Para las colonias en Marte y los viajes a planetas lejanos, un problema esencial a resolver es algo tan terrenal como la comida. Los astronautas deberán pasar mucho tiempo en el espacio y no pueden transportar medio supermercado consigo, ni alimentarse eternamente de pastas vitamínicas.

Once recetas a elegir

La tierra roja de Marte carece de los minerales necesarios para contar con vegetación propia. Además, sin ozono, su atmósfera no puede proteger a las plantas de los rayos ultravioletas. Y por la noche, las temperaturas rozan el punto de congelación. Experimentos desarrollados por científicos de la NASA pretendían la alteración genética de los vegetales para hacerlos más resistentes. En cambio, los expertos en biología de la Agencia Espacial Europea (ESA), proponen construir invernaderos en Marte y reducir el cultivo a nueve elementos: arroz, espinacas, cebollas, tomates, soja, patatas, lechuga, trigo y un alga muy nutritiva llamada espirula.

Pero para la ESA no es sólo importante que sus astronautas coman, sino también que disfruten de la comida. Cocineros de las empresas francesas ADF y GEM recibieron por ello encargo de crear platos, sabrosos y alimenticios, en base a los nueve productos cultivables en Marte. A los chefs se permitió además utilizar sal, pimienta, azúcar, aceite, mantequilla y otras especias, que serían en caso de viaje al espacio transportados desde la tierra.

La cosa al parecer no fue sencilla, pero los magos de la cocina consiguieron reunir once recetas diferentes. El menú del día incluía pan con mermelada de tomate para el desayuno, Gnocchis de espirula a la hora del almuerzo y milhojas de patatas y tomates para la cena. Todo un manjar.

La psicología de la planta

Uno no sólo come para alimentarse. La sensación de bienestar que produce un estómago lleno la conoce todo hijo de vecino. La comida se asocia al hogar, y es difícil sentirse en casa eliminando un ritual tan importante. El proyecto de la ESA tiene por ello un lado práctico y otro psicológico.

Por otra parte, a través de las plantas pueden conseguirse oxígeno y agua adicionales, que son fundamentales para el desarrollo de la vida. Además, las plantas contribuyen a elevar la moral de los astronautas, puesto que reproducen el color verde de la tierra.

La pregunta que queda abierta es si se les darán cursos de cocina a los astronautas, o se les permitirá llevarse a algún cocinero francés a Marte.