La campana de Hitler desata debate sobre el pasado nazi
David Crossland
10 de agosto de 2017
En la iglesia de una pequeña aldea alemana sigue sonando una campana que tiene grabado el nombre del dictador Adolf Hitler. ¿Qué hacer con esos vestigios del pasado? ¿Destruirlos o conservarlos?
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Sigrid Peters es la ex organista de una iglesia del pueblo Herxheim am Berg, en el sur de Alemania, que tienen una historia de más de 1000 años. Cuando supo que una de sus campanas de la iglesia llevaba grabada una esvástica, el nombre de Adolf Hitler y el lema "Todo por la patria", se horrorizó. "No puede ser que un niño sea bautizado bajo el sonido de esta campana" Eso sería como si fuese destinado a ser carne de cañón, dijo la profesora de música jubilada.
Durante décadas parejas se casaron en este bonito pueblo al sonido de esta campana que fue colgada en el año 1934. "Nadie sabía al respecto", dijo Sigrid Peters. Ahora todos saben y la discusión sobre la campana Hitler ocupó los titulares no sólo en Alemania.
¿Peor sonido sin esvástica?
El alcalde Ronald Becker quiere dejar la campana donde está. "Si algo funciona bien, ¿por qué reemplazarlo? Si se intenta rayar la inscripción de la campana se afectaría probablemente el sonido, argumenta el alcalde. Según él, se trata de una campana histórica y el pueblo tiene que enfrentarse a su historia.
Johannes Tuchel, politólogo y director del Monumento y museo a la Resistencia Alemana en Berlín no se muestra convencido del valor histórico de los viejos símbolos nazi: "En mi opinión, esas reliquias no son importantes. Es bien sabido que hubo acercamientos y ajustes entre la iglesia y los nazis. Eso no es nada nuevo y no se necesitan campanas para demostrarlo".
No más cuarteles con nombres nazis
Debates similares se encuentran en toda Alemania. Hay vestigios de la época de Hitler en diversos lugares. Incluso en la famosa catedral de Colonia, patrimonio de la humanidad, se encuentran piedras con esvásticas. Igualmente hay polémicas por nombres de calles o de cuarteles del ejército.
Mientras que la prohibición de los símbolos nazis en relación con la propaganda de la derecha extrema se encuentra firmemente anclada en la Constitución alemana, en el caso de los restos históricos existe una "zona gris". Los artefactos del pasado, como por ejemplo la campana, pueden en algunos casos proporcionar información valiosa para entender la propia historia.
Los jóvenes saben muy poco
El autor y editor Wieland Giebel, responsable de la exposición "Hitler – ¿Cómo pudo ocurrir?", cuenta de preguntas espantosas que escuchó de algunos visitantes. Por ejemplo: "¿Cómo logró Hitler escaparse a Argentina?" (Hitler nunca estuvo en Argentina) o "¿Por qué el Reichstag fue construido al lado del muro de Berlín? (El Reichstag es anterior, el muro se construyó en 1962).
Tanta ignorancia sorprendió a Giebel. Muchos alemanes ya no se interesan por ese capitulo de su historia, sobre todo los jóvenes parecen ignorarlo. Y eso, a pesar de que la época nazi es tratada en las clases de historia y un sinnúmero de documentales. Para Giebel es sumamente importante luchar contra el olvido. "Hay que recordar que estos vestigios nazis son como las manchas oscuras en una historia familiar. Si las tratas de ocultar, saldrán a la luz más tarde y será peor".
Castillo de Vogelsang: escuela nazi convertida en museo
Los nazis levantaron el castillo Vogelsang para formar a la élite del partido. Su arquitectura, símbolos e imágenes todavía recuerdan aquella época oscura, pero a partir de ahora, abrirá sus puertas como museo.
