En algunas partes del mundo el acceso al agua dulce se da por sentado, pero en realidad es un lujo. Solo el 2,5% del volumen total de agua del mundo es dulce y más de la mitad es hielo. La agricultura utiliza el 70%. Se estima que para el 2050 la escasez de agua afectará a dos tercios de la población mundial.

A medida que la población mundial crece, la competencia por la tierra también aumenta. Los fenómenos climáticos extremos también tienen que ser sumados a la ecuación. Los países que cuentan con gran densidad de población o con escasas tierras para los agricultores, como es el caso de China y Arabia Saudita, están buscando tierras en África. Es por eso que la tierra es considerada el nuevo oro.

Los combustibles fósiles son sin duda alguna una de las materias primas más escasas. Si continuamos consumiendo este recurso a este ritmo, pronto se agotará. Esto podría ser un gran desafío para algunos países, como Irak y Libia, que tienen grandes reservas de petróleo y gas natural.

Lo mismo ocurre con el carbón. Incluso en países como Alemania, que han bajado el consumo de este recurso, las reservas se están agotando. En Polonia, se espera que las reservas de lignito se agoten para 2030. En el caso de la antracita, puede que dure unos años más, pero no mucho, según expertos. Por lo tanto, se verán obligados a terminar con la explotación de este recurso.

En un desierto la arena parece infinita, pero se produce de forma natural y el proceso es muy lento. La arena es un recurso renovable. Pero se está abusando de su uso, para la construcción, y la naturaleza no tiene el tiempo suficiente para producirla. En las regiones del este de África, donde se espera que la población se duplique para el 2050, la arena podría convertirse en un recurso escaso.

Nuestro comportamiento descuidado frente a los seres vivos está provocando que algunas especies estén al borde de la extinción. A menudo, los animales son vistos como recursos para los seres humanos, tal como es el caso de los pangolines, rinocerontes y caballitos de mar. Si continuamos con la explotación de estos seres vivos, también la vida humana correrá peligro.

Parece que todo se está desmoronando y que no se puede hacer nada para evitar un futuro sombrío. Sin embargo, todavía tenemos tiempo, un recurso escaso pero muy valioso. Algunos dicen que la situación puede ser revertida si tomamos cartas en el asunto en los próximos 12 años. Y, en este caso, deberíamos explotar este recurso al máximo. ¡No hay tiempo que perder!