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La batalla por el autocontrol

1 de octubre de 2005

El control de los sentimientos ya no está de moda sino expresarlos. Pero no todo es tan fácil como parece. Científicos alemanes investigan la conexión entre razón y biología en lo más íntimo del ser humano.

¿Puede el cerebro racionalizar las emociones?Imagen: Max-Planck-Institut für Strömungsforschung


El control sobre los sentimientos merece capítulo aparte en la neurología. Numerosos científicos se ocupan de la manera en que esto influye en la persona y el cuerpo. Y en realidad es bastante complicado. Aún cuando la persona quiere ocultar su rabia, ésta busca la manera de salir.

¿Por qué son tan difíciles de controlar los sentimientos rebeldes? Los científicos diferencian entre emociones y sentimientos. Mientras las primeras son las reacciones corporales a determinados estímulos, los segundos son la vivencia consciente de la persona. Cuando alguien nos abandona, racionalmente lo podemos entender, pero en el cuerpo ocurre algo diferente: se corta la respiración, el ritmo cardíaco se ralentiza o algunos órganos no trabajan como debieran.

El cerebro registra estos cambios en el funcionamiento corporal y también reacciona. De repente el pensamiento es diferente, pesado y lento. Sentimos que estamos tristes. O sea, las emociones no sólo informan al cuerpo, sino que salen fuera expresadas en sentimientos que usamos para comunicarlo al exterior.

¿Cómo conseguir comida?Imagen: Illuscope

Fase de aprendizaje

De esta materia se ocupó el Centro de Investigación Interdisciplinario de la Universidad de Bielefeld. Como el idioma, la expresión de estas emociones ha de ser aprendida, al igual que el poder entenderlas. Pero… ¿En qué medida influye la educación en la manera de expresarlos? ¿Son los sentimientos un producto cultural?

Al igual que los niños aprenden desde su nacimiento a comunicar sus necesidades a la madre, durante su educación se aprende también la manera de expresar esas emociones hacia el exterior. Como demostró Gottfried Spangle, de la Universidad de Erlangen, los neonatos comienzan a expresarse con emociones negativas. Si tienen hambre, lloran y perciben que la madre acude a alimentarlos. Posteriormente comienzan a regular sus emociones, pasan a las menos negativas y su actitud emocional no depende tanto de la reacción de los padres.

¿Determinismo cultural?

También las convenciones sociales influyen en la manera de expresar los sentimientos. Gisela Trommsdorf estudió este aspecto con un grupo de psicólogos de Kostanza, diferenciando la educación en distintas culturas para llegar a una conclusión: cada cultura muestra a sus bebes la manera de expresar sus sentimientos.

Así pues, la educación en Alemania desarrolla el enojo en los niños al aprender que enfadándose pueden conseguir lo que quieren, mientras en otras culturas como Japón, los padres prefieren dejar que llore el niño educándolo en su cultura de la tranquilidad. Cuando el niño llega al octavo año de vida, la expresión de los sentimientos se dirige hacia adentro. Es decir, tienen experiencia suficiente y los controlan desarrollando un mundo interior. ¿En qué medida es posible ese control?

Biología de los sentimientos

Mientras nos esforzamos en racionalizarlos, las investigaciones parten de que los sentimientos son sólo una interpretación subjetiva de lo que estimula a nuestro cerebro. Al intentar controlarlos racionalmente, el sistema límbico, encargado de las emociones, consigue evitarlo.

Gerhard Roth, neurobiólogo en la Universidad de Bremen, califica el control racional de los sentimientos como una ilusión ya que todos aquellos estímulos que procesa el cerebro racional han sido evaluados previamente por el sistema límbico. Como Henrik Walter, de la Universidad de Frankfurt, se podría decir que somos más un "animal emocional" que un "animal racional""

Batalla por el control

Sin embargo, no es imposible lograr ese control. Diversos estudios demostraron que se puede reducir la influencia las emociones "límbicas" sobre la razón. El cuerpo humano libra así una dura batalla entre sentimientos y emociones. El área emocional parte con ventaja por razones biológicas, pero con atención, se pueden regular estas emociones. El triunfo de la razón no es fácil, pero si posible, es decir, se pueden controlar racionalmente los sentimientos.

La duda surge ahora sobre cómo controlar los sentimientos. ¿Una estrategia individual o un control por las convenciones culturales? Una vieja teoría explica las ventajas del "individualismo sentimental" aludiendo a una mayor represión por parte de la colectividad. Pero en definitiva todavía rige una regla de oro: reflejar conscientemente los sentimientos es mejor que cohibirlos.