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El divertido Jürgen Klopp

Daniel Martínez24 de febrero de 2014

El mundo del fútbol conoció en la fase de grupos de la Champions League el peor rostro del entrenador del Dortmund Jürgen Klopp, quien es famoso en Alemania por su pícaro, ingenioso y divertido sentido del humor.

Imagen: Reuters

El pasado mes de septiembre, en el partido contra Napoles del grupo F de la Champions League, el entrenador del Dortmund perdió la cordura, se dejó llevar por sus emociones y encaró al cuarto árbitro de una forma que mete miedo a cualquiera que vea la foto registrando ese momento. Pero aunque el mundo del fútbol tiene muy presente esa imagen, ella no le es fiel al verdadero rostro de Jürgen Klopp.

Hay otras que lo revelan mejor, como por ejemplo una escena que ya hace parte de la mitología del fútbol pese a no haber tenido un estadio como telón de fondo. En la gala del Balón de Oro 2013 del pasado mes de enero en Suiza, la estrella Zlatan Ibrahimovic se acerca a saludar a Jürgen Klopp y le pregunta: ¿cuándo me fichas para el Dortmund? La reacción del entrenador alemán resume su agudeza a la hora de usar el lenguaje de una forma amena: “vamos, para traerte al Dortmund tendría que vender a todo el equipo”. Ibrahimovic reviró con un “yo iría gratis, pero que el presidente del Paris Saint-Germain no se entere de eso” y Klopp cerró el diálogo preguntando a los camarógrafos “¿lo grabaron, no?”.

Ácido y puntual

El jugador sueco, de visita la semana pasada en Alemania, retiró oficialmente su oferta de venir a la Bundesliga, pero reiteró sus elogios a Jürgen Klopp, a quien considera, de manera positiva, “un tipo loco”. Y es que de verdad el entrenador alemán es un “loco agradable” que se ha ganado muchas simpatías por su forma de divertir al público con sus declaraciones, caracterizadas por estar usualmente cargadas de un humor ácido y muy puntual.

Este salta a la vista en el relato que hizo sobre el motivo por el cual recibió la primera tarjeta roja en su carrera como entrenador. “Por preguntarle al árbitro cuántas veces se podía equivocar sin que le pasara nada. Además, le dije que si el límite de errores libres era de 15, pues solo le queda uno” reveló Klopp.

Esa sanción la recibió cuando aún trabajaba para el Maguncia, un modesto club cuya política de fichajes, debido a los escasos recursos financieros, una vez definió así: “siempre intentamos llamar directamente a los jugadores que queríamos contratar, porque cuando hablábamos al teléfono con sus representantes ellos colgaban al escuchar nuestra oferta pensando que era una broma”.

Klopp explicó en una ocasión el por qué se convirtió en entrenador de la siguiente forma: “yo creo que fui un muy buen jugador, al fin y al cabo era yo quien mejor leía los partidos en el equipo. El problema es que nunca conseguí que mi cuerpo hiciera lo que mi mente quería . Como entrenador lo logro con cuerpos ajenos”. Y a propósito de esos “cuerpos ajenos”, en su caso el de los jugadores del Dortmund, uno de ellos contó que durante la pausa de un partido en el que el subcampeón de la Champions League estaba dejando una muy mala imagen Klopp les dijo “muchachos, si ya vinimos al estadio, después de semejante viaje tan largo, lo mínimo que podemos hacer es jugar fútbol, ¿no les parece?”.

Al terminar el partido, con derrota para el Dortmund, el entrenador declaró: “cuando me preguntaron por mi opinión inmediatamente después del pitazo final dije tuvimos un rendimiento de porquería; 15 minutos después me siguieron preguntando lo mismo, y dije que no estuvimos tan mal; 25 minutos más tarde me formularon la misma pregunta y contesté que jugamos bien y que la suerte no estuvo de nuestro lado. Si ahora en la rueda de prensa, 40 minutos después, a alguien se le ocurre formular el mismo interrogante, voy a decir que jugamos excelente y que aunque el informe diga otra cosa, nosotros ganamos”.

Incluso en los momentos más difíciles de su carrera Jürgen Klopp ha enfrentado la situación con humor. Una de ellas es cuando le tocó buscar un responsable por la partida de la estrella juvenil Mario Gótze del Dortmund en dirección al Bayern. “Götze es el jugador que desea Guardiola y la culpa es mía. Pero eso es algo que no puedo arreglar, no me voy a achicar 15 centímetros, aprender a hablar español, y jugar Tiki-Taka en vez del salvaje fútbol de transición que nos gusta aquí”.

Otra es tras la final de la Champions League del 2013 en Londres, que perdió frente al Bayern. “Todo me pareció perfecto: el estadio, la ciudad, incluso el clima. Lo único que fue una mierda fue el resultado”.

No todos ríen

Eso sí, cuando Jürgen Klopp se disgusta es mejor no atravesarse en su camino.Imagen: imago/MIS

Y aunque son extrañas las entrevistas, conferencias de prensa o apariciones públicas en las que Jürgen Klopp no entretenga a los asistentes y participantes con sus apuntes, róbandoles una sonrisa, o una carcajada, no siempre su humor es bien recibido.

El entrenador más exitoso en la historia del Dortmund, con 111 triunfos, ha incomodado a algunos protagonistas de la Bundesliga con sus comentarios. Recientemente a uno de sus exjugadores, y exestrella del AC Milán Kevin Prince Boateng. “Hasta esta mañana era un buen tipo” dijo acerca de él Jürgen Klopp al comentar en una rueda de prensa la noticia futbolística del día en Alemania, su fichaje con el Schalke.

“Yo me entiendo muy bien con Klopp, pero aunque a muchos les haya parecido chistoso lo que dijo, a mi no me causó gracia”, reaccionó Boateng. Aún así, son más las ocasiones en las que el entrenador entretiene, bien sea con sus apuntes, o con el fútbol de su equipo, que este martes enfrenta al Zenit St. Petersburg de Rusia en los octavos de final de la Champions League.

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