Antes de partir a Estados Unidos para participar en dicha cumbre del G-8, el canciller alemán Gerhard Schröder expresó su confianza por que se produzca un acuerdo definitivo en torno a una nueva resolución de la ONU sobre Irak, en base al borrador presentado por Washington y Londres. Expertos coinciden en que la discusión sobre el futuro de Irak, la iniciativa del presidente Bush para impulsar reformas políticas y económicas en el Medio Oriente, así como los altos precios del petróleo, serán los temas que dominarán la agenda del encuentro.

Alto precio del crudo

La cumbre de los jefes de Estado y de Gobierno de los siete países más industrializados del mundo, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia, Canadá, Estados Unidos y Japón, a los que se sumó Rusia en 1998, discutirá “como reforzar la cooperación internacional para lograr un mundo más seguro”, según declaraciones de la consejera para la Seguridad Nacional, Condoleezza Rice. El gobierno estadounidense espera que la Organización de Países Exportadores de Petróleo, OPEP, aumente su producción de crudo a 2,500 millones de barriles diarios a partir del mes de julio. La organización anunció la semana pasada que aumentaría su producción con lo que el precio del crudo bajaría por debajo de los 40 dólares por barril.

Iniciativa para el Medio Oriente

Después de combatir al régimen Talibán, al terrorismo y al Irak de Sadam Husein, Bush anunció su iniciativa para llevar al Medio Oriente democracia, educación y prosperidad económica. Según fuentes diplomáticas en Bruselas, Francia, Alemania, Rusia y Japón tienen serias dudas en torno a la formulación estadounidense. El presidente egipcio, Hosni Mubarak, y otros mandatarios árabes rechazaron el plan estadounidense. Dada la situación en Irak, el escándalo que involucra a soldados estadounidenses y británicos en prácticas de tortura, así como las tensiones entre israelíes y palestinos, el plan de Estados Unidos ha sido recibido con escepticismo.

Países árabes y africanos

George W. Bush, anfitrión de la cumbre, invitó a última hora a dirigentes de países musulmanes y africanos. Se espera la presencia de los mandatarios de Afganistán, Argelia, Bahrain, Jordania, Turquía, Yemen, Ghana, Nigeria, Senegal, Sudáfrica y Uganda. Países como Arabia Saudita y Egipto declinaron su participación.

En calidad de anfitrión de la cumbre del G-8, el año pasado en la localidad francesa de Evián, el presidente francés Jacques Chirac, invitó a los presidentes de países en vías de desarrollo, entre ellos el presidente mexicano, Vicente Fox, y el brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva. Este año no asistirá ningún mandatario latinoamericano a la cumbre en Sea Island.

Uno de los temas de mayor interés para Estados Unidos es tratar con sus socios del G-8, las transferencias de dinero que realizan los inmigrantes a sus países de origen, remesas que en Estados Unidos alcanzan unos 100,000 millones de dólares al año.