Uno de los mayores litigios de la post reunificación alemana llegó a su final. La oficina federal que guarda sobre los archivos de la policía secreta de la desaparecida Alemania del Este, abrió a consulta parte de las 7.000 actas acumuladas por el espionaje germano-oriental en su sistemática y enfermiza labor de escuchas y seguimiento a Kohl. La Staatssicherheit (Stasi), era el temido ente oficial de espionaje y seguridad estatal de la extinta Alemania comunista.

La directora de dicha oficina, Marianne Birthler, pudo dar curso a más de 1.000 páginas del “Acta Kohl”, de acuerdo a la solicitud de consulta presentada por historiadores y periodistas. La batalla por consultar esos archivos se abrió en 2000, poco después de estallar el escándalo de las cuentas secretas de la Unión Cristianodemócrata Alemana (CDU) bajo la “era Kohl”. Por aquellos días se pensaba que las informaciones recogidas por el sistema de espías de la RDA podrían ayudar a dilucidar el caso.

Muchas observaciones, pocas infidencias

Birthler advirtió que las actas abiertas revelarán grandes hechos y que no contienen información sobre la cuestión de la contabilidad paralela de la CDU en los años 80. Todo tipo de información que pueda considerarse personal ha sido tachada y se ha “purgado” asimismo cualquier asunto que el ex canciller considere confidencial. Según Birthler, lo más revelador del material es lo que aporta en cuanto al proceder de la Stasi y su sistemático seguimiento a los políticos del “otro lado”.

Tras casi un año de revisión, Kohl y sus abogados, dieron finalmente luz verde a la apertura, de 1.071 páginas de las actas más otras 673 de periódicos u otro tipo de información. “Se mantiene el veto a la difusión de cualquier tipo de información que afecte a la esfera privada del ex canciller Helmut Kohl y que se haya conseguido por métodos de espionaje”, recordó la oficina del político conservador.

La vana vida de muchos agentes secretos

La oficina tutelar de los archivos de la Stasi fue creada por el propio Kohl, tras la reunificación, para facilitar su consulta a todos los ciudadanos que lo solicitaran. Al departamento se le asignó la tarea de seleccionar y poner a disposición de los

solicitantes un material consistente en más de 40 millones de fichas y cientos de miles de fotos y grabaciones.

¿Qué sigue escondiendo Kohl?

Políticos y funcionarios de la extinta RDA, así como catedráticos, juristas y maestros quedaron en entredicho o perdieron sus puestos al salir a la luz sus pasados vínculos con la Stasi. Sin embargo, la publicación de sus actas sólo estaba autorizada para aquellos que habían “servido” al espionaje germano-oriental, pero no para quienes habían sido sus víctimas o sujetos espiados. Así empezó un largo tira y afloja para modificar ese apartado. Por un lado, los interesados en la apertura del “acta Kohl”, por el otro, sus detractores.

A más de una década de la reunificación aún es mucho lo que hay por saberse, tanto sobre la dictadura comunista, como sobre la emergente Alemania occidental.