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Límites para la agricultura transgénica

José Ospina Valencia19 de junio de 2004

Una Ley sobre Técnica de Manipulación Genética protegerá en Alemania los cultivos libres de manipulación genética de contaminaciones con productos, semillas, polen o insumos transformados a través de ingeniería genética.

A la ministra alemana de Agricultura, Renate Künast, le huele mal la manipulación genética.Imagen: AP

Los cultivadores y consumidores alemanes vivirán más seguros. Esto es, por lo menos, lo que la nueva Ley sobre Técnica de Manipulación Genética busca. Dicha ley fue aprobada este viernes 18 por la mayoría socialdemócrata y verde del Bundestag alemán. "La nueva ley es un éxito para el consumidor y los agricultores tradicionales", expresó la ministra alemana de Agricultura y Defensa del Consumidor, Renate Künast, de los Verdes.

La nueva ley regula la siembra de plantas modificadas por ingeniería genética y prevé el pago de indemnizaciones por parte de productores y cultivadores de éstas en caso de contaminaciones de cultivos convencionales. Un registro de cultivadores y lugares en donde se cultivan productos modificados genéticamente, se suma a las nuevas medidas "en favor de más transparencia en el mercado alimentario", comentó el experto de Greenpeace, Hennig Strodthoff. Pero no todo el mundo en Alemania teme el uso de materiales modificados genéticamente. La oposición cristianodemócrata, que favorece un uso más liberal de la ingeniería genética, cuando de plantas se trata, ha criticado duramente la decisión del gobierno alemán en cabeza de Helmut Heiderich, y acusa al gobierno de "frenar el desarrollo".

Activistas de "Foodwatch" protestan en Berlín por el presunto uso de trangénicos de una cadena de hamburguesas.Imagen: AP

Más claridad= menos ideología

ONGs empero, han alabado la nueva ley que consideran "una importante victoria para los consumidores, la agricultura libre de manipulaciones genéticas y el Medio Ambiente", como lo expresara Henning Strodthoff, experto en la materia y representante de Greenpeace. "La ley debe entrar en vigencia lo más pronto posible. Así se acaban, de una vez por todas, los rumores sobre el cultivo y consumo soslayado de maíz manipulado", dijo por su parte Carel Mohn de la Asociación federal de oficinas para la Defensa del Consumidor. Una clara "línea de demarcación" entre la agricultura convencional y la de tecnología genética es saludable para todos. Más transparencia y claridad en el ramo "desideologizará" un tanto el debate y lo orientará más hacia los hechos, sean estos favorables o no a las nuevas técnicas. La mayoría de los alemanes se ha declarado en diferentes encuestas y sostenidamente en contra de la siembra y consumo masivo de productos manipulados genéticamente.

Sin mucho cuestionamiento

En América Latina el debate ha sido poco fructífero o inexistente. En algunos países el uso de semillas modificadas genéticamente ha sido adoptado sin mucho análisis de las consecuencias, ecológicas y económicas. Los presuntos bajos costos de algunos logros es lo que ha dominado el debate. En ello ha influido, por ejemplo, el retraso de maduración de frutas y verduras, que permite almacenarlas por más tiempo. Una mayor flexibilidad de producción y cosecha es un buen anzuelo para los agricultores que carecen de garantías estatales y dependen de las exportaciones agrarias.

Bob Harriman, jefe de Scott, muestra semillas modificadas genéticamente.Imagen: AP

Por lo pronto, en Alemania podrá disfrutarse de uno de los más suntuosos logros de la multinacional industria trangénica: tomates que maduran más lentamente.

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