Frauke Petry solicitó debatir los lineamientos futuros de AfD, lo que fue rechazado por el congreso de la colectividad que encabeza.
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Humillante, aplastante y vergonzoso fueron los adjetivos con que la prensa calificó el revés que vivió Frauke Petry, la líder y rostro más visible del partido de ultraderecha alemana Alternativa para Alemania (AfD). Esto porque en pleno congreso del conglomerado político no se admitió incluir en el debate la moción de Petry para definir los lineamiento futuros de la colectividad.
Petry, que hace unos días comunicó su decisión de no encabezar las listas del partido para las próximas elecciones generales del mismo, quiere que el partido tome el rumbo de la "realpolitik” para ser el encargado de llevar a cabo un "cambio espiritual y moral" en Alemania y en el resto de Europa. Con esto busca moderar la postura del partido para "ser una opción de poder realista hasta 2021 para no dejar el terreno de juego de manera permanente en manos de los partidos establecidos".
La cara visible de los ultraderechistas alemanes, que además dirige la bancada de la AfD en el Parlamento de Sajonia, insistió en que quiere que AfD tenga capacidad a medio plazo de integrar en un futuro coaliciones de gobierno. Sin embargo, esta postura es rechazada por el ala más radical del partido, que es liderada por el ultranacionalista Björn Höcke.
La división en el seno del partido es una lucha de poder entre el ala moderada, representada por su líder, Frauke Petry, y los radicales aglutinados en torno al vicepresidente Alexander Gauland y el líder regional Björn Höcke que en esta oportunidad se le prohibió participar del congreso derechista y que enfrenta un proceso de expulsión.
Los disensos al interior de la colectividad han debilitado a la AfD, a la que ahora los sondeos pronostican de cara a las elecciones generales alemanas un 8 % o un 9 %, frente al 11 % o hasta el 13 % que se le auguraba unos meses atrás.
MN (efe,dpa)
¿Por qué toda Alemania habla tanto de AfD? (15.03.2016)
El partido de extrema derecha apeló a un discurso antiinmigración y obtuvo excelentes resultados en las últimas elecciones regionales alemanas.
Imagen: Getty Images/A. Hassenstein
Al comienzo era el euro
En abril de 2013 se realizó en Berlín el primer congreso del partido Alternativa para Alemania (AfD), que acababa de ser fundado en febrero. Bajo el liderazgo del profesor de Economía de la Universidad de Hamburgo Bernd Lucke, el partido surgió como una variante un poco a la derecha de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y tuvo como principal tema la crítica a la política de rescate del euro.
Imagen: Reuters
Los "euroescépticos"
El objetivo de AfD era convertirse en una alternativa real a los partidos de centro. Numerosos militantes de la Unión Cristianodemócrata (CDU), del partido liberal FDP e incluso de La Izquierda se plegaron a la propuesta, que buscaba el fin de los millonarios rescates financieros, el retorno de las monedas nacionales y la disolución de la eurozona. La prensa empezó a llamarlos "euroescépticos".
Imagen: Reuters
Los tres presidentes
Lucke compartió la presidencia del partido con la empresaria Frauke Petry y Konrad Adam, un reconocido periodista que había trabajado en el Frankfurter Allgemeine Zeitung. Con las bases listas para competir, se presentaron en las elecciones federales de 2013 con Lucke como principal rostro. Obtuvieron el 4,7 por ciento, muy poco por debajo del 5 por ciento necesario para ingresar al Bundestag.
Imagen: picture-alliance/dpa
Los primeros éxitos electorales
Tras un fracaso en las elecciones regionales de Hesse, AfD comenzó a dar sus primeros golpes electorales en 2014, cuando obtuvo el 7 por ciento en las elecciones al Parlamento Europeo, lo que permitió que Lucke y otros seis militantes se convirtieran en eurodiputados. Luego obtuvo asientos en los parlamentos de Sajonia, Turingia y Brandeburgo, donde alcanzó un 12,2 por ciento de la votación.
Imagen: picture-alliance/dpa
Las dos almas se separan
Pese a nuevos éxitos en Bremen y Hamburgo, las dos almas del partido poco a poco empezaban a chocar. Por un lado, los liberales económicos capitaneados por Lucke, y, por el otro, los ultraconservadores tutelados por Frauke Petry. En el congreso de julio de 2015, Petry fue elegida presidenta y se produjo un cisma. Cinco de los siete europarlamentarios dejaron el partido, entre ellos Lucke.
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Giro a la derecha
Lucke se llevó consigo a unos dos mil militantes de AfD, algo así como el 10 por ciento del total. Con muchos de ellos fundó ALFA, Alianza para el Progreso y el Resurgir. Petry organizó el giro hacia la derecha de Alternativa para Alemania. Hubo reuniones con los islamófobos de Pegida e incluso Petry dijo que la policía debería usar armas de fuego, como último recurso, para proteger las fronteras.
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Discurso antiinmigración rinde frutos
El discurso contra la política de refugiados propugnada por la canciller Angela Merkel, así como la radicalización en distintas áreas, las soflamas nacionalistas y la cercanía con la ultraderecha rindió sus frutos. En las elecciones regionales de Baden-Wurttemberg, Renania-Palatinado y Sajonia-Anhalt (13.03.2016), la AfD obtuvo sus mejores resultados históricos.
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El tiempo hablará
Nadie quiere negociar con ellos. Pero la AfD se ha convertido en un actor de la política alemana, sin que le afectaran las críticas por la cercanía con Pegida o las apariciones de miembros del partido en manifestaciones junto a neonazis.