Kosovo elige Parlamento en medio de crisis y corrupción
11 de junio de 2017
En 2.500 colegios electorales en Kosovo tienen lugar elecciones legislativas anticipadas. Veinte escaños están garantizados para las minorías, 10 de ellos para la serbia. Kosovo se proclamó independiente en 2008.
Hashim Thaci, presidente y líder de la coalición PDK, compuesta de exguerrilleros. Imagen: picture-alliance/dpa/V. Xhemaj
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Unos 1,8 millones de ciudadanos con derecho a voto están llamados a las urnas para elegir a 120 diputados del Parlamento nacional entre 19 partidos, cinco coaliciones y dos iniciativas cívicas.
Veinte escaños están garantizados para las minorías, diez de ellos para la serbia. Son las terceras elecciones legislativas y segundas anticipadas desde la independencia de Kosovo, antigua provincia serbia poblada por una amplia mayoría albanesa. Serbia no reconoce esa independencia, aceptada por más de 110 países, entre ellos EE. UU. y la mayoría de los Estados de la Unión Europea, pero no por Rusia, China o España, entre otros.
Las encuestas dan como favorita a la coalición nacionalista que forman el Partido Democrático (PDK), la Alianza para el Futuro de Kosovo (AAK) y Nisma, tres formaciones surgidas de la guerrilla separatista que luchó contra Serbia.
Esa alianza, denominada en la prensa kosovar como "ala bélica", obtendría un 41 % de los votos, seguida de la coalición moderada encabezada por la conservadora Liga Democrática de Kosovo (LDK) y otros dos partidos, que lograrían un 30 %. La tercera formación, con un 19,5 %, sería la ultranacionalista Vetevendosje, que podría ser decisiva a la hora de formar Gobierno.
Economía, diálogo con Serbia y conflicto con Montenegro
Un gran reto para un futuro Ejecutivo kosovar será la mala situación económica con el desempleo, que alcanza el 27,5 % -entre los jóvenes el 52,4 %-, y la pobreza, que ronda el 30 % de la población.
Si el país quiere acercarse a la Unión Europea, deberá también normalizar sus relaciones con Serbia en un diálogo auspiciado por Bruselas, ratificar un acuerdo de demarcación fronteriza con Montenegro y luchar contra la endémica corrupción. No obstante, el candidato a primer ministro del "ala bélica", ex jefe del Gobierno y antiguo comandante guerrillero Ramush Haradinaj, aboga por renegociar el acuerdo fronterizo con Montenegro al considerar que el actual cede territorio, una iniciativa que respalda también el líder de Vetevendosje, Albin Kurti.
Haradinaj defiende una actitud más dura con Serbia y que el diálogo sea entre dos países que se reconocen como independientes, mientras que Kurti quiere un diálogo con los serbokosovares, pero no con Belgrado.
Las elecciones se convocan un año antes de lo previsto, gracias a moción de la oposición para denunciar la parálisis del Gobierno y el acuerdo de demarcación con Montenegro. El propio PDK se unió incluso al voto de censura que llevó a la caída del Ejecutivo.
Los colegios electorales cerrarán a las 19.00 hora local (17.00 GMT), y se espera que los primeros resultados preliminares se conozcan unas horas después. Varios miles de observadores nacionales y extranjeros, entre ellos de la UE, supervisarán la votación.
JOV (efe, dpa)
La intervención de la OTAN contra Serbia
El bombardeo de Serbia por parte de la OTAN terminó con la violencia de las tropas serbias contra los albano-kosovares. Sin embargo, esa guerra, que se realizó sin el mandato de la ONU, sigue siendo controvertida.
Imagen: picture-alliance/dpa
Huellas de la guerra
El conflicto en Kosovo escaló a fines de 1990. Decenas de miles de personas huyeron y, cuando todas las tentativas de restablecer la paz se vieron frustradas, la OTAN inició un ataque aéreo a las bases y objetivos militares serbios, el 24 de marzo de 1999. Once semanas después, Slobodan Milosevic se rendía.
