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Kyrill pide perdón

Claudia Herrera Pahl21 de enero de 2007

Un huracán devastador y un hombre apenado. Kyrill los une eternamente sin saberlo el primero y sin quererlo el segundo. La historia de un regalo de cumpleaños inolvidable.

Foto de satélite hecha el 17 de enero 2007 del huracán Kyrill.Imagen: picture-alliance/ dpa

Han pasado tres días desde que el huracán Kyrill paralizara a toda una nación, por lo menos el transporte de trenes y el aéreo. El huracán más terrible que haya asolado a Alemania en los últimos 20 años cobró la vida de por lo menos 43 personas y causó pérdidas millonarias.

Kyrill azotó Alemania con vientos de hasta 225 kilómetros por hora, demostrando una energía y fuerza que según los expertos meteorólogos germanos, sólo se registran en esta parte del mundo cada 10 a 20 años.

Un regalo inolvidable

Imagen: AP

Una fuerza destructiva que nada tiene que ver con el padrino del huracán: Kyrill Genov. El gentilhombre se ha disculpado y está muy apenado de que su nombre se relacione con tan devastador suceso.

Los amantes hijos del señor Genov querían obsequiarle a su padre un regalo inolvidable para su 65 aniversario. En marzo de 2006 acudieron al Instituto de Meteorología de la Universidad Libre de Berlín con el fin de "comprar" un anticiclón, una zona atmosférica de alta presión que provoca situaciones de tiempo estable y ausencia de precipitaciones, es decir, sol y alegría. Sin embargo otros antes que ellos habían tenido la misma idea y por lo mismo los anticiclones estaban agotados.

Podrían haber optado por otro regalo, pero ya en el instituto, prefirieron comprarle una borrasca o zona de baja presión, que además son más baratas. Lo importante era que el nombre de su padre apareciera en el pronóstico del tiempo europeo.

Puntual para el día de su cumpleaños Kyrill Genov recibió un certificado, sin saber que su borrasca se convertiría en ciclón y que su nombre se haría famoso.

Imagen: AP

El precio de una borrasca

El Instituto de Meteorología de la Universidad Libre de Berlín inició la iniciativa "Padrino del tiempo" en el 2002. Una ingeniosa idea para enfrentar la escasez de capital. Cada borrasca cuesta 199 euros y cada anticiclón 299, estos últimos más caros porque suelen durar más que los primeros.

La genial idea que les ha permitido financiarse con éxito, ha hecho pasar a Kyrill Genov a la historia, por lo menos de la meteorología, dándole una fama que el habría preferido no tener.

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