El acto europeo realizado en honor a Kohl fue ejemplar, dice el politólogo Heinrich Oberreuter. En cambio, considera problemáticas las disputas por el control de los archivos privados del canciller.
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DW: Señor Oberreuter, la ceremonia en memoria de Helmut Kohl en Estrasburgo fue para un europeo, no para un alemán. ¿Cómo evalúa eso?
Helmut Kohl es uno de los tres ciudadanos de honor de Europa. Él hizo una enorme contribución a la integración del continente. En esa medida, este acto es un ejemplo para el futuro, además de un reconocimiento a Kohl como europeo. También es un homenaje a su obra.
Entre otras cosas, muchos echaron en falta un acto de Estado en Alemania.
Sí. El hecho de que casi todo se concentrara en este acto europeo, y en Alemania se buscaran algunas soluciones de emergencia con parlamentarios e iglesias para rendirle tributo, es algo nuevo.
¿Podrá esta ceremonia en Estrasburgo impulsar los ánimos paneuropeos?
A mí me parece que esta ceremonia se limita más bien a lo simbólico y no debería tener efecto alguno en la actual situación de la Unión Europea. Es un recuerdo del proceso de creación de la UE y de su cohesión. De alguna manera, Helmut Kohl fue el puente entre Alcide de Gasperi, Robert Schuman, Konrad Adenauer y el presente. Ya en su juventud, Kohl había ido a la frontera franco-alemana e intentado acabar con los límites, y nunca renunció a ese afán. Y por ello su recuerdo permanece en la memoria de todos. Desde entonces, la integración europea se ha hecho realidad.
En torno al acto fúnebre hubo algunas discrepancias surgidas incluso del seno de la familia de Kohl, lo que provocó cambios en la ceremonia. Dado este escenario, es válido preguntarse: ¿a quién le pertenece Helmut Kohl?
Creo que eso es un gran problema. La figura de Kohl, con esta forma de conmemorarlo, ha sido arrebatada del ámbito público, de la gente. No había nada que impidiera la realización de dos ceremonias, una nacional y otra europea. Acá hubo motivaciones muy privadas para alejar de la escena pública al canciller de la unidad, que en realidad es mucho más que solo el canciller de la unidad. Habría sido muy pertinente la realización de un acto de Estado en Alemania. Eso habría hecho más evidente que la figura del canciller Kohl les pertenece a los alemanes.
¿Qué pasará con la memoria de Kohl, teniendo en cuenta que buena parte de sus archivos están en manos de su viuda?
Si la viuda de Kohl sigue adelante con su estrategia de declarar a una personalidad histórica como propiedad privada, quizás Kohl se enaltecerá en sus recuerdos y emociones. Pero de cara a la conciencia pública, ocurrirá precisamente lo contrario. La imagen de Kohl se ve dañada por esa privatización. Hay que decirle a la viuda que los documentos oficiales e históricos no son propiedad privada. Espero que las luchas judiciales determinen que los archivos queden en manos de quienes en realidad son sus dueños. En estas luchas es ante todo la memoria de Kohl la que se ve dañada.
En diversos medios se ha sugerido que esta disputa podría empañar también la memoria de hombre privado de Kohl.
Es también mi temor. A través de estas disputas privadas puede provocarse un eclipse de la importancia histórica de Kohl. La viuda quizás no ha considerado que la figura del Kohl histórico puede verse afectada. En algo ayudó Kohl con el escándalo de las donaciones (a la CDU), pero ese desgaste no sería tan grande si no fuera por estas disputas adicionales.
El politólogo Heinrich Oberreuter es director del Instituto para Formación Periodística de Passau. Entre 1993 y 2011 fue director de la Academia de Formación Política en Tutzing.
Autor: Kersten Knipp (DZC/VT)
El último homenaje a Helmut Kohl
Tras una ceremonia oficial en la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo para despedir al excanciller alemán Helmut Kohl, su féretro fue transportado a la ciudad alemana de Espira, donde será enterrado.
Imagen: picture-alliance/dpa/F. Kästle
Homenaje a un estadista europeo
El sepelio del excanciller alemán Helmut Kohl comenzó a las 11:00 hora local en la ciudad francesa de Estrasburgo con una ceremonia en la sede del Parlamento Europeo. Líderes europeos y destacados políticos rindieron homenaje al padre de la reunificación alemana y uno de los artífices de la consolidación de la UE.
Imagen: REUTERS
"Un gigante de la posguerra"
Ocho oradores rindieron tributo a Kohl. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, se despidió conmovido de quien describió como un "fiel amigo”. "Nos deja un gigante de la posguerra", dijo. Juncker recordó el papel de Kohl como precursor de la integración de Europa. "Para él, el euro siempre fue una forma de política europea pacifista con otros recursos", agregó.
Imagen: picture alliance/dpa/S. Hoppe
Dar continuidad al legado
También el presidente de Francia, Emmanuel Macron, tomó la palabra. Aseguró estar dispuesto a dar continuidad, junto a la canciller alemana, al legado de Kohl. El presidente francés recordó que el difunto excanciller "prefería los puentes a las fronteras o los muros" y vinculó la figura de Kohl a la del expresidente francés François Mitterrand, el otro gran artífice de la integración europea.
Imagen: picture alliance/dpa/S. Hoppe
"Adoraba ser alemán y europeo"
Asimismo, el expresidente estadonidense Bill Clinton recordó al difunto excanciller alemán. "Me gusta este tipo porque su apetito iba mucho más allá de la comida. Quería crear un mundo en el que nadie dominara", señaló. Kohl "adoraba ser alemán y adoraba ser europeo", agregó Clinton.
Imagen: picture alliance / Sven Hoppe/dpa
"Gracias por las oportunidades"
Visiblemente conmovida, la canciller alemana pronunció el último discurso. Angela Merkel dijo que "millones de personas" están en deuda con el arquitecto de la reunificación alemana y gran impulsor de la UE. "Helmut, gracias por las oportunidades que hemos recibido de usted alemanes y europeos. Usted consiguió cosas inmensas, descanse en paz... Ahora nos toca a nosotros mantener su legado", dijo.
Imagen: picture alliance/dpa/ M. Kappeler
De Francia a Alemania
Tras la ceremonia europea en tierra francesa, los restos mortales de Kohl fueron trasladados en helicóptero a Alemania para a continuación ser conducidos en coche por las calles de su ciudad natal, Ludwigshafen.
Imagen: Reuters/F. Lenoir
Un político y ciudadano popular
Cientos de personas acompañaron el último recorrido de Kohl por las calles de Ludwigshafen. El coche negro que transportó el féretro del difunto, cubierto ahora con la bandera alemana, se abrió paso entre la muchedumbre.
Imagen: picture-alliance/dpa/F. Rumpenhorst
Última etapa
En la localidad renana de Reffenthal, el féretro fue transportado a bordo del barco “MS Mainz”. Escoltados por soldados, los restos mortales del difunto emprendieron el último trayecto por el río Rin rumbo a la ciudad de Espira.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Arnold
Procesión fluvial
Tras haber sido transportado por tierra, aire y agua, el féretro arribó a la ciudad de Espira, la última estación del largo viaje de Kohl.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/A. Arnold
Un acto popular
La canciller Angela Merkel saludó a espectadores que viajaron a Espira para despedirse de Helmut Kohl. En la catedral de la ciudad alemana se celebró la homilía en honor al difunto político. Pese a la lluvia, alrededor de un millar de ciudadanos siguieron el oficio ante la catedral, donde se instaló una pantalla gigante.
Imagen: picture-alliance/dpa/R. Holschneider
Mil invitados
La plana mayor de la política alemana, encabezada por Angela Merkel y el presidente Frank-Walter Steinmeier, entre unos mil invitados, asistió al réquiem en la catedral de Espira. En ella se hallan los sepulcros de varios soberanos germanos. Al final de ese acto, la viuda de Kohl y la carroza con su féretro se dirigieron hacia el lugar donde éste sería enterrado en una ceremonia privada.