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“Kohl fue arrebatado a la gente”

1 de julio de 2017

El acto europeo realizado en honor a Kohl fue ejemplar, dice el politólogo Heinrich Oberreuter. En cambio, considera problemáticas las disputas por el control de los archivos privados del canciller.

Imagen: picture-alliance/dpa/A. Dedert

DW: Señor Oberreuter, la ceremonia en memoria de Helmut Kohl en Estrasburgo fue para un europeo, no para un alemán. ¿Cómo evalúa eso?

Helmut Kohl es uno de los tres ciudadanos de honor de Europa. Él hizo una enorme contribución a la integración del continente. En esa medida, este acto es un ejemplo para el futuro, además de un reconocimiento a Kohl como europeo. También es un homenaje a su obra.

 

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Entre otras cosas, muchos echaron en falta un acto de Estado en Alemania.

Sí. El hecho de que casi todo se concentrara en este acto europeo, y en Alemania se buscaran algunas soluciones de emergencia con parlamentarios e iglesias para rendirle tributo, es algo nuevo.

¿Podrá esta ceremonia en Estrasburgo impulsar los ánimos paneuropeos?

A mí me parece que esta ceremonia se limita más bien a lo simbólico y no debería tener efecto alguno en la actual situación de la Unión Europea. Es un recuerdo del proceso de creación de la UE y de su cohesión. De alguna manera, Helmut Kohl fue el puente entre Alcide de Gasperi, Robert Schuman, Konrad Adenauer y el presente. Ya en su juventud, Kohl había ido a la frontera franco-alemana e intentado acabar con los límites, y nunca renunció a ese afán. Y por ello su recuerdo permanece en la memoria de todos. Desde entonces, la integración europea se ha hecho realidad.

En torno al acto fúnebre hubo algunas discrepancias surgidas incluso del seno de la familia de Kohl, lo que provocó cambios en la ceremonia. Dado este escenario, es válido preguntarse: ¿a quién le pertenece Helmut Kohl?

Creo que eso es un gran problema. La figura de Kohl, con esta forma de conmemorarlo, ha sido arrebatada del ámbito público, de la gente. No había nada que impidiera la realización de dos ceremonias, una nacional y otra europea. Acá hubo motivaciones muy privadas para alejar de la escena pública al canciller de la unidad, que en realidad es mucho más que solo el canciller de la unidad. Habría sido muy pertinente la realización de un acto de Estado en Alemania. Eso habría hecho más evidente que la figura del canciller Kohl les pertenece a los alemanes.

Imagen: picture-alliance/dpa/F. Kästle

¿Qué pasará con la memoria de Kohl, teniendo en cuenta que buena parte de sus archivos están en manos de su viuda?

Si la viuda de Kohl sigue adelante con su estrategia de declarar a una personalidad histórica como propiedad privada, quizás Kohl se enaltecerá en sus recuerdos y emociones. Pero de cara a la conciencia pública, ocurrirá precisamente lo contrario. La imagen de Kohl se ve dañada por esa privatización. Hay que decirle a la viuda que los documentos oficiales e históricos no son propiedad privada. Espero que las luchas judiciales determinen que los archivos queden en manos de quienes en realidad son sus dueños. En estas luchas es ante todo la memoria de Kohl la que se ve dañada.

En diversos medios se ha sugerido que esta disputa podría empañar también la memoria de hombre privado de Kohl.

Es también mi temor. A través de estas disputas privadas puede provocarse un eclipse de la importancia histórica de Kohl. La viuda quizás no ha considerado que la figura del Kohl histórico puede verse afectada. En algo ayudó Kohl con el escándalo de las donaciones (a la CDU), pero ese desgaste no sería tan grande si no fuera por estas disputas adicionales.

El politólogo Heinrich Oberreuter es director del Instituto para Formación Periodística de Passau. Entre 1993 y 2011 fue director de la Academia de Formación Política en Tutzing.

Autor: Kersten Knipp (DZC/VT)

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