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La “agricultura genética” no soluciona el problema del hambre

Claudia Herrera Pahl17 de octubre de 2004

Con motivo del Día Mundial de la Alimentación, la organización no gubernamental alemana “Welthungerhilfe” criticó la concentración de esfuerzos en la agricultura genética a costas de la biodiversidad.

Grandes campos pero sólo 12 vegetales de cultivo.Imagen: AP

La lucha contra el hambre que padecen más de 800 millones de personas a nivel mundial, sólo se logrará mediante el fomento y protección de la biodiversidad. Cerca del 70 por ciento de las personas que padecen hambre en los países en vías de desarrollo viven en regiones agrícolas. Sólo mediante el cuidado de la variedad de las especies vegetales y la flora local se puede combatir el hambre en estas regiones, según la organización “Welthungerhilfe”, una de las mayores organizaciones no gubernamentales alemanas, especializada en desarrollo y ayuda humanitaria para combatir el hambre.

Se deben crear mercados locales

El número de especies que se cosechan en la actualidad se limita cada vez más a unas cuantas plantas de cultivo genéticamente modificadas o genéticamente optimizadas. De los cerca de 30.000 tipos de especies vegetales se usan sólo 7.000, según declaraciones de Matthias Berningner, representante del Ministerio alemán de Protección al Consumidor. En el último siglo se ha perdido tres cuartas partes de diversidad genética agrícola, indica por su parte la Agencia de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

Imagen: picture-alliance/dpa

Aún cuando se lograra impulsar exitosamente la “agricultura genética” en los países en vías de desarrollo, independientemente de la discusión sobre los riesgos que implica, no se puede esperar de su uso grandes éxitos o milagros. La revolución verde de la década de los setenta no ha llegado ni llegará hasta los pequeños campesinos del hemisferio sur, según el secretario general de “Welthungerhilfe”, Hans Joachim Preuss. Por lo mismo duda que los campesinos más pobres de nuestro planeta vayan a beneficiarse de la tecnología genética, por lo que los esfuerzos para estas regiones no deben centrarse en la tecnología genética, sino en la creación de infraestructura, calles y carreteras de acceso, pero principalmente el desarrollo de mercados locales y el fomento de las telecomunicaciones.

Necesario acabar con las subvenciones agrícolas

En la actualidad tan sólo doce plantas de cultivo y catorce especies animales proporcionan casi todos los alimentos del mundo. Según la FAO la mitad de la energía de origen vegetal que consumimos proviene de cuatro especies: el trigo, el maíz, el arroz y las papas. Más allá de que aún estaría por comprobarse con estudios de largo plazo si las plantas genéticamente manipuladas son compatibles con las estructuras de los pequeños campesinos de las naciones subdesarrolladas, los especialistas de la organización “Welthungerhilfe” están convencidos de que el hambre no es un problema técnico que pueda resolverse con el cultivo de unas cuantas plantas.

Imagen: BilderBox

Demandan para solucionar el problema del hambre concentrarse en el cultivo de las plantas tradicionales de cada región. Es un error creer que se puede solucionar el problema del hambre concentrando los esfuerzos en las plantas de cultivo que la agricultura industrial ha hecho centro de sus esfuerzos y convertido en productos de masa.

Sólo si paralelamente a la creación de los mercados locales, los países industrializados reducen las subvenciones agrícolas que distorsionan los mercados y ponen fin a la práctica de eliminar su superávit de cosechas mediante la exportación o ayuda con alimentos, se logrará reducir el número de personas que padecen hambre a nivel mundial, según “Welthungerhilfe”.

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