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La arriesgada dependencia alemana del gas de Putin

26 de enero de 2022

Alemania se encuentra en una encrucijada ante la crisis ucraniana, ya que la mitad del gas que utiliza procede de Rusia. Hace tiempo que hay advertencias sobre la excesiva dependencia alemana del gas de Putin.

Vladimir Putin
Imagen: Mikhail Metzel/POOL/TASS/dpa/picture alliance

"La crisis en Ucrania ha conducido a un notable deterioro de las relaciones entre Rusia y Occidente". Con esta frase comienzan Matthias Basedau y Kim Schultze una investigación titulada: Dependencia de las importaciones de energía: ¿un riesgo para Alemania y Europa?

El estudio explica que "Alemania y Europa dependen en gran medida de las importaciones de energía procedentes de Rusia. Eso atañe sobre todo a gas, petróleo y hulla. A la vista de las deterioradas relaciones con Rusia, arrecian las advertencias de que el Gobierno ruso podría  utilizar la paralización del suministro como arma política a gran escala".

Lo destacable de todo esto es que esta investigación del Instituto de Estudios Globales y Regionales (GIGA por sus siglas en alemán) data de 2014.

Cada vez más dependientes del gas ruso

Desde entonces, nada ha cambiado en ese análisis geopolítico. Al contrario: desde entonces, Putin ha redoblado su apuesta en política exterior y energética. El mandatario ruso ha modernizado las fuerzas de combate de su país y y ha presionado con amenazas a los países vecinos y parte de la Unión Europea (UE). 

Lo peor de todo es que la dependencia de Alemania de las importaciones de energía rusa ha vuelto a crecer considerablemente en la última década. La proporción rusa de abastecimiento de gas ha aumentado desde el 40 hasta el 55 por ciento desde 2012. También la proporción de petróleo ruso ha aumentado en este tiempo desde el 38 hasta el 42 por ciento.

Sin miedo a las casas frías

Actualmente, la mitad de las casas alemanas se calientan con gas. Dependiendo del tiempo, el uso de la calefacción puede extenderse hasta bien entrado el mes de marzo. Pero los expertos están convencidos de que la gente no debe preocuparse de que sus hogares vayan a quedarse fríos en caso de escalada del conflicto ucraniano.

El dominical Frankfurter Allegemeine Sonnstagszeitung (FAS) cita al respecto a Andreas Goldthau, experto en energía de la Sociedad Alemana para Política Exterior (DGAP, por sus siglas en alemán): "Si solo se trata de la oferta global, mañana mismo podríamos sustituir el gas ruso", asegura Goldthaz. "La cuestión es cuánto estamos dispuestos a pagar por ello", agrega. En el caso de que Rusia paralizara las exportaciones, Europa tendría tres posibilidades: traer gas de otros países a través de gasoductos, importar gas natural licuado (LNG) con buques conocidos como metaneros, o recurrir a las reservas de gas.

Almacén de gas en Rehden, cerca de Bremen. Imagen: astora.de

La industria alemana es, con un 35 por ciento, la principal consumidora de gas en Alemania. Y es la que más está sufriendo el alza de los precios. Hay algunos sectores, como el del aluminio, los fertilizantes o la cerámica, cuya producción deja de merecer la pena cuando el gas alcanza un determinado precio.

Reservas escasas

Por otro lado, las reservas de gas, que se encuentran sobre todo en el norte de Alemania, están a niveles mínimos. Lo confirma a DW Sebastian Beschke, de la Iniciativa Reservas de Energías (INES).

"Alemania ocupa el cuarto lugar mundial en capacidad de reservas de gas. Esa es seguramente una de las razones por las que muchos, sobre todo en el mercado interno de la UE, dirigen sus miradas hacia las reservas alemanas. Pero ahora mismo se encuentran casi al 42 por ciento de su capacidad. Los niveles no han estado nunca tan bajos en esta época del año", dice Beschke.

Países europeos productores de gas, como Noruega, Holanda o Reino Unido, no pueden sustituir al gas ruso.

El gas natural licuado (aún) no puede competir con el de gasoducto

En las pasadas semanas, han partido hacia Europa, procedentes de EE. UU., numerosos metaneros con gas natural licuado (LNG). Al contrario que países vecinos, como Holanda, Alemania no tiene en sus costas ninguna terminal de LNG. Pero lo que sí tiene es el gasoducto Nord Stream 2, lleno de gas ruso, esperando tan solo el permiso para operar.

Expertos del sector no creen que Rusia vaya a paralizar por completo el suministro de gas. Así lo indica Klaus-Dieter Maubach, director de la empresa energética Uniper, quien señala que, incluso durante la Guerra Fría y tras la anexión de Crimea, Rusia ha mantenido sus compromisos de abastecimiento a largo plazo.

Maubach también tiene claro que, "en los próximos años, no es posible sustituir a Rusia como proveedor de gas". La transformación energética prevista en Alemania contempla el apagón de tres centrales nucleares y de la producción de electricidad alimentada por carbón. Para llenar ese vacío, el gas seguirá siendo la principal fuente de energía fósil en Alemania.

(ms/rml)

 

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