Imagen: DW/D. Crossland
Ideal nacionalsocialista
El 11 de septiembre se abrió un nuevo centro de visitantes y una exposición en el castillo de Vogelsang, un recinto que los nazis utilizaron como escuela para sus dirigentes. El centro de documentación albergará una exposición continua sobre la historia de este lugar. Entre los muchos objetos expuestos, destacan estos modelos idealizados de atletas.
Imagen: DW/D. Crossland
Ascenso rápido
Entre 1936 y 1939 se formaron aquí un total de unos 2000 jóvenes. Muchos de ellos procedentes de las clases medias de la sociedad, que habían padecido durante la recesión. El programa de formación de los nazis prometía rápidas posibilidades de ascenso y en el plan de estudios estaba muy presente la educación física.
Imagen: DW/D. Crossland
Imagen medieval del mundo
Estos estilizados caballeros tallados resguardan la entrada al castillo. El nacionalsocialismo utilizó frecuentemente modelos medievales para sus objetivos. Ser caballero indica valor, virtud y justicia. Además, participaron en las cruzadas contra los infieles y conquistaron parte del este de Europa. Hechos controvertidos que hoy todavía se discuten.
Imagen: DW/D. Crossland
Personas comunes convertidas en asesinos
Esta foto muestra una estatua con el ideal del “nuevo alemán”. Al lado, están los nombres de los llamados mártires, aquellos que fallecieron en el fracasado golpe de estado de 1923. En la exposición se muestran fotografías de personas comunes con uniforme convertidas en asesinos, así como pantallas con declaraciones de las víctimas del holocausto.
Imagen: DW/D. Crossland
De alumnos a monstruos
Stefan Wunsch, director de la exposición, muestra una foto en que se ve a la lituana Mascha Rolnikaite. Esta superviviente del holocausto habla en una entrevista sobre Franz Murer, “el asesino de Vilnius”. Este ex alumno de Krössingsee, otro de los centros de enseñanza nazis, fue responsable del asesinato de miles de lituanos.
Imagen: DW/D. Crossland
Información y esclarecimiento
Gabriele Harzheim, investigadora del castillo de Vogelsang, explica: “Aquí los visitantes se enfrentan a la pregunta de qué tiene que ver esto con ellos". En vista de la situación política actual en Europa, se entiende perfectamente la importancia de contar con un lugar así.
Imagen: DW/D. Crossland
Un lugar ensangrentado
La investigadora Gabriele Harzheim sostiene una foto histórica del castillo de Vogelsang. El edificio fue abierto al público en 2006 después de que el ejército belga abandonase el recinto y el área. Los funcionarios alemanes estaban ante el dilema de qué hacer con este edificio, que todavía está adornado con símbolos y estatuas nazis.
Imagen: DW/D. Crossland
Arquitectura ideológica
Las salas comunes de Vogelsang tienen una decoración lujosa y feudal, mientras otras salas como los cuarteles y los alojamientos eran más espartanas. Todo un símbolo del dominio de la comunidad sobre el individuo.
Imagen: DW/D. Crossland
Base militar tras la II Guerra Mundial
Vogelsang ofrece vistas espectaculares sobre los lagos y las colinas del parque natural del Eifel. Después de la II Guerra Mundial, durante 60 años fue una zona prohibida utilizada por los belgas y los británicos como base militar y como zona de ejercicios para las tropas.
Imagen: DW/D. Crossland
Visitantes inesperados
Los organizadores esperan que la exposición y todo el recinto reciban 300.000 visitas al año. No se podrá impedir que algunos neonazis visiten este lugar de información y documentación. Esta estatua podría ser uno de los escenarios favoritos para desplegar antiguos carteles de propaganda y hacerse fotos para el recuerdo.
Imagen: DW/D. Crossland
Un imán para la extrema derecha
La dirección del museo, los científicos y los responsables de turismo conocen el magnetismo que puede tener ese lugar para el “turismo oscuro”, personas fascinadas por las prácticas macabras el régimen nacionalsocialista. Los curadores han intentado contrarrestar ese "atractivo" con una exposición sobria y algunas modificaciones arquitectónicas.