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El fracaso de la resistencia pacífica
Ya a mediados de los 80 comenzaron en Kosovo las protestas contra los intentos de Belgrado de recortar los derechos de la población albana. En los 90, las represalias aumentaron. Ibrahim Rugova, que lideraba el movimiento político en Kosovo desde 1989, creía en la resistencia pacífica y trató de convencer a Slobodan Milosevic de un cambio de rumbo, pero sin éxito.
Imagen: picture-alliance/dpa
Guerra de guerrillas
En Kosovo comienza a formarse la resistencia armada. La autoproclamada Armada de Liberación UCK empieza una cruel guerra de guerrillas perpetrando violentos ataques contra los serbios, pero también contra los albanos, a quienes considera colaboradores. Serbia responde a los actos terroristas incendiando viviendas y saqueando tiendas. Cientos de miles personas huyen.
Imagen: picture-alliance/dpa
Expulsión sistemática
La guerra se vuelve cada vez más brutal. Para romper la resistencia de la UCK y el apoyo que le brinda la población, las fuerzas serbias atacan cada vez más a civiles. Muchas personas huyen a los bosques. Miles de kosovares son llevados en trenes y camiones a las fronteras del país, sin documentos que probaran que provenían de Kosovo.
Imagen: picture-alliance/dpa
El último intento
En febrero de 1999, EE. UU., Francia, Gran Bretaña, Rusia y Alemania llaman a las partes en conflicto a una conferencia en Rambouillet para lograr un acuerdo limitado de autonomía para Kosovo. Los representantes kosovares aceptan, pero los serbios no están dispuestos a hacer concesiones, y las negociaciones fracasan.
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"Intervención humanitaria"
El 24 de marzo de 1999, la OTAN comienza a bombardear objetivos militares y estratégicos en Serbia y Kosovo para frenar la violencia contra los albanos. También Alemania participa en los ataques. La operación “Allied Force” es la primera guerra de la OTAN en 50 años que no cuenta con el respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU. Rusia juzga severamente la intervención
Imagen: U.S. Navy/Getty Images
Infraestructura paralizada
Además de los ataques a instalaciones militares, la OTAN también toma como objetivo vías de abastecimiento, líneas de ferrocarril y puentes. En 79 días y noches arriban más de 37.000 misiones de la alianza, y cerca de 20.000 misiles y bombas caen sobre territorio serbio. Muchos civiles pierden la vida. “Daños colaterales”, según el lenguaje que utiliza la OTAN.
Imagen: picture-alliance/dpa
Nubes tóxicas sobre Pancevo
También son atacadas las fábricas, como en Pancevo, cerca de Belgrado. Allí, las bombas de la OTAN destruyen un depósito de químicos y una fábrica de fertilizantes liberando grandes cantidades de sustancias químicas que contaminan suelos, ríos y el aire. Las consecuencias para la población son gravísimas. Serbia acusa a la OTAN de utilizar munición enriquecida con uranio, así como bombas racimo.
Imagen: picture-alliance/dpa
Guerra contra la propaganda de guerra
Para privar a Milosevic de un importante órgano de propaganda, la OTAN ataca la televisión estatal en Belgrado. Aunque se informó con anticipación al Gobierno serbio del ataque, éste no difunde la información. En el edificio de la emisora mueren 16 personas.
Imagen: picture-alliance/dpa
"Daños colaterales"
En Kosovo, las bombas de la OTAN caen por error sobre una caravana de refugiados albanos. Mueren cerca de 80 personas. La OTAN califica, además, de “daño colateral” el bombardeo de la embajada china en Belgrado, en el cual mueren cuatro personas. El incidente provoca una grave crisis diplomática entre Pekín y Washington.
Imagen: Joel Robine/AFP/GettyImages
Balance del horror
A comienzos de junio llegan las primeras señales de Belgrado que indican que Slobodan Milosevic está dispuesto a ceder. El 19 de junio la OTAN detiene los ataques aéreos. El balance de la guerra: miles de muertos y 860.000 refugiados. La economía serbia está por los suelos, y amplios sectores de su infraestructura están destruidos. Kosovo es puesta bajo administración de la ONU.