Hace más de cien años, tres pueblos alemanes tuvieron que hacer sitio a la represa de Hesse. En verano, sin embargo, cuando desciende el nivel del agua, resurgen las ruinas: un puente, un cementerio y un monasterio.
Publicidad
La represa en el norte del Estado federado de Hesse mide 48 metros de altura y es una obra maestra de la ingeniería de principios del siglo 20. Embalsa enormes cantidades de agua creando el lago Edersee, el segundo mayor embalse de Alemania. Además contribuye a mantener estable el nivel del agua necesario para la navegación fluvial. En su momento fue un proyecto económico extraordinariamente importante: en 1911 el emperador Guillermo II visitó personalmente la obra.
Sin embargo, unos 900 habitantes de los pueblos Asel, Berich y Bringhausen tuvieron que ser relocalizados para la construcción de la represa. Sus casas y granjas fueron derribadas en gran parte y reedificadas en otro lugar. Finalmente, los pueblos originales fueron inundados.
Pero en el verano, cuando no llueve y el agua se evapora con el aumento de la temperatura, resurgen los pueblos desaparecidos, la "Atlántida” de Hesse. El estado de conservación de las ruinas varía. El antiguo puente, por ejemplo, en el pueblo original de Asel está en excelente estado e incluso todavía puede ser usado. Se ha convertido en el emblema de la "Atlántida del Edersee”. En el antiguo pueblo de Bringhausen solo quedan los restos de algunas tumbas. De la localidad de Berich, todavía se puede ver, entre otras cosas, la antigua planta siderúrgica.
Ruinas en peligro
Las ruinas del Edersee se han convertido en un imán turístico. Cada año, unos 4 millones de personas visitan la región, que registra, además, 700.000 pernoctaciones. Hasta el momento, el parque nacional y el deporte acuático habían sido las principales atracciones. Ahora muchos visitantes van en busca de las huellas históricas.
Desde 2012, una asociación se dedica a la conservación de las ruinas del antiguo pueblo de Berich, ya que el agua y el sol afectan a las piedras. Además, se han empezado a reconstruir los cimientos de cuatro edificios, y los muros ya alcanzan una altura de medio metro. Sin embargo, a la asociación se le están acabando los fondos que recibió de la Unión Europea.
Resurgimiento virtual
Cabe preguntarse por qué no interviene el gobierno regional. El fondo del embalse le pertenece al Estado alemán y las autoridades competentes decidieron que la función del lago como represa es prioritaria. De ahí que tenga mayor importancia la navegación fluvial que el rescate de pueblos hundidos.
En la comunidad de Edertal, en cambio, se apuesta por la experiencia virtual: un grupo de arqueólogos busca crear una aplicación con la que se pueda descubrir la historia de los antiguos pueblos a través de imágenes, videos y textos.
Autor: Nadine Wojcik (VT/CP)
Naturaleza romántica en los Bosques del Palatinado
El Bosque del Palatinado no tiene nada que envidiar a los bosques de Canadá ni de la estepa de Mongolia. Con casi 1.600 kilómetros cuadrados, es el área boscosa más grande de Alemania.
Imagen: DW/A. Staudacher
Naturaleza por donde se mire
Con la mochila al hombro y equipados con una tienda de campaña, en el Bosque del Palatinado se puede emprender un viaje revitalizante y pleno de tranquilidad, y disfrutar de paisajes tan espectaculares como el de la foto.
Imagen: DW/A. Staudacher
Ruta para caminantes
En 2009 se crearon los primeros campamentos de senderismo en el bosque. Hoy ya existen diez campamentos con lugar para que pernocten seis grupos de tres personas cada uno, que funcionan desde abril hasta octubre.
Imagen: DW/A. Staudacher
Ruinas de Landeck
Los caminos atraviesan la campiña y el bosque, donde se ocultan los campamentos, lejos de los senderos, por lo cual solo se pueden encontrar con la ayuda de un guía. Con un poco de suerte, se puede observar a los ciervos, zorros rojos y jabalíes, así como a los mapaches, también en el lugar de la foto, las Ruinas de Landeck.
Imagen: DW/A. Staudacher
Excursión a los viñedos
Claro que los senderistas que acampan en el bosque también pueden hacer una excursión por la zona contigua al Bosque del Palatinado, un verdadero lujo, ya que no solo se pueden visitar los pueblitos aledaños, sino también los viñedos.
Imagen: DW/A. Staudacher
Vinos deliciosos
Ya que hablamos de lujos, en verano, las vides absorben todo el sol que necesitan para producir un vino excelente. A partir del final del verano, en los viñedos ya se puede deleitar un vino nuevo (Federweiße), que tradicionalmente se toma acompañando un pastel de cebollas.
Imagen: picture alliance / dpa
Castillo de Landbeck
Muchos caminos del Bosque del Palatinado están rodeados de castillo y ruinas medievales. A algunos de ellos solo se puede llegar a pie. Pero la subida vale la pena: desde allí arriba, los caminantes gozan de una bella panorámica. Algunos castillos están habitados y se los puede visitar, como el Castillo de Landeck, cerca de Klingenmünster, en la foto.
Imagen: DW/A. Staudacher
Ruinas de Lindelbrunn
Las ruinas de Lindelbrunn se pueden recorrer a pie. Los antiguos muros y el paisaje que se extiende a lo largo de bosques y campos son ideales para quien gusta de conocer un poco de historia y rodearse de bellezas naturales.
Imagen: DW/A. Staudacher
Atardecer romántico
El mejor momento de un día de caminata, después de andar varios kilómetros, es poder quitarse la mochila, armar la tienda y probar el colchón inflable en medio de un concierto de pájaros, y contemplar un bello atardecer. Y después de descansar un poco, comer cerca de la fogata.
Imagen: DW/A. Staudacher
Pura naturaleza
El Bosque del Palatinado tiene un encanto especial y rústico. Además de la fogata, la tienda y un servicio, no hay nada: ni teléfonos ni pantallas, ni siquiera libros. Solo lo necesario para volver a la naturaleza.