selección si no juega siempre de titular. Claro que entiendo que quiera jugar todos los partidos, pero también los otros guardametas tienen derecho a jugar."

Los goles de Kuranyi

Kuranyi convirtió los goles para Alemania en los minutos 2, 61 y 73. El primero, luego de preciso pase de Michael Ballack (Bayern Múnich) y el segundo con un excelente cabezazo hacia abajo, inatajable, tomando una pelota que Thorsten Frings había enviado de tiro libre por elevación al área austriaca.

El tercer gol del germano-latinoamericano fue el fruto de un pase genial de Ballack, que permitió a Kuranyi correr solo con pelota dominada hacia el arco de Mandl, el guardameta austriaco. Éste salió a la desesperada, pero no logró despejar. Kuranyi eludió al guardameta e introdujo el balón soberanamente con un tiro bajo y seco hacia el centro del arco.

El árbitro del partido, disputado ante 38.000 espectadores en Viena, fue el impagable Pierluigi "el pelado" Collina, que, como es su costumbre, mantuvo siempre firmas las riendas del encuentro que terminó con sólo dos tarjetas amarillas (Rene Aufhauser, Austria y Thomas Linke, Alemania).