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ConflictosLíbano

Líbano, Hezbolá y el miedo a una guerra

29 de julio de 2024

La gran mayoría de la gente en Líbano es contraria a una guerra contra Israel. Un conflicto bélico golpearía al ya debilitado país con fuerza.

Fuego por ataques aéreos de fondo, en la oscuridad nocturna en el Líbano.
26 de junio de 2024: fuego tras un ataque aéreo israelí en el sureste del Líbano.Imagen: Ramiz Dallah/Anadolu/picture alliance

El gabinete de Seguridad del Gobierno de Israel ha tomado una decisión. Según anunció la Oficina del Primer Ministro a última hora de la tarde del domingo (28.7.2024), el primer ministro, Benjamín Netanyahu, y el ministro de Defensa, Joav Galant, quedan autorizados a "decidir la forma y el momento de actuar contra la organización terrorista Hezbolá".

Previamente, Netanyahu amenazó a la milicia proiraní con pagar un "alto precio" por el ataque con cohetes contra un campo de fútbol en los Altos del Golán, del que se sospecha que es responsable Hezbolá. Doce jóvenes fueron víctimas del suceso.

Hezbolá, por su parte, ha declarado que no disparó los proyectiles. La organización, que cuenta con el apoyo de Irán, está clasificada como terrorista por Estados Unidos, Alemania y otros países occidentales. Por su parte, la Unión Europea incluye al brazo armado de Hezbolá en la lista de grupos terroristas.

Israel desea golpear a Hezbolá, pero no sumir a todo Oriente Medio en una guerra. Así lo han asegurado varios funcionarios israelíes anónimos a la agencia de noticias Reuters. "Creemos que nuestra reacción no conducirá a una guerra total", cita Reuters a una de las fuentes. "Eso no sería de nuestro interés en este momento".

Noches fuera de casa

Sin embargo, según Michael Bauer, director de la oficina de la Fundación Konrad Adenauer en Beirut, que se encuentra en estos momentos en Jordania, ya reinan condiciones de guerra en el sur del Líbano, en la frontera con Israel.

El Ejército israelí también está atacando repetidamente objetivos de Hezbolá en otras partes del país. "El gran temor de los libaneses ahora, por supuesto, es que estos conflictos puedan entrar en una nueva fase", explica a DW. Temen que el Ejército israelí seleccione más objetivos y utilice otros sistemas de armamento.

Una joven libanesa, que desea permanecer en el anonimato, dice a DW que ha pasado la segunda noche fuera de su barrio de Dahieh, porque está controlado por Hezbolá. El peligro de una escalada aún no es demasiado elevado, pero prefiere ponerse a salvo ahora.

Otra libanesa asegura no estar preocupada, y considera que el riesgo actual es manejable. Sin embargo, está preocupada por algunos miembros de su familia que viven en el sur del país.

Estado frágil, sociedad debilitada

Si el conflicto se extendiera, afectaría a un Estado ya de por sí débil. Según un informe del Banco Mundial, el Líbano está muy endeudado, con un pasivo que asciende al 180 por ciento del Producto Interno Bruto.

Según otro informe del Banco Mundial, la tasa de pobreza en ese país se ha triplicado en la última década. La proyección es que el 44 por ciento de los libaneses vivirá por debajo del umbral de pobreza en 2024. Al menos se prevé que la inflación podría bajar en 2024, desde 221 por ciento del año pasado al 83 por ciento en 2024.

Durante años, el Estado libanés ha demostrado su escasa o nula capacidad operativa. Su debilidad quedó demostrada en agosto de 2020, con la enorme explosión de 2.750 toneladas de nitrato de amonio en un almacén del puerto de Beirut, que destruyó amplias zonas de la ciudad. Más de 200 personas murieron y otras más de 6.500 resultaron heridas en la catástrofe.

Durante años, las autoridades libanesas se han desentendido a la hora de transportar los productos químicos, considerados peligrosos, a un lugar seguro.

Por otro lado, alrededor de 1,5 millones de sirios se han refugiado en Líbano de la guerra en su país de origen. Un cuarto de millón de refugiados palestinos viven ya en el Líbano, algunos de ellos en campamentos desde hace décadas.

La posibilidad de que se agrave el enfrentamiento entre Israel y Hezbolá ya está teniendo repercusiones en Líbano. Las compañías aéreas internacionales han suspendido o cancelado sus vuelos a Beirut. "Además, se han endurecido las advertencias internacionales de viaje o se han repetido enfáticamente las ya existentes".

Peligro para las últimas infraestructuras en funcionamiento

Hace meses, el exministro de Economía y vicegobernador del Banco Central libanés, Nasser Saidi, advirtió que la guerra entre Israel y Hamás podría extenderse a todo Líbano. "La situación económica se deterioraría rápidamente", declaró al respecto en el diario The National de Abu Dhabi.

Si la situación se agrava, las infraestructuras restantes, incluidos los puertos y el aeropuerto, podrían quedar destruidas. "Estos son el sustento económico del país, dada su gran dependencia de la diáspora libanesa". Un recrudecimiento del conflicto podría tener consecuencias catastróficas, según un análisis del think tank Atlantic Council, con sede en Washington. Además, podrían unirse a Hezbolá combatientes de toda la región apoyados por Irán, lo que haría el conflicto aún más complejo y riesgoso.

Líbano estaría en el centro de estas tensiones. Según Michael Bauer, el país no está en condiciones de hacer frente a otra crisis o a una guerra con Israel.

(ms/cp)  

 

 

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