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¿La calefacción se convertirá en un lujo en Alemania?

1 de agosto de 2022

La UE quiere reducir su consumo de gas en al menos un 15%. Alemania probablemente tendrá que ahorrar aún más. ¿Cómo lo hará?

Deutschland Rathaus in Hannover im Dunkeln
Imagen: Christophe Gateau/dpa/picture alliance

Mucha gente en Alemania está empezando a recibir cartas desagradables, las empresas de servicios públicos están trasladando el aumento de los costos del gas a sus clientes, de los cuales más de la mitad usa este combustible para calefaccionar sus hogares, por lo que muchos residentes tendrán dificultades para pagarlo.

Los precios se han más que duplicado desde finales del año pasado. La empresa de energía Vattenfall está cobrando a los nuevos clientes en Berlín 0,25 € por kilovatio hora, pero la cosa no para ahí. A partir del 1 de octubre, los costos volverán a subir. Los clientes de gas tendrán que pagar una "tasa solidaria" de 0,05 € por kilovatio hora. El dinero tiene como objetivo apoyar a los importadores de gas afectados por los recortes rusos que tienen que comprar gas más caro en otros lugares.

En Alemania, un hogar promedio de cuatro personas en un departamento de 100 metros cuadrados usa alrededor de 18.000 kilovatios hora por año. Por eso, pagaron 1080 € (1099 dólares) el año pasado. A los precios actuales, ese consumo ahora costaría 3.240 €.

Calentadores eléctricos

Con el invierno a solo unos meses de distancia, los inquilinos y los propietarios de viviendas están comenzando a darse cuenta de que es probable que se presenten meses incómodos al carecer de una alternativa a la calefacción a gas.

Es casi imposible instalar sistemas más eficientes. Los técnicos están agotados y hay escasez de materiales, como bombas de calor que funcionan con electricidad. La leña, los radiadores portátiles y los calentadores eléctricos se están agotando.

Aunque se heche mano de estas alternativas, los técnicos advierten que la fuente de alimentación no está diseñada para una alta demanda adicional de este tipo de dispositivos y las redes locales podrían sobrecargarse en los días fríos.

Plan de ahorro energético

Durante meses, el ministro de Economía, Robert Habeck, ha estado llamando a los ciudadanos a ahorrar energía. Aunque más del 40% de la electricidad proviene de energía eólica y solar, el 14% todavía se genera con gas.

Dentro de las medidas que se han adoptado están el apagar las luces de las atracciones turísticas o bajar la temperatura del agua de las piscinas. En Hannover, por ejemplo, también se planea bajar la temperatura dentro de los edificios municipales a máximo 20 °C, con un rango de 10 °C a 15 °C para salas técnicas y de almacenamiento. Los edificios emblemáticos dejarán de estar iluminados y se apagarán todas las fuentes públicas, así como el agua caliente de las duchas de piscinas y gimnasios.

En el caso de los consumidores, el control de las temperaturas de calefacción es mucho más difícil restringirlo porque los residentes están protegidos por la ley. No obstante, Habeck ha recomendado duchas más cortas y frías, y reducir la temperatura de las habitaciones de los hogares.

En una carta obtenida por DW, un consejo asesor científico de 41 economistas advierte a Habeck que es poco probable que una apelación al sentido común logre mucho. "Un precio alto del gas es el incentivo más eficiente para limitar el consumo", dice la carta. En cambio, sugieren regular el mercado del gas de tal manera que los clientes reciban un cierto porcentaje de su consumo del año anterior a un precio tope. Los hogares que consuman más tendrían que pagar un precio significativamente más alto, lo que puede alentarlos a ahorrar gas.

Hay mucha incertidumbre sobre este tema. Sin ir más lejos, en una entrevista reciente con la emisora pública ARD, el canciller Olaf Scholz expresó su preocupación por los posibles disturbios sociales si las facturas de calefacción en invierno aumentan repentina y drásticamente. "Eso es dinamita social", dijo el canciller, que también señaló que su gobierno está haciendo todo lo posible para proteger el suministro de energía.

(mn/